El fujimorismo y el marxismo se alían en Perú para nombrar al presidente del Congreso

héctor estepa BOGOTÁ / E. LA VOZ

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El nuevo presidente del Congreso de Perú, Alejandro Soto, durante la votación
El nuevo presidente del Congreso de Perú, Alejandro Soto, durante la votación Congreso del Perú | EFE

La elección de un derechista provocó dimisiones en la izquierda

27 jul 2023 . Actualizado a las 09:07 h.

El partido fujimorista Fuerza Popular, de ultraderecha, y los marxistas de Perú Libre protagonizaron, en junio del 2021, un fuerte enfrentamiento, en medio de acusaciones de fraude, por la presidencia peruana. Pedro Castillo, apoyado por la formación ultraizquierdista, fue declarado finalmente ganador de esos comicios por la mínima frente a Keiko Fujimori, la hija del exmandatario autócrata Alberto Fujimori, preso por crímenes de lesa humanidad.

Aquellos furiosos días parecen ya olvidados. Ambas formaciones consiguieron ayer que Alejandro Soto, de la derechista Alianza Para el Progreso (APP), fuese elegido presidente del Congreso, en una extraña unión que fue muy criticada por círculos izquierdistas y que, incluso, llegó a provocar tres dimisiones de legisladores de Perú Libre.

«Tenemos una ardua tarea por delante. Nuestro país, en el último año, ha pasado por una crisis política y momentos de convulsión social, con amenazas a la institucionalidad y al sistema político democrático», dijo Soto tras su investidura en el muy impopular Congreso, que cuenta con una aprobación inferior al 10 %, debido a la inacción política y a los numerosos escándalos de corrupción de sus miembros. Sobre el propio Soto pesan 55 investigaciones fiscales abiertas.

El día de ayer era clave: el político derechista se sitúa, con la presidencia del Congreso, en el primer lugar de la línea de sucesión de la presidenta Dina Boluarte, que reemplazó en medio de fuertes protestas, en el 2022, al exmandatario Castillo, tras su fallido autogolpe. Las manifestaciones se han reanudado en los últimos días y Soto sustituirá a Boluarte si es destituida o dimite.

La división en la izquierda quedó patente estos días. Verónika Mendoza, líder del izquierdista Nuevo Perú, criticó fuertemente a los marxistas de Perú Libre y, especialmente, a su líder, Vladimir Cerrón. «Son parte de la coalición autoritaria que está capturando todas las instituciones del Estado. Son parte de la estrategia de copamiento de la ultraderecha», dijo en una entrevista, a lo que Cerrón respondió: «Usted no representa a la izquierda, sino a los intereses estadounidenses con sus oenegés». Su hermano, Waldemar, se convirtió ayer en vicepresidente segundo del Congreso. El reparto incluyó una primera vicepresidencia para el fujimorista Hernando Guerra.

La lista de Soto se impuso a la del también derechista Luis Aragón, de Acción Popular, apoyado por varios grupos de izquierda y centroizquierda. Ese congresista también es polémico al haber sido señalado por presuntamente integrar el grupo de legisladores conocido como «los niños», relacionados con negocios ilegales durante el Gobierno de Castillo, que continúa en prisión.