El BCE no se inmuta por la crisis de Credit Suisse y endurece los tipos de interés al 3,5 %

Cristina Porteiro
C. Porteiro REDACCIÓN / LA VOZ

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El organismo dice estar «listo» para inyectar liquidez a los bancos en caso de necesidad

16 mar 2023 . Actualizado a las 21:04 h.

Ni la quiebra del Silicon Valley Bank (SVB) ni el rescate de 50.000 millones de euros solicitado por Credit Suisse ni las pérdidas multimillonarias de las entidades financieras en bolsa han logrado amedrentar al Banco Central Europeo (BCE). El organismo está determinado a seguir con sus planes de domar la inflación al coste que sea. Por eso, a pesar de la conmoción mundial y de lo previsto por algunos analistas, optó este jueves por encarecer de nuevo el precio del dinero en medio punto. No le tembló el pulso: a partir del 22 de marzo, el tipo de interés de los préstamos se situará en el 3,5 %.

Se trata de la sexta alza consecutiva que acomete desde julio del 2022. La presidenta del BCE, Christine Lagarde, fue clara: con la inflación de la eurozona enquistada en el 8,5 % y la de los alimentos subiendo, la prioridad es mantener a raya los precios. Cueste lo que cueste. No es el momento de vacilar ni de enviar un mensaje de miedo al mercado. El BCE prefiere esperar a que la Reserva Federal mueva ficha el próximo 22 de marzo y esperar hasta su cita del 4 de mayo para recalibrar la situación. Entonces, sí podría suavizar sus planes.

Hasta entonces, confía en que el sistema financiero europeo resista las tensiones: «El sector bancario de la eurozona es resiliente, cuenta con una posición fuerte de capital y liquidez», explicó Lagarde. Su vicepresidente, Luis de Guindos —ministro de Economía durante el rescate bancario español del 2012—, cerró filas y aclaró que la exposición de los bancos a Credit Suisse «es muy limitada y no hay concentración [de activos]».

Para convencer a los más escépticos de que no hay razones para el pánico, Lagarde se mostró dispuesta a salir en auxilio de los bancos si estos experimentan problemas de solvencia: «Estamos listos para responder y preservar la estabilidad financiera de la eurozona. Hemos demostrado que podemos actuar con creatividad en caso de ser necesario y responder si hay una crisis de liquidez, pero no es lo que vemos ahora mismo», señaló.

El BCE se guarda un as en la manga: el Instrumento para la Protección de la Transmisión (TPI). Esta herramienta permite al organismo comprar sin restricciones en el mercado secundario valores emitidos en países que experimenten un deterioro de las condiciones de financiación sin que ese deterioro esté justificado. El TPI se activaría al detectar dinámicas en el mercado «que constituyan una seria amenaza para la transmisión de la política monetaria».

¿Es una estrategia acertada? Según la economista jefe de S&P Global Ratings, Sylvain Broyer, sí. «El BCE hizo lo único que uno esperaría de un banco central con un mandato de estabilidad de precios y con la inflación en más del doble del objetivo [...] Las posibles fragilidades del sistema bancario deben abordarse con instrumentos de política distintos de los tipos de interés», apunta.

Crédito empresarial más caro

Claro que, esa estrategia, también tiene su contrapartida: «Un entorno de tipos de interés elevados suele acarrear preocupación entre los depositantes [...] Y hay que tener en cuenta que la subida de tipos hace que tener el dinero parado en el banco tenga un coste de oportunidad mayor. De ahí que muchos opten por retirar el dinero e invertirlo. En Letras del Tesoro, por ejemplo», explica el profesor del Máster en Bolsa y Mercados Financieros del IEB, Carlos Santiso.

Con el tipo de referencia en el 3,5 %, los bancos también cobran más intereses a las empresas y hogares que necesitan crédito o refinanciar deudas, lo que conducirá en un futuro a la merma del crecimiento de la eurozona, como prevé el BCE, que ha revisado a la baja el producto interior bruto (PIB) del 2024, del 1,9 al 1,6 %. El aumento del precio del dinero «ya se empieza a notar», según Lagarde. Se constata un menor apetito y flujo de crédito a empresas y hogares. Además, los préstamos se han encarecido, «especialmente debido a unos mayores tipos de interés hipotecarios», aclara el BCE.

Lagarde: «La inflación seguirá siendo demasiado alta durante demasiado tiempo»

La pregunta que se hacen empresas e hipotecados es: ¿Cuándo dejarán de subir los tipos? Sin crédito asequible, muchos negocios no podrán refinanciar su deuda, ampliar mercado o incluso ver la luz, mermando el potencial de crecimiento de la economía. El BCE prefiere arriesgarse a inducir una recesión, aunque sea leve y rápida, antes que ver cómo se cronifica la inflación, ahora que salarios y márgenes empresariales crecen. «La inflación seguirá siendo demasiado alta durante demasiado tiempo», justificó Lagarde.

El BCE prevé que los precios aumenten este año en la eurozona un 5,3 %, un 2,9 % en el 2024 y un 2,1 % en el 2025. El objetivo es alcanzar el umbral del 2 % y estabilizarse en él. Y no preocupa tanto la energía como las «presiones subyacentes» que están haciendo que los precios de los alimentos sigan creciendo y que lo hagan por encima de lo previsto en diciembre.

Por eso la francesa ha pedido a los Gobiernos retirar todas las ayudas públicas que pudieran estar alimentando la demanda y poner en marcha «de inmediato» los planes para reducir deudas y déficits públicos.

Con este escenario, Broyer anticipa que el BCE podría aumentar los tipos medio punto más hasta el verano, alcanzando el 4 % de referencia. Eso sí, lo haría en dos tandas, según la experta. Aunque ya se sabe que los caminos del BCE son inescrutables. 

Incertidumbre

A Santiso no le cabe la menor duda: la subida de tipos pondrá en jaque a los deudores. «Es de esperar que la mora suba, deteriorando los activos de los bancos», alerta.

Cómo reaccione en mayo el BCE dependerá de si se despeja o no la incertidumbre en el mercado: «Las elevadas y persistentes tensiones financieras en los mercados podrían endurecer más de lo esperado las condiciones de crédito, hundiendo la confianza», reconoce. 

El euríbor se desploma al 3,36 % a pesar de la subida de tipos

A 1.500 kilómetros de distancia de los cuarteles del BCE, los deudores gallegos siguen pendientes de cómo sus decisiones cristalizan en su bolsillo.

El euríbor, índice al que están referenciadas la mayor parte de las hipotecas en España, sorprendió este jueves al desplomarse desde el 3,662 al 3,359 % diario. Un movimiento anti intuitivo que podría indicar que los mercados dan por descontado que el BCE acabará cediendo y bajando el pistón en sus próximas reuniones antes del período estival. No obstante, el índice se sitúa en el conjunto del mes en el 3,785 %, a la espera de cómo se despierte este viernes.

En la práctica, un hogar con una hipoteca variable de 180.000 euros a 25 años con un diferencial del 1 % sobre el euríbor pasará de desembolsar 659 euros cada mes a 1.029 tras su revisión anual.

Depósitos remunerados

Toca pagar cuotas hipotecarias más altas, pero la remuneración de los depósitos apenas se nota. Al menos en España, donde no llega ni al 1 %. El sector aduce que hay tanta liquidez, fruto de la barra libre de dinero barato del BCE de los últimos años, que no necesitan recurrir a los ahorradores. «Es algo que debe ser debatido entre clientes y bancos», zanjó Lagarde al ser interpelada por el caso específico español.

La banca española niega riesgo de contagio dada su exposición «residual»

La presidenta de la Asociación Española de Banca (AEB), Alejandra Kindelán, negó este jueves «rotundamente» que hubiera riesgo de contagio entre las entidades españolas, que «no tienen nada que ver» con Credit Suisse o con el SVB. «Estoy más convencida que nunca de que en España tenemos los mejores bancos de Europa y, posiblemente, del mundo», deslizó.

De igual modo, la subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, descartó cualquier una crisis bancaria como la estadounidense en Europa, aclarando que la exposición de las entidades españolas es «residual». No obstante, ha reconocido que hay elementos en su gobernanza «que necesitan ser perfilados».