UBS compra Credit Suisse a precio de saldo para evitar contagios bancarios

Cristina Porteiro
C. Porteiro REDACCIÓN / LA VOZ

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DENIS BALIBOUSE | REUTERS

Desembolsará alrededor de 3.000 millones de euros, poniendo fin a los 167 años de historia de la entidad

19 mar 2023 . Actualizado a las 23:38 h.

«No es un rescate, es una solución comercial». Así se refirió ayer la ministra suiza de Finanzas, Karin Keller-Sutte, a la compra exprés del segundo mayor banco suizo, Credit Suisse. Su rival y líder UBS desembolsará unos 3.000 millones de euros en la operación, a través del canje de acciones.

La entidad ha puesto hoy el broche a sus 167 años de historia, tras una semana agónica, sorteando la quiebra —en solo cinco días, su capitalización se desplomó un 26 % y las salidas de depósitos alcanzaron los 10.000 millones de euros diarios—. Lo hizo un domingo, a media tarde, tras un fin de semana de mucho trasiego y nerviosismo. El riesgo de contagio bancario exigía encontrar una solución antes de la apertura de las bolsas este lunes porque, como admitió el presidente suizo, Alain Berset, era «imposible recuperar la confianza en Credit Suisse».

Finalmente, los negociadores y autoridades helvéticas optaron por una venta que contará con un amplio respaldo público. «Déjennos ser claros: esto es un rescate de emergencia», aclaró el presidente de UBS, Colm Kelleher, contrariando al Gobierno. La entidad que dirige dispondrá de una barra libre de 100.000 millones de euros en préstamos para reforzar la liquidez del gigante mundial que ha nacido tras la operación: una entidad con 5,1 billones de euros en inversiones, más del tamaño de una economía como la alemana. Además, el Gobierno helvético se ha comprometido, con el dinero de los contribuyentes, a garantizar futuras pérdidas de hasta 9.000 millones de euros. El Banco Nacional Suizo también aclaró en un comunicado que ambas entidades podrán acceder «sin restricciones» a las actuales herramientas de las que dispone para inyectar capital, como la línea de liquidez de emergencia (ELA).

¿Qué pasará con los accionistas de Credit Suisse?

Recibirán una acción de UBS por cada 22,48 del banco absorbido. Los títulos podrán cambiarse a 0,76 francos (0,77 euros), hasta un máximo de 3.036 millones de euros. Eso significa que Credit Suisse tendrá que aceptar un descuento del 60 % respecto al valor de su acción (1,86 francos).

La compra no ha estado exenta de polémica. El actual marco regulatorio exige conceder un período de seis semanas a los accionistas para poder examinar los términos y evaluar la operación. Sin embargo, UBS confirma que la transacción «no está sujeta a la aprobación de los accionistas». La entidad llegó a un preacuerdo con el regulador, el banco central y el Gobierno para que le den luz verde de inmediato, independientemente de si están de acuerdo o no, asumiendo las pérdidas que conlleva la venta de Credit Suisse. La alternativa no era mucho mejor: otra jornada negra en la bolsa, que podía acabar con el banco en quiebra.

La cuestión ahora es saber quién perderá dinero. Los principales accionistas de la entidad suiza son el Banco Nacional Saudí (9,8 % de las acciones) —hace solo cinco meses invirtieron 1.400 millones de euros en el banco—, Qatar Holding (5 %), Olayan Group (4,9 %) y el mayor fondo de inversiones del mundo, BlackRock (4 %).

Por otro lado, UBS también ha dejado claro que quiere deshacerse de los activos de riesgo que adquirió el brazo inversor de Credit Suisse y ha abierto la puerta a ejecutar despidos para reducir los costes operativos. De hecho, calcula que la combinación de los dos negocios podrá generar un ahorro de 7.500 millones de euros hasta 2027.

La propia Keller-Sutte trató de justificar los términos de la venta, alegando que era la solución menos lesiva para evitar «un contagio internacional», puesto que Credit Suisse es uno de la treintena de bancos de importancia sistémica mundial. Los denominados too big to fail (demasiado grandes para caer), a causa de los daños que podrían desencadenar en las economías. Su nacionalización, que llegó a explorarse, supondría un coste «incalculable» para el país helvético, cuyo producto interior bruto (PIB) apenas alcanza los 750.000 millones de euros, frente a los 535.000 millones en activos de Credit Suisse.

La historia se repite

Se da la paradoja de que hace exactamente 15 años, por estas estas mismas fechas, el banco de inversiones JP Morgan adquirió a su rival, Bear Stearns, después de que este recibiera una inyección de liquidez de emergencia de la Reserva Federal Estadounidense. JP Morgan pagó mucho más: 10 dólares (9,36 euros) por acción, lo que suponía un descuento del 67 % sobre el valor del título. Su rescate fue el preludio de la crisis que desencadenó el colapso del gigante Lehman Brothers en septiembre del 2008.

Los bancos centrales se coordinan para dar más liquidez en dólares

En Washington, Fráncfort y Londres respiran aliviados los responsables de los bancos centrales, que ayer anunciaron una maniobra conjunta para dotar de más liquidez a los mercados financieros globales desde este mismo lunes. De este modo, ofrecerán diariamente operaciones en dólares estadounidenses a 7 días, hasta finales de abril. Se sumarán el Banco de Canadá y el Banco de Japón y el propio Banco Nacional Suizo, según desgranaron en un comunicado. Y es que, en estos momentos, hay unos 200 bancos regionales en la misma tesitura que el quebrado Silicon Valley Bank (SVB), con graves problemas de liquidez en Estados Unidos. Y existe temor a que la desconfianza congele el crédito, provocando una crisis financiera de mayor envergadura.

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, reiteró que «el sector bancario de la eurozona es resiliente, con posiciones de capital y liquidez fuertes». No obstante, se ha mostrado dispuesta a proveer de toda la liquidez que necesite el sistema en caso de ser necesario: «Nuestra caja de herramientas está totalmente equipada para suministrar apoyo de liquidez al sistema financiero de la eurozona si se necesita para preservar la transmisión de nuestra política monetaria», declaró.