Rubiales: «No voy a dimitir. ¿Un pico consentido es para sacarme de aquí? Voy a defenderme hasta el final»
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«Desde hace cinco años van a por mí con todo, es una campaña de asedio», aseguró el presidente de la RFEF, que criticó al «falso feminismo». Pidió perdón por el gesto en el palco pero no por el beso, que según sus palabras fue «espontáneo, mutuo, eufórico y consentido»
25 ago 2023 . Actualizado a las 19:51 h.Después de más de veinte minutos de explicaciones, el discurso de Rubiales dejaba entrever que la conclusión, frente a lo que se había dicho, no iba a ser su renuncia al cargo. Fue en ese momento cuando anunció con contundencia que no iba a dejar la presidencia de la RFEF. «No voy a dimitir, no voy a dimitir, no voy a dimitir. ¿Un pico consentido es para sacarme de aquí? Voy a defenderme hasta el final». El todavía presidente federativo insistió en denunciar una situación de «falta de libertad total» en este país. «¿Es tan grave como para que yo me vaya tras esta gestión exitosa? Pues no voy a dimitir». «Esta campaña no responde a la verdad ni a la Justicia. En estos cinco años de cacería se me ha acusado de robar, de cobrar comisiones, de usar dinero federativo... Jamás van a demostrar nada de eso porque nunca en mi vida me he llevado un céntimo que no fuera mío». El presidente de la RFEF aseguró que «se está ejecutando un asesinato social» contra él, que se le está «tratando de matar», al mismo tiempo que explicó que el beso a la jugadora Jenni Hermoso fue «espontáneo, mutuo y consentido».
Luis Rubiales comenzó a la hora prevista su intervención en la Asamblea Extraordinaria «encantado de poder dar explicaciones ante el órgano que me eligió» y dando las gracias a los «muchísimos mensajes de apoyo» que ha recibido durante estos días, «gente que aunque silenciada, me está apoyando».
Primero quiso hablar del gesto en el palco después del gol, cuando se agarró los testículos. «Quiero pedir perdón sin paliativos por un hecho que sucedió cuando en un momento de euforia me agarré esa parte del cuerpo que ya habéis visto. Y voy a proceder a explicarme mirando a Jorge Vilda. Te han querido hacer a ti lo mismo que ahora me están haciendo a mí, un discurso falso tratando de transformarlo en verdad. Pero hemos estado juntos. Me emocioné muchísimo hasta el punto de perder el control, cuando tu primera reacción ante el gol fue girarte hacia el palco y dedicarme el gol», explicó. «Tengo que pedir disculpas a su majestad la Reina, a la Infanta y a todo aquel que se haya sentido ofendido porque entiendo que no es un gesto nada edificante», insistió en las disculpas.
A continuación vino la explicación sobre el beso a Jenni Hermoso. «Por supuesto, quien vea el vídeo entenderá que ante toda la gente que había allí el deseo que podía tener en ese beso era el mismo que podía tener dándole un beso a una de mis hijas. Por lo tanto no hay deseo y no hay posición de dominio. Todos lo comprenden, aunque se esté vendiendo otra cosa en los medios, tanto los que rinden pleitesía al señor Tebas como los que lo hacen al falso feminismo, una gran lacra para nuestro país», detalló.
«Fue un beso espontáneo, mutuo y consentido. Esta jugadora falló un penalti y yo tengo una gran relación con todas las jugadoras; hemos sido una familia durante más de un mes y tuvimos momentos cariñosos en esta concentración», ha asegurado durante su intervención en la Asamblea General Extraordinaria de la federación. Relató que fue Hermoso quien lo levantó del suelo: «Y casi nos caemos y al dejarme en el suelo nos abrazamos (...) Me subió en brazos y me acercó a su cuerpo, y le dije "olvídate del penalti" y me contestó "eres un crack". Y yo le dije, ¿un piquito?, y ella dijo "vale". Se despidió con un último manotazo en el costado y se fue riendo. Esa es la secuencia de todo».
«Todo el mundo lo entendió como una anécdota. Pero empiezan todas estas presiones, se pasa al silencio de las jugadoras y luego a un comunicado que yo no acabo de entender. Ahora no se trata de hacer justicia. Se está ejecutando un asesinato social, se me está tratando de matar. Tenemos que reflexionar hacia dónde vamos como sociedad».
«Desde hace cinco años van a por mí con todo», aseguró, diciendo que ya ni cuenta las querellas contra él. «Estoy dispuesto a ser vilipendiado por seguir defendiendo la verdad», insistió varias veces Rubiales, que dijo estar siendo víctima de una campaña de asedio. Anunció que emprenderá acciones legales contra varios ministras y líderes políticos, diciendo que va a defenderse «donde hay que defenderse, en los juzgados». Se refirió en concreto a Yolanda Díaz, Ione Belarra, Irene Montero y Pablo Echenique. «Se han referido a esta acción con las palabras vejar, agredir, sin consentimiento... Por Dios ¿qué pensarán las mujeres que de verdad hayan sido agredidas sexualmente?».
Respaldo a Vilda
Tras explicar su gesto «emocionado» en el palco, ha vuelto a dirigirse al entrenador de la selección femenina para respaldarlo totalmente después de la polémica con 15 de las jugadoras antes del Mundial. Ha anunciado que ha iniciado los trámites para ofrecerle la renovación para los próximos cuatro años, cobrando medio millón de euros al año. «Te lo mereces», ha dicho.
Presión en aumento
El sorpresivo movimiento de Rubiales de este viernes llega cuando todo el mundo daba por hecho que hoy la noticia iba a ser una dimisión. Nada más lejos de la realidad. El presidente de la RFEF quiere quedarse a pesar del clamor social y una presión, también institucional, que fue aumentando en los últimos días, después de que en un primer momento el señalado negase la importancia de unos gestos que circunscribía a la efusividad propia de la «celebración de dos amigos» mientras llamaba «idiotas» o «tontos del culo» a aquellos que estaban señalando que se trataba de violencia sexual y machismo. En cuestión de horas y ante el aumento de las críticas, sobre todo en redes sociales, Rubiales publicaba un vídeo con el que pretendía pedir disculpas. «Aquí —en la expedición— no se entendía porque lo veíamos como algo normal, sin ninguna mala fe. Pero fuera parece que se ha formado un revuelo, por lo que si hay gente que se ha sentido por esto dañada, tengo que disculparme. No queda otra», aseguraba desde la escala en Dubai de la expedición.
Los reproches llegaron poco a poco en cascada al aún presidente de las RFEF por parte de máximos mandatarios del ámbito cultural, deportivo y especialmente político. El mismo Pedro Sánchez afeó las disculpas de Rubiales en su vídeo, solo 24 horas antes de que el presidente del Gobierno recibiera a las integrantes de la selección femenina que el pasado 20 de agosto conquistó el Mundial.
La vicepresidente segunda, Yolanda Díaz, y la ministra de Igualdad, Irene Montero, fueron las voces femeninas más discordantes en el seno de un Gobierno todavía en funciones. Pero tampoco faltaron las críticas de Isabel Rodríguez, ministra de Política Territorial y portavoz gubernamental; Teresa Ribera, vicepresidenta tercera, ni de Cuca Gamarra, secretaria general del PP.
Mientras tanto el ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, instaba a que durante la Asamblea Extraordinaria hubiese «un gesto claro e inequívoco de rechazo» a Rubiales. También había anunciado que el Consejo Superior de Deporte (CSD) llevaría ante el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) la actuación de Rubiales durante la final mundialista.
Esto iba en línea con lo ya expresado por el secretario de Estado para el Deporte, Víctor Francos, en distintas entrevistas a raíz de que Rubiales se agarrase los testículos desde su posición en el palco en señal de victoria por el título de la selección española; y, cómo no, a raíz del beso dado sin permiso a Hermoso.
Los habituales apoyos al presidente de la RFEF se fueron diluyendo en las últimas horas. Un claro punto de inflexión fue cuando la propia jugadora implicada dio un paso al frente. Después de varios días de silencio, Jenni Hermoso, la jugadora a la que besó Luis Rubiales en la entrega de medallas tras el triunfo en Mundial femenino, exigía medidas contra el presidente del ente federativo. En un comunicado, trasladado de forma coordinada entre su agencia de representación agencia y su sindicato, pedía a la Real Federación Española de Fútbol que «implemente los protocolos necesarios, vele por los derechos de nuestras jugadoras y adopte medidas ejemplares».
Al día siguiente, este jueves, llegaban noticias desde la FIFA, ya que su Comisión Disciplinaria anunció la apertura de un «procedimiento disciplinario». El organismo que preside Gianni Infantino entendía que el beso del dirigente español a Hermoso en la celebración del Mundial «podría resultar constitutivo de violaciones de los artículos 13.1 y 13.2 del Código Disciplinario de la FIFA». Además, la entidad reiteraba su compromiso «absoluto» con el respeto a la integridad de todas las personas. «Y por lo mismo condena con el mayor vigor todo comportamiento en contrario», concluyó el comunicado de la FIFA.
Otros anuncios que sin embargo no movieron a Rubiales, fueron la noticia de que la Federación Vasca no acudiría a la Asamblea Extraordinaria, y más tarde con el presidente de la Federación Extremeña, Pedro Rocha, postulándose como máximo dirigente de la Junta Gestora que releve a Rubiales.
Luis Rubiales, víctima de sus propios escándalos
ANA IGLESIAS
Refugiado en su Motril natal, las peticiones de dimisión de estos días no cesaron. Su decisión fue convocar una Asamblea Extraordinaria en la que, a priori, tenía previsto defender su gestión. Un método ya empleado por su antecesor en el cargo, Ángel María Villar, cada vez que se veía amenazado. Lo cierto es que Rubiales cada vez estaba más solo y parecía que no le quedaba más salida que la dimisión. Sorprendentemente, siguió el guion original y optó por defender su papel como presidente y anunciar que seguirá en el cargo.
El exfutbolista está acostumbrado a salir ileso de cualquier batalla. Llegó al cargo el 17 de mayo del 2018 al obtener mayoría absoluta, puesto que refrendó en el 2020 al lograr 95 votos a favor y 10 abstenciones. Sin embargo, su mandato ha estado cargado de polémicas.
Mundial de Rusia
La destitución de Lopetegui. Fue su primera decisión trascendente desde su llegada al cargo hacía solo unas semanas. Y no le tembló la mano. El entonces seleccionador nacional, Julen Lopetegui, había firmado un contrato con el Real Madrid 48 horas antes del debut de España en el Mundial de Rusia. El contrato comenzaría una vez concluyese el torneo, pero Rubiales decidió destituirle y poner en su lugar a Fernando Hierro. El resultado es de sobra conocido.
Supercopa de Arabia
Acorralado por Anticorrupción. Es posiblemente el gran escándalo en su mandato. El Confidencial destapó unos documentos y unos audios entre el presidente de la RFEF y Gerard Piqué (entonces futbolista del Barcelona), donde se hablaba del traslado de la Supercopa de España a Arabia Saudí. El contrato firmado por seis años, supuso unos ingresos de 40 millones de euros por temporada para la federación, mientras que Kosmos, de la cual es primer directivo Gerard Piqué, se llevaba cuatro millones por cada uno. El acuerdo también disparó el salario variable de Rubiales. Fue acusado por Anticorrupción, causa que todavía mantiene, por desviar dinero. Pero eso no acabó con él. «Lo único que tengo miedo es a que me metan cocaína en el coche», llegó a confesar el mandamás de la federación en una rueda de prensa surrealista en la que denunció ser víctima de «una caza preparada, falseando la realidad».
Subidas de sueldo
La fiesta de Salobreña. Rubiales sostiene que no ha tenido «ni una semana tranquila» desde que es presidente y él mismo ha afirmado tener 25 querellas. «Quieren acabar conmigo», dijo. Fue denunciado ante la Fiscalía Anticorrupción por su propio tío y ex jefe de gabinete, Juan Rubiales, acusado de un presunto desvío de dinero federativo para pagar varias orgías con amigos en la localidad granadina de Salobreña. Se manejaba bien en los escándalos y, hasta ahora, ha sabido sortear la polémica mientras hacía crecer de forma exponencial sus ingresos anuales. Además, recibía 3.100 euros mensuales de la federación para el alquiler de un ático, aunque la normativa solo permite costearlo si el presidente procedía de fuera da Madrid. No era el caso. Y no solo eso, en unos audios filtrados, no se cortaba a la hora de realizar comentarios despectivos hacia los equipos que reconocía que peor le caían: el Sevilla, Valencia, Villarreal y Atlético de Madrid.
Espionaje
Grabaciones clandestinas. Luis Rubiales también grabó conversaciones privadas con altos cargos del Gobierno de Pedro Sánchez. A pesar de que tildó la información de falsa, El Confidencial publicó que era una actividad que realizaba desde el 2018. También, en su guerra contra Javier Tebas, su principal enemigo, reveló que «usó al exfutbolista del Real Madrid Fernando Sanz como su garganta profunda dentro de LaLiga».
Viajes
A Nueva York con una amiga. Delia Rodrigo, la jueza de Majadahonda que le investiga por los Supercopa Files, solicitó información sobre un presunto viaje que realizó en otoño del 2018 a Nueva York junto a una pintora mexicana, costeado con fondos de la federación.