Teresa Ribera: «Portugal está muy por delante en eólica marina»

Brais Suárez
Brais Suárez OPORTO

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B. Suárez

La ministra para la Transición Ecológica no da plazos concretos para convocar las subastas para adjudicar los primeros proyectos

11 mar 2023 . Actualizado a las 12:07 h.

«La ordenación de los espacios marítimos es la primera medida y hay que terminar de definir la regulación», dijo la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, en Oporto al ser preguntada sobre cuándo se pueden esperar en España las primeras licitaciones de parques de energía eólica marina, algo para lo que no pudo dar un plazo concreto. «Está claro que Portugal va más avanzado. Ellos ya tienen plantas experimentales en funcionamiento; en España tenemos centros experimentales muy interesantes en Canarias o en el País Vasco, pero ellos están por delante», declaró a La Voz tras un foro universitario que se celebró este jueves en Oporto.

Ribera aseguró que, de momento, «vamos un poco retrasados» y añadió que «es importante seguir contando con todas las administraciones locales y autonómicas y con todos los operadores interesados». En esa línea, también se refirió al anuncio de la Plataforma en Defensa de la Pesca y los Ecosistemas Marinos, que pretende impugnar ante el Supremo los planes de ordenación del espacio marítimo (POEM), recientemente aprobados por el Gobierno: «Todo aquel que crea que tiene motivos para recurrir la decisión de las administraciones está en su derecho de hacerlo», pero «los planes han sido elaborados a lo largo de los últimos cuatro o cinco años y las cuestiones ambientales han sido particularmente importantes». De hecho, Ribera indicó que esa preocupación explica «esas zonas rojas de reserva de biodiversidad» y añadió que «la convivencia entre usos nuevos y tradicionales requiere una ordenación, que será una garantía para los pescadores».

Durante la jornada, la ministra de Transición Energética mantuvo un debate con su homólogo portugués, Duarte Cordeiro, en el que reafirmaron el compromiso de ambos países por seguir impulsando las energías renovables. En ese sentido, valoraron las necesidades de mejorar la regulación de los mercados, de tal manera que garanticen fiabilidad para los inversores y el apoyo de los consumidores gracias a precios bajos. Una de las claves es comprender los mercados marginales, así como desarrollar el almacenamiento de energía, al que recurrir en picos de bajo consumo. Aprecian estos sistemas como una pieza esencial de cara a la producción y comercialización de hidrógeno verde, ámbito en el que «grandes productores como España y Portugal podremos asegurar mejores condiciones a nuestros socios europeos», según valoró Cordeiro, quien conminó a Ribera a trabajar de la mano. «Desde luego, no somos competencia, porque todavía hay mucho por hacer y falta mucho para tener exceso de producción», contestó la ministra española.

Además, se felicitaron por el funcionamiento de la excepción ibérica o tope al gas para conseguir que «los precios sean la mitad que en Francia o en Alemania» y para «ganar tiempo para empezar a cambiar la estructura del mercado eléctrico», dijeron. De hecho, ambos estuvieron de acuerdo en la necesidad de desarrollar planes comunitarios a largo plazo, que mejoren las capacidades laborales, reguladoras y de almacenamiento para llegar a la autosuficiencia energética de Europa, que ahora es una desventaja competitiva. Por último, abordaron la importancia de gestionar con rigor y diariamente las cuencas de los ríos compartidos, contempladas en el convenio de Albufeira.

Cumbre bilateral de Lanzarote

Precisamente, en esa línea transcurrirá la cumbre bilateral entre España y Portugal que se celebrará la próxima semana en Lanzarote, donde «queremos consolidar cuestiones que tienen que ver con las infraestructuras, la respuesta que España y Portugal ofrecemos ante la crisis energética, la correcta gestión del agua y la mejora del convenio de Albufeira». De particular interés para los gallegos será «seguir optimizando la prestación de servicios recíprocos para nuestros ciudadanos que viven en la franja transfronteriza», que en algunos casos «quedan con sensación de marginalidad con respecto a las decisiones que se toman en las capitales».