Agentes con sierras eléctricas no localizan más cocaína en el narcobuque relotado tras hundirse frente a Galicia

Javier Romero Doniz
javier romero VIGO / LA VOZ

ACTUALIDAD

En la primera inspección del Nehir se revisaron la proa y tanques de combustible para buscar dobles fondos; la inspección durará hasta descartar que hay droga

15 feb 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

El narcobuque Nehir recibió ayer la visita de los mismos cuerpos policiales que lo abordaron en marzo del 2021, cuando se hundía a 90 millas de A Mariña. El petrolero se iba entonces a pique porque la tripulación intentó llevarlo al fondo en el mar Cantábrico para evitar el decomiso del alijo que transportaba. Aun así, se recuperaron 1.800 kilos de cocaína, pero siempre se creyó que albergaba otra importante cantidad de la misma droga; al menos, otra tonelada. Por eso, casi dos años después, ayer se accedió al pecio en el puerto de Gijón. Agentes de la Guardia Civil, del Servicio de Vigilancia Aduanera y de la Policía Nacional, con funcionarios especializados en abrirse paso en escenarios adversos con herramientas industriales, accedieron al buque poco después de las nueve de la mañana.

Pararon a la hora de comer y continuaron por la tarde, hasta que anocheció, sin que se localizase ningún fardo a mayores de los recuperados en el abordaje. Los trabajos se concentraron en la proa, concretamente en el pañol de contramaestre. Recuerdan en el operativo que los 1.800 kilos localizados hace dos años se hallaron en esta zona del barco. También hay información que apunta a la misma parte delantera del petrolero como el lugar en el que estaría almacenado el resto del alijo, si es que realmente existe. El capitán del barco declaró tras su abordaje que sí había al menos otra tonelada de cocaína. De ahí que el Juzgado Central número 1 de la Audiencia Nacional, que instruye la investigación (bautizada como operación Bocanegra), ordenase la reflotación para salir de dudas.

«La experiencia también nos dice que en la proa del barco es común que se escondan alijos, por eso empezamos la inspección por ahí. Estuvimos todo el día y continuamos por los tanques de combustible de carga. Hay que valorar que se trata de un petrolero de unos 55 metros de eslora, y esto requiere su tiempo», explican desde el Servicio de Vigilancia Aduanera de Asturias. El Nehir cuenta con ocho de estos tanques, y ayer solo dio tiempo a inspeccionar los dos primeros. La Guardia Civil, con agentes de la Comandancia de Gijón, también recorrió otras partes del buque. Los funcionarios de la Policía Nacional, con ayuda de herramientas industriales, buscaban posibles ubicaciones de dobles fondos con la ayuda de los planos originales del barco, aportados por la armadora, para encontrar variaciones en la estructura que permitan detectar esos huecos clandestinos.

Proveedores en Sudamérica

A las ocho y media de la tarde se cerró la primera búsqueda, se decidió parar y no se había localizado ningún fardo en el pecio, que presenta un avanzado estado de degradación tras dos años hundido con la quilla mirando al sol, víctima de la corrosión por el salitre. Esta mañana se reanudarán los trabajos.

Nadie mejor que los proveedores del alijo en Sudamérica para cifrar la cantidad total de cocaína transportada por este petrolero con bandera de la República de Palau. De ahí que en los dos años que ha pasado hundido en el muelle exterior del puerto de Gijón los mismos proveedores moviesen sus tentáculos para que alguna organización en España, a cambio de una recompensa, entrara a hurtadillas en el pecio para hacerse con la droga.

Una de esas organizaciones se ubicaba en la provincia de Vizcaya. Estaba siendo investigada, y seguida, por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. El marcaje llevó a los agentes a Asturias, concretamente a la playa de Llumeres (municipio de Gozón), a 14 kilómetros del Nehir. Se identificó a 11 integrantes de la banda, incluido al líder, con una embarcación, equipos de buceo y propulsores marítimos con hélice a motor para moverse con soltura bajo el agua. Pero algo pasó, porque cuando tenían todo preparado para echarse al agua se dieron media vuelta y regresaron a Vizcaya dejando tirado todo en la playa, incluida la lancha. Tal vez se supieron vigilados y abortaron la expedición.

Otra arista de todo lo relacionado con el Nehir se conoció en diciembre del 2021 en Barcelona. La UCO arrestó a un magnate del narcotráfico internacional: Fikri Amellah Agharbi, un objetivo prioritario para Europol y la DEA de EE.UU. que introducía grandes alijos de hachís y cocaína en Europa a través de España. Una de sus personas de confianza, antes de entrar todos los implicados en prisión y sin saber que lo escuchaban, evidenció que su organización era la destinataria del alijo del Nehir, y que contrataran a lancheros gallegos para recoger el porte en alta mar.