Abascal prescinde de su núcleo más cercano por el empuje del sector duro de Vox
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José Luis Steegmann anunció este jueves que no recogerá el testigo de Espinosa de los Monteros y Carla Toscano aspira a ocupar su escaño
11 ago 2023 . Actualizado a las 12:32 h.8 de marzo del 2020. El madrileño Palacio de Vista Alegre está repleto de seguidores de Vox. Los primeras espadas del partido celebraban en el recinto un mitin, ajenos a la crisis del coronavirus. En medio de una lluvia de confeti, posaron ante las cámaras los rostros visibles de la formación: Ignacio Garriga, Macarena Olona, Rocío Monasterio, Javier Ortega Smith, Santiago Abascal, Iván Espinosa de los Monteros y Jorge Buxadé. Vox, con 52 escaños en la carrera de San Jerónimo, vivía su mejor momento.
Tres años después, el partido se resquebraja tras un descalabro de 19 escaños y en plena lucha interna entre dos sectores: los liberales y los ultraconservadores. Los últimos van ganando la partida, a tenor de las últimas salidas. Ayer se produjo la enésima, con la marcha de Juan Luis Steegmann, exdiputado y voz del partido en materia de sanidad. El llamado médico de Vox, que será reemplazado por Carla Toscano, debía recoger el testigo de Iván Espinosa de los Monteros, el cerebro económico y referente del ala liberal que dejó el partido el martes. «Siento mucho tu dimisión y las razones que la provocan», lamentó Javier Ortega Smith, otro buque que cesó en octubre de su cargo de secretario general. Su sustituto fue Ignacio Garriga, hombre fuerte de Buxadé. Pasó a vicepresidente —y candidato al Ayuntamiento de Madrid—, un puesto que dejó Víctor González, otro político de corte liberal de Vox.
Olona, el inicio
La primera grieta tiene la huella de Macarena Olona. La valenciana dejó el partido en julio del 2022. Alegó «razones médicas», después de que Juanma Moreno lograra la mayoría absoluta en Andalucía en el 2022. Olona, el alfil en el Congreso de Vox, pasó a ser un peón en un tablero, el andaluz, donde el PP era el rey.
En una situación idéntica está Rocío Monasterio en la Asamblea de Madrid, donde Isabel Díaz Ayuso ya no necesita los votos a su derecha. La líder de Vox en Madrid ha pasado a dirigir la Fundación Disenso y, paulatinamente, pierde fuelle como voz relevante. Es la última reina liberal, en jaque por los caballos de Buxadé, que ganan posiciones en la calle Bambú.
Garriga niega una crisis interna: «Vox está en uno de sus mejores momentos»
El secretario general de Vox, Ignacio Garriga, ha negado este viernes que el partido haya entrado en crisis por la renuncia de su portavoz parlamentario, Iván Espinosa de los Monteros. Ha asegurado que «Vox está en uno de sus mejores momentos», y ha denunciado «burdas manipulaciones» en un «intento más de enterrar» a la formación. «Vox sigue fuerte (...) dejen de ver cosas donde no las hay», ha asegurado Garriga en una entrevista en RNE, en la que ha dicho que hay una campaña «perfectamente orquestada» por los medios de comunicación cuyo «único objetivo es hacer daño una vez más a Vox». Ha recalcado que Espinosa «no ha abandonado» Vox y sigue siendo un «activo crucial» del partido y ha subrayado que su decisión de dejar el Congreso y los cargos internos se debe exclusivamente a motivos personales. Sin embargo, ha añadido, se están «manipulando descaradamente sus palabras» y utilizándolas para «alimentar» teorías falsas sobre que «el ala dura de Vox forzó su salida». Ha atribuido esas «fabulaciones» a que Vox está siendo «muy incómodo» porque «ha venido para saquear el panorama político», pero ha advertido a quienes están «teledirigiendo esta campaña de acoso, manipulación, mentiras y derribo» que no van a «arriar ninguna de sus banderas».«No vamos a dar ni un paso atrás a pesar de los intentos de demonización, estigmatización y arrinconamiento hacia el tablero», ha recalcado. Después, ha insistido en que Vox «está más fuerte que nunca», ahora que están «haciendo valer» su importancia a través de los gobiernos autonómicos.