El independentismo catalán presiona con la Diada a Junts y ERC por pactar con el PSOE

Carlos Peralta
C. Peralta REDACCIÓN / LA VOZ

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David Borrat | EFE

El PNV reconoce que ya se dieron los primeros contactos con los socialistas

23 ago 2023 . Actualizado a las 13:47 h.

La sesión de investidura es una partida de mus en la que, en vez de puntos, lo importante es el número total de diputados. Además, en esta particular mesa habrá al menos once partidos. Todos ellos tendrán un peso específico en este juego, en el que Alberto Núñez Feijoo se llevó la primera mano y acudirá al debate de investidura.

ERC y Junts son dos partidos que juegan varias partidas de forma simultánea. Entre ellas hay dos jugadas inevitablemente unidas: el liderazgo en las negociaciones de investidura con Sánchez y, como consecuencia, un papel hegemónico en el independentismo catalán. En esta última quiere entrar con un órdago la Asociación Nacional Catalana. Ayer, su presidenta, Dolors Feliu, criticó la actitud de ERC y Junts por entablar negociaciones con el PSOE y Sumar. «Nos dicen que somos peligrosos y terroristas, cuando en realidad no hay violencia en el independentismo. ¿Qué tenemos que negociar con esta gente que vulnera derechos humanos? Las negociaciones no van de buena fe, es táctico. Y nosotros debemos ganar el relato internacional», afirmó ayer, en un debate de la Universitat Catalana de Estiu. La ANC y Òmnium Cultural, representada por su presidente, Xavier Antich, llamaron a la movilización de cara a la Diada del 11 de septiembre. «La ciudadanía tiene que salir a pedir la independencia. No puede dar la sensación que nos conformamos en que nos dejen hablar en catalán al Congreso». Reivindicó Feliu.

Las elecciones autonómicas en Cataluña son la gran partida para los partidos independentistas. Una cita a la que la ANC, con la eurodiputada y exconsejera de la Generalitat Clara Ponsatí, aspira a completar el cuarto lado de la mesa y competir por el favor del electorado independentista. El mismo que, en el 23J, castigó a ERC y Junts con la pérdida de 700.000 votos.

Dos entrevistas dispares

«La política es como el mus o la vida. Hay que saber jugar las cartas», afirmó a El País Aitor Esteban en el 2019. Ayer, precisamente, el diputado del PNV se llevó un pequeño envite. Concedió dos entrevistas. En la primera, a Radio Euskadi, afirmó que «el PSOE no había movido ficha». Horas más tarde, el panorama ya era diferente. Esteban dijo que un miembro del PSOE con «altas responsabilidades» se había puesto en contacto con él. El político bilbaíno, eso sí, también volvió a cerrarle la puerta al PP mientras cuente con Vox en su ecuación, y prometió que pondría «toda la carne en el asador» para evitar unas nuevas elecciones.

Los cinco diputados del PNV son esenciales para la investidura de Sánchez, tanto como los 14 (siete tanto de Junts como de ERC) de los partidos independentistas de Cataluña. Ninguno de ellos dio ayer ninguna señal, tras rechazar su participación en la ronda de contactos y recibir el reproche de Yolanda Díaz. «La ausencia de algunas fuerzas impide cotejar cuáles son los apoyos de Sánchez», dijo la ministra de Trabajo en funciones.

Sumar, en cambio, volvió a recurrir a los guiños, y lo hizo a pares. Íñigo Errejón, líder de Más País, insistió en que su grupo ya estudia «vías jurídicas». Ernesto Urtasun, portavoz de la coalición de partidos, aseguró que «la cuestión catalana va a jugar un papel muy importante» en las negociaciones de investidura. Sumar cuenta con una veintena de juristas que estudian el encaje de una amnistía en el marco constitucional.

En este asunto, el PSOE no desvela sus cartas. Tanto Sánchez como Salvador Illa, presidente del PSC, evitaron decantarse. «Haremos de la discreción y de la prudencia una divisa las próximas semanas», aseguró el exministro de Sanidad, que puso en valor la actitud del partido: «El PSC hará más que dirá, actuará más que hablará, y trabajará con el objetivo de mantener la concordia en Cataluña».