Casi cuatro de cada diez tiendas virtuales manipulan a los consumidores

C. P. REDACCIÓN / LA VOZ

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Estas son las trampas más comunes que han detectado Bruselas y las autoridades nacionales en su último estudio

30 ene 2023 . Actualizado a las 18:38 h.

«No te quedes sin ella: últimas unidades» o «la oferta expira en 08h 50min», son algunos de los reclamos que cuelgan muchos comercios electrónicos para tratar de engatusar a los consumidores. En muchos casos, la información es falsa. Es lo que han constatado las autoridades europeas y nacionales en su último «barrido» en Internet. 

Tras analizar 399 tiendas en línea (con aplicaciones incluidas), sus expertos han podido certificar que al menos 148 empresas recurrieron a algún tipo de treta para engañar a los potenciales clientes. 

«Nuestra evaluación muestra que casi el 40 % de los sitios web de compras en línea se basan en prácticas de manipulación para explotar las vulnerabilidades de los consumidores o engañarlos. Este comportamiento es claramente erróneo y contrario a la protección del consumidor», señaló el comisario de Justicia, Didier Reynders. 

Pero, ¿cuáles son esas trampas más habituales? Según explica el Ejecutivo comunitario, el 10,5 % de todos los negocios analizados utilizaron en sus portales temporizadores falsos de cuenta atrás, con fechas límite para comprar productos específicos. Algunos con el anzuelo de descuentos y otros sin él. 

Hasta el 13,5 % de ellos emplearon una «jerarquía falsa», dirigiendo a los consumidores hacia opciones que interesaban más a la tienda, «desde suscripciones hasta productos más caros», apunta la Comisión Europea en un comunicado.

No obstante, la trampa más frecuente es la de ocultar información clave que acaba acarreando sobrecostes al consumidor. El 17,5 % de las tiendas virtuales (70 de las analizadas) esconden datos o los hacen poco visibles para que los usuarios no puedan saber el coste final del producto hasta el último paso en el proceso de compra. «Esto incluía información relacionada con los costes de envío, la composición de los productos o la disponibilidad de una opción más económica», señala Bruselas. 

 Consecuencias

Aunque el Ejecutivo comunitario no ha querido revelar el nombre de las empresas en cuestión, ha aclarado que las autoridades nacionales se pondrán en contacto con los comerciantes para «rectificar» sus sitios web y tomar medidas adicionales, en caso de ser necesario. 

Además, ha recordado que hasta el 20 de febrero se mantendrá abierta una consulta pública en torno a la reforma de la Directiva sobre prácticas comerciales desleales, la Directiva sobre derechos del consumidor y la Directiva sobre cláusulas contractuales abusivas. 

Subidas encubiertas

En el barrido anterior, en el que se puso la lupa sobre las promociones del Black Friday, las autoridades europeas y nacionales monitorearon los precios de 16.000 productos de 176 tiendas web diferentes para detectar falsas ofertas. Y no tardaron en dar con ellas.

Casi la mitad de los productos no reflejaron ninguna rebaja en la última campaña, a pesar de lo anunciado en sus portales, contraviniendo la legislación europea. Esta estipula que el precio de referencia a la hora de aplicar una rebaja debe ser el precio de venta más bajo durante los 30 días anteriores a la promoción. 

No solo eso. La Comisión también detectó subidas encubiertas: «El producto se vendió hasta el 24 de noviembre a 19,48 euros. En el Black Friday, el precio del producto subió a 21,66 euros, pero en lugar de revelar un aumento de precio del 11 %, el minorista en línea indicó artificialmente como precio anterior del producto 28,81 euros y presentó en la etiqueta un descuento del 24 %».

No es la primera vez que las autoridades se asoman a la jungla del comercio electrónico. La dificultad para monitorear un mercado tan vasto facilita la impunidad de los infractores. Algo que también agrava la burocracia al reclamar. 

Reseñas falsas

Siete de cada diez consumidores considera que las reseñas son importantes a la hora de elegir un producto o servicio. Pero no siempre son reales. Se pueden comprar, patrocinar y hasta falsear. De hecho, la Comisión reveló en el 2021 que «casi dos tercios de las tiendas en línea, los mercados, los sitios web de reservas, los motores de búsqueda y los sitios de servicios de comparación analizados generan dudas sobre la fiabilidad de las reseñas».  

Sostenibilidad engañosa

También es muy habitual el uso y abuso del término «sostenible». Según otro barrido elaborado por la Comisión en el 2021, casi la mitad de las empresas analizadas (344 en total) de sectores como el del textil, la zapatería, cosméticos, artículos del hogar, comida, vehículos o dispositivos electrónicos mintieron al catalogar sus productos o servicios como sostenibles. «Las autoridades tenían al menos una razón para creer que la afirmación podría ser falsa o engañosa y potencialmente podría calificarse como una práctica comercial desleal».