Yolanda Díaz agita la precampaña postulándose a la presidencia con Sumar y sin Podemos

Manuel Varela Fariña
Manuel Varela MADRID / LA VOZ

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«Quiero ser la primera presidenta de mi país, la primera presidenta de España», anunció la vicepresidenta segunda

03 abr 2023 . Actualizado a las 10:56 h.

«Voy a dar un paso adelante. Quiero ser la primera presidenta de mi país, la primera presidenta de España», proclamó Yolanda Díaz, ayer en Madrid, en la presentación de Sumar como plataforma política con la que llegar a la Moncloa. La arroparon 3.000 personas, entre las que se encontraban, en primera fila, figuras como Ada Colau (En Comú), alcaldesa de Barcelona, el ministro y líder de Izquierda Unida, Alberto Garzón, o el diputado y fundador de Más País, Íñigo Errejón. No estaba, sin embargo, Podemos, reunido el sábado en un Consejo Ciudadano donde volvió a rechazarse la adhesión al proyecto de Díaz sin pactar antes unas primarias abiertas a la ciudadanía para construir la candidatura. Ante ello, la política gallega mostró su rechazo al «ruido», reivindicando a Sumar como una fuerza «feminista» y sin «tutelas».

Díaz repasó sus logros desde la cartera de Trabajo en el Gobierno, como la subida del SMI, la reforma laboral o la ley que ha permitido regularizar a los riders, haciendo una defensa por la política útil, «clave para recuperar la esperanza». «Nos estaban diciendo que la política era polarización, era ruido», aseguró la ministra, que ve en Sumar una forma de «ensanchar la democracia».«Hemos venido aquí a algo muy grande», manifestó. Por ahora, Sumar echa a andar sin siglas que la aten, e irá definiendo su proyecto después de las municipales y autonómicas -Galicia, Cataluña, País Vasco y Andalucía no votan-, un elemento que choca de lleno con los deseos de Podemos, ausente en la foto de ayer salvo excepciones como la de Antón Gómez-Reino, diputado de Galicia en Común en el Congreso.

La ya candidata al Gobierno no hizo referencia alguna a cualquier otro partido, más allá de veladas referencias a Podemos, salvo al PP y a su presidente, Alberto Núñez Feijoo, a quienes acusó de haberse instalado en el no: «Están en contra de todo». Envió también un recado a ERC, uno de los socios habituales del Ejecutivo, por no apoyar su reforma laboral en el Congreso: «Política no es votar en contra de la reforma laboral con el PP y Vox por puro politiqueo». Al paso salió el portavoz de los republicanos catalanes en el Congreso, Gabriel Rufián, que en un mensaje de Twitter acusó a Díaz de «traicionar a quienes la situaron ahí», en alusión a Podemos.

El desembarco gallego de Sumar en Madrid

El acto transcurrió en un domingo muy madrileño, de acercarse al rastro y dejarse llevar por la música, las gangas y el tumulto hasta encontrar una terraza donde disfrutar de un sol de abril que todavía no aprieta. Pero 6.000 personas, 3.000 dentro del recinto y otras tantas viendo lo que ocurría desde fuera, decidieron vivir un día cuya protagonista gallega había dicho ya esta semana que sería «histórico», y que en esos días históricos, «hay que estar». Esos 6.000 se dieron por aludidos para acudir a la invitación de Yolanda Díaz, que tras meses recorriendo España para alimentar su proyecto político estaba por fin en disposición de presentarlo.

Desde Sumar aspira a convertirse en la primera presidenta del Gobierno, sin tutelas. Tras meses silente ante las prisas de Podemos, con la dirección recordándole que fue su antiguo líder Pablo Iglesias quien la señaló como sucesora, encontró en unos versos de Rosalía de Castro que conoce desde pequeña, y enseña a su hija Carmela, la respuesta: «Yo soy libre, nadie puede tener la marcha de mis pensamientos y ellos son la ley que rigen mi destino. Las mujeres no somos de nadie, y yo mujer, no soy de nadie». «Somos Sumar, una fuerza feminista. No somos de nadie», reiteró.

La política ferrolana escogió para el lanzamiento de su candidatura un pabellón pequeño con nombre, Antonio Magariños, que delata el origen gallego del fundador del Estudiantes, equipo que vivió noches de baloncesto gloriosas sobre una pista que todavía usa de entrenamiento. Y es que la capital española, como quiso reivindicar Díaz, es una ciudad «maravillosa, inclusiva, lo dice alguien que es galega». Enfrente, en las primeras filas de butacas, aplaudía la pequeña delegación procedente de Galicia que la acompaña.

Destacaba Antón Gómez-Reino, diputado en el Congreso y miembro con mayor peso en la formación que desoyó a la dirección y decidió apoyar a la que ha sido siempre su gran aliada política. A su lado, el candidato de Podemos en A Coruña, si bien independiente, José Manuel Sande. Había también estrechos colaboradores procedentes de la formación morada o del ámbito de las mareas, como Marta Lois, Xiao Varela, Claudia Delso o David Bruzos. No acudió, como estaba previsto que lo hiciese, el líder del partido en Galicia, Borja San Ramón, tras acudir el sábado al Consejo Ciudadano de Podemos donde se marcó esa adhesión como línea roja.

«Me tomé mi tiempo, pero creo que dudar es muy importante para tomar decisiones en la vida», dijo Díaz, en ese weltanschauung (o forma de interpretar el mundo) precavido que suele atribuirse al carácter gallego. Mentó también a Celso Emilio Ferreiro y su «longa noite de pedra» para referirse al silencio que han sufrido las mujeres hasta la llegada del feminismo, habló de «afouteza» para resaltar su determinación, y se acordó de Ferrol para argumentar los motivos que la llevaron a, por fin, anunciar su candidatura. «Vengo de una ciudad de trabajo y de lucha, a la que nadie tiene que decirle lo que es pasarlo mal, lo que es una crisis: las han conocido todas», empezó. «Sé muy bien lo que es la precariedad, lo que es luchar por la vida, querida Chelo Loureiro», se dirigió a la directora y ganadora de dos premios Goya, también ferrolana. «Sé muy bien de dónde vengo, lo que represento y quién soy», siguió la ministra para acordarse también de sus padres, quienes le enseñaron «la grandeza política». Y así, «humildemente», avanzó su intención de ser la próxima presidenta del país.

Tanxugueiras, Chanel y una «girl on fire»

El anuncio de Yolanda Díaz sonó como un título para el Estu. El público se levantó y aclamó a la impulsora de Sumar, con gritos de presidenta y mientras sonaba alto en megafonía Girl on fire (chica en llamas, en español), la canción de Alicia Keys que la ha acompañado en sus mítines del proceso de escucha. Un tema que ya había utilizado la propia artista americana hace años en la campaña de Barack Obama a la Casa Blanca, cambiando el «girl» por «Obama».

Dos horas antes, alrededor del pabellón había cientos de personas esperando pacientes en fila para entrar. Algunos debatían de política: «Le daban por c*** a la reforma laboral si no fuese por el tránsfuga del PP», comentaba uno. Otros iban y venían con cafés de la cafetería Magariños que hacía esta mañana una caja inesperada. Había ya gente portando merchandising con pegatinas de «Yolanda presidenta», y despistados que acababan de descubrir que la cola de acceso doblaba la esquina de la manzana un par de veces. «Esta mujer lo va a petar», responde una mujer que localizó el principio de la hilera de gente Aún faltaría media hora, hacia las doce menos diez, para que Díaz llegase en un Golf al recinto, evitando las cámaras y micrófonos antes de empezar el mitin. 

El pabellón se iba animando con la banda sonora, que hiló a Tanxugueiras, Rigoberta Bandini y a Chanel de corrido aprovechando que había público eurovisivo. La última canción que sonó era, por supuesto, gallega. Novedades Carminha versionando el A Santiago Voy de Los Tamara. Las luces se apagaron, un grito ahogado de los asistentes como antes de empezar un concierto, y en las pantallas se reproducía un vídeo resumiendo los actos de Sumar a lo largo del último año con un encendido discurso de Yolanda Díaz y música épica de fondo. De nuevo prendieron los focos y, a través del pasillo formado por los colaboradores de la campaña, la vicepresidenta segunda cruzó en diagonal la pista hacia el escenario, escoltada por la escritora Gioconda Belli y la primera diputada trans en España, Carla Antonelli, mientras Alicia Keys cantaba que esta chica va en llamas.