Daniel Pérez, experto en yihadismo: «El terrorismo es violencia política, sea de extrema derecha o yihadista»

Pablo Medina MADRID / LA VOZ

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Daniel Pérez durante un evento sobre yihadismo.
Daniel Pérez durante un evento sobre yihadismo.

Yasine Kanjaa protagonizó esta semana el primer atentado yihadista contra una iglesia en España

28 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Yasine Kanjaa, el autor material del atentado en Algeciras, bebió de la ideología del Estado Islámico antes de llevar a cabo su ataque sobre varias iglesias y sus sacerdotes y ayudantes. Daniel Pérez, investigador del área de Radicalización, Prevención y Seguridad de la Fundación Euroárabe, arroja luz sobre varios interrogantes del que es el primer ataque yihadista sobre un templo cristiano en España.

—El ataque de Algeciras tuvo como centro varios templos cristianos. ¿Hay precedentes de ataques semejantes en España?

—El Observatorio de Libertad Religiosa afirma que es el primero de estas características. Sí que hubiera habido un precedente en los atentados del 17-A de Barcelona y Cambrils cuyo primer objetivo fue la Sagrada Familia. La propaganda del Estado Islámico recogió el ataque con portadas con este templo [que no legó a ser atacado]. Tanto la Comisión como el Consejo de la UE tienen estrategias específicas para proteger los lugares de culto precisamente por la frecuencia de estos ataques fuera de nuestro país.

—¿Por qué los cristianos son una amenaza para los radicales?

—La expresión fundamentalista del yihadismo, que no se parece en nada a la praxis de los millones de musulmanes en el mundo, pretende convertir mediante la violencia y el terror a todas las comunidades del mundo al islam. Cualquiera que no vea la religión como ellos quieren que la veas, es un enemigo, un impío, un infiel. Además, existe esa interpretación de contracruzada que se quiere hacer contra países de mayoría cristiana como los responsables de sus agravios. El recuerdo de Al Ándalus tras la expulsión de los musulmanes. La televisión de Al Qaida en el Magreb se llama Al Ándalus, la radio de Al Shabaab se llama igual, y hay un largo etcétera.

—¿Tiene más peso la política que la religión en su propaganda?

—La política tiene mucho que ver debido a la intervención de países occidentales en otros de mayoría musulmana, el secularismo de los países europeos o la falta de integración de estas minorías religiosas donde políticamente se gobierna de otra manera. Y el terrorismo es violencia política, sea nacionalista de extrema derecha o yihadista. Pero se busca la instauración de un proyecto político. Quieren revertir un orden, no buscan una destrucción total.

—¿Por qué son importantes estos pequeños ataques?

—Es una guerra psicológica. En un momento en el que EI está debilitado en sus regiones tradicionales como Irak y Siria, quieren dar la sensación de que allá donde haya un musulmán dispuesto a hacer la yihad, puede atentar. Buscan dar esa sensación de estar en todas partes, de que son invencibles y en cualquier caso pueden atacar.

—Se está evaluando que Yasine Kanjaa pueda padecer algún tipo de trastorno psicológico. ¿Cómo contribuye este factor a la radicalización de un individuo?

—Hay que esperar su evaluación psicológica, pero la experiencia nos dice que los crímenes cometidos por enfermos de este tipo no superan el 1 % del total de todos los crímenes. No son locos, son malvados, y eso es más difícil de digerir para las sociedades. Sí es verdad que hay aspectos psicológicos que intervienen en el proceso de radicalización: falta de ánimo, narcisismo, búsquedas de sentido vital... pero existen muchos otros factores sociales.

—La apuesta de los Estados por la lucha antiyihadista es descabezar a los líderes. ¿Cómo se combate a los radicales que actúan casi en solitario?

—Sobre todo, haciendo menos atractiva la ideología yihadista. En este caso, este terrorista que operó de forma individual actuó en un momento en el que vivimos un cambio de ciclo de respuesta frente al terrorismo, que ahora apuesta por otros medios. La reforma del Código Penal endureció las penas en los casos de autorradicalización. La ciberseguridad se ha reforzado porque es muy importante para analizar los canales y la forma del consumo masivo de propaganda.