Denuncia que cada vez que se habla de paz el Kremlin ataca objetivos civiles
23 mar 2023 . Actualizado a las 09:18 h.Se esperaba que el líder chino, Xi Jinping, telefoneara al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, para hablar del plan de paz de Pekín, que ha sido rechazado por el Kremlin mientras, como dijo Vladimir Putin el martes, Kiev y sus aliados occidentales no muestren disposición al diálogo. Así que, mientras llegan noticias del gigante asiático, Zelenski ha decidido acudir a dar ánimo a sus soldados que luchan en el frente de Bajmut, la ciudad donde los combates con las fuerzas rusas no cesan desde agosto.
En un vídeo difundido este miércoles en la página web de la Presidencia de Ucrania se muestra a Zelenski en el interior de una especie de hangar de gran tamaño con soldados de su Ejército, primero en formación y después hablando con él. En el comunicado se informa de que «el jefe del Estado efectúa una visita de trabajo a las posiciones de primera línea en la zona de Bajmut». Aunque no se especifica la fecha, parece que debió de ser este miércoles o el martes.
La nota asegura también que el presidente escuchó el correspondiente parte castrense sobre «la situación operativa y el curso de los enfrentamientos en este sector del frente, departió con los militares, les agradeció su sacrificio por Ucrania y procedió a otorgar condecoraciones».
«Tengo el honor de estar aquí hoy, en el este de nuestro país, en el Dombás, y premiar a nuestros héroes, darles las gracias, estrecharles la mano. Gracias por defender la patria, la soberanía, el este de Ucrania», dijo Zelenski. En la visita hubo un minuto de silencio por los militares caídos y el presidente tuvo la oportunidad de ver a los soldados internados en un hospital de campaña. «Me gustaría agradecer a los representantes de los equipos médicos de las Fuerzas Armadas de Ucrania por su profesionalidad, por su trabajo», declaró.
En febrero se daba por hecho que las tropas ucranianas iban a tener que replegarse de Bajmut ante el poderoso empuje de los mercenarios rusos del Grupo Wagner. Pero resistieron y, aunque las fuerzas de Moscú controlan la parte oriental de la ciudad y la rodean parcialmente por el sur y el norte, Zelenski y sus generales decidieron a mediados de mes no entregarla. El lunes, el jefe de este ejército privado, Yevgueni Prigozhin, aseguró que sus hombres controlan alrededor del 70 % de la ciudad. La vez anterior que el presidente ucraniano estuvo allí fue en diciembre.
Ataques desde territorio ruso
Zelenski difundió este miércoles por Telegram un vídeo, al parecer obtenido de cámaras de seguridad, del momento en el que un misil alcanza un edificio de viviendas de nueve pisos en Zaporiyia. «Rusia está bombardeando la ciudad con una crueldad bestial. Golpea áreas residenciales donde vive gente común y niños (...), trata de destruir nuestras ciudades, nuestro Estado, nuestro pueblo», dijo.
El teniente de alcalde de la ciudad, Anatoli Kurtiev, dio cuenta de un hombre muerto por el ataque, que falleció en el hospital, y más de 30 heridos, entre ellos dos menores. Además, se informó de otro cohete que no estalló y se encuentra en la azotea de una casa. En la madrugada del miércoles tuvo lugar otro ataque, en esta ocasión con drones de fabricación iraní Shahed, contra una residencia estudiantil y un centro de formación profesional en la localidad de Rzhíshev, en la región de Kiev, a unos 80 kilómetros al sur de la capital.
Según el jefe de la Policía, Andri Nebítov, hubo siete fallecidos, entre ellos un menor, y nueve heridos. Los dos inmuebles afectados quedaron parcialmente destruidos, según las fotografías distribuidas por las autoridades, que hablan de 21 aparatos no tripulados lanzados desde la región rusa de Briansk. La Fuerza Aérea ucraniana afirmó que 16 de ellos fueron derribados.
Zelenski comentó este ataque señalando que «cada vez que se escucha la palabra paz, en Moscú se da una nueva orden para llevar a cabo ataques criminales. El éxito de las fuerzas ucranianas en tierra, aire y mar es realmente lo que acerca la paz». Según sus palabras, «el cumplimiento completo del régimen de sanciones contra Rusia restaura en efecto la fuerza de la Carta de las Naciones Unidas. La unidad mundial debe restaurar la estabilidad global».
Putin encuentra en China una vía de escape contra el aislamiento
El presidente ruso, Vladimir Putin, acorralado por las sanciones occidentales y la orden de arresto emitida por la Corte Penal Internacional, ha encontrado en China una vía de escape contra el aislamiento, tanto en el plano político y económico como en el campo de batalla ucraniano.
En Moscú no se recordaba un recibimiento tan ostentoso a un jefe de Estado como el que tuvo esta semana el líder chino, Xi Jinping. Ningún líder occidental disfrutó nunca de un trato tan caluroso en los salones de oro y mármol del Kremlin. Xi fue tratado como lo que es, el último salvavidas para Rusia, que depende de China y otros países, como la India, para sobrevivir al embargo y boicot europeos por la campaña militar en Ucrania.
«Les envidiamos un poco», admitió Putin en una confesión a corazón abierto poco habitual para el líder ruso, muy poco dado a mostrar ni siquiera un gramo de debilidad. El líder del gigante asiático abandonó el Kremlin asegurando a su colega ruso que ahora mismo tienen lugar cambios que no habían visto en 100 años. «Y nosotros somos los que estamos impulsando esos cambios», agregó. «Estoy de acuerdo», le respondió Putin con una media sonrisa.
Rusia necesita un aliado en su actual pugna con Occidente en Ucrania y lo ha encontrado en China, que también tiene sus más y sus menos con Washington por Taiwán.
Putin y Xi marcaron las nuevas líneas rojas del orden mundial multipolar, que se resumen en rechazar categóricamente la hegemonía occidental en todos los asuntos internacionales. Se acabó el dictado de la OTAN y el dólar. Dos tercios de los intercambios comerciales ya se realizan en rublos y yuanes.
En ese nuevo mundo no habrá bloques que intenten imponer su ideología, su interpretación de los derechos humanos o contraponer «la democracia a la autocracia», según la declaración conjunta firmada por ambos mandatarios.
Rusia alerta del mayor riesgo de conflicto nuclear de las últimas décadas
El viceministro de Exteriores ruso Serguéi Riabkov advirtió ayer de que el riesgo de un conflicto nuclear en el mundo es ahora el mayor en varias décadas, en alusión a las tensiones con Occidente por la campaña militar rusa en Ucrania. Precisó, no obstante, que Rusia sigue manteniendo que «el mundo debe estar libre y seguro de la amenaza nuclear».
El diplomático ruso admitió que ahora Rusia se encuentra, «de facto, en abierto conflicto con Estados Unidos», al que acusó de ser «prácticamente» parte del conflicto en Ucrania. Por ese motivo, Rusia no puede comportarse «como antes» y la consecuencia directa es la suspensión del último tratado de desarme nuclear vigente entre Rusia y EE.UU., el START III o Nuevo START.
A su vez, consideró que carece totalmente de «sentido político» la posibilidad de que Moscú retorne al cumplimiento del START III, cuya aplicación fue suspendida por el presidente ruso, Vladimir Putin, el mes pasado. «Llegar a un acuerdo había que haberlo hecho antes, ahora eso es imposible. Desde el punto de vista jurídico, el tratado ha sido suspendido totalmente por nosotros», subrayó.
El Parlamento sueco aprueba por amplia mayoría la entrada en la OTAN
El Parlamento sueco aprobó ayer por 269 votos a favor y 37 en contra el ingreso del país en la OTAN, una histórica decisión que pone fin a dos siglos de no alineación militar. La esperada resolución contó con el apoyo de seis de los ocho grupos con representación parlamentaria y solo votaron en contra el Partido del Medio Ambiente y el Partido de Izquierda Socialista.
El ingreso en la OTAN de Suecia, junto con el de Finlandia, está motivado por la invasión rusa de Ucrania y fue aprobado en la cumbre de la Alianza de junio en Madrid, después de que Turquía levantase a última hora su veto a cambio de ciertas condiciones. Veintiocho de los treinta países miembros han ratificado ya ese acuerdo, a falta de que lo hagan Turquía y Hungría.