Con qué pulmón financiero llegan los hogares a la cuesta de septiembre

Susana Pérez

ACTUALIDAD

JUAN SALGADO

La riqueza financiera de las familias españolas ha crecido, la tasa de ahorro ha repuntado y el endeudamiento ha bajado. La sombra es que el acceso al crédito bancario no deja de endurecerse.

27 ago 2023 . Actualizado a las 10:01 h.

Enfrentarse a la «cuesta de agosto» una vez finalizadas las vacaciones de verano suele ser duro. Este año hay que contar con dos hándicaps añadidos. De un lado está la inflación que, pese a haber aflojado respecto al cerca del 11 % que se alcanzó en España en julio del 2022, aún se mantiene elevada y amenaza con volver a repuntar. Por otra parte, los tipos de interés han pasado de cero al 4,25 % en apenas doce meses y posiblemente subirán algo más antes de estabilizarse por un tiempo indeterminado en estos niveles, los más altos desde que nuestro país y otros nueve de la Unión Europea adoptaron el euro como moneda común el 1 de enero de 1999.

Toca afrontar gastos extraordinarios en muchos hogares. Sin duda en todos aquellos con hijos en edad escolar y universitaria, en los que habrá que destinar un buen pellizco del presupuesto doméstico a matrículas, libros, equipamiento diverso, incluyendo dispositivos electrónicos… Según la encuesta anual de gastos escolares que realiza la OCU anualmente, cada alumno entre 3 y 18 años gastará durante el próximo curso escolar, de media, 2.186 euros, un presupuesto que puede llegar a rozar los 7.000 euros en promedio en el caso de los centros privados. Buena parte de ese desembolso se concentrará en el mes que está a punto de comenzar.

Y sea cual sea la situación familiar también habrá que pagar la deuda de las tarjetas de crédito, que muy a menudo crece en la época estival por el consumo excepcional propio de los tiempos de relajación y ocio.

Para las familias más vulnerables, «la cuesta de septiembre» se convierte, evidentemente, en una montaña inabordable. El 9 % de los hogares españoles no podría cubrir los gastos esenciales con su renta bruta total en el 2022, según informe de la situación financiera de los hogares y las empresas correspondiente al primer semestre del 2023 publicado por el Banco de España el pasado mes de julio. Esta cifra ha crecido en dos puntos porcentuales respecto al 2020 y todo apunta a que irá a más este año. Pero, en general, los españoles llegan al noveno mes del 2023 con pulmón financiero suficiente.

Indicadores generales

La riqueza financiera neta de las familias creció en 40.736 millones de euros en el primer trimestre del 2023 respecto a los tres últimos meses del 2022, hasta superar ligeramente los 2 billones de euros, nuevo máximo histórico. Esto ha sido posible, según CaixaBank Research, como resultado del aumento de sus activos financieros (el stock bruto creció en 29.357 millones de euros, hasta un total de 2,75 billones) y del proceso de desapalancamiento de los hogares.

En el primer trimestre de este año, las familias redujeron su deuda en 7.886 millones de euros, hasta 694.938 millones, cantidad que representa el 51,1 % del PIB y es dos puntos porcentuales inferior al trimestre anterior, así como el mejor registro desde el 2022. Lo hicieron gracias a que el mayor ahorro acumulado en los últimos años (favorecido por las medidas de contención decretadas para hacer frente a la pandemia del covid), se ha podido emplear para amortizar préstamos bancarios y también porque ha retrocedido la nueva financiación desde el verano del 2022 (cuando empezaron a subir los tipos de interés) sobre todo en el segmento de préstamos para la adquisición de vivienda.

Además, la tasa de ahorro de los hogares volvió a aumentar, situándose en el primer trimestre del 2023 en el 0,9 % de su renta disponible, niveles por encima de su media histórica, por el doble efecto de una mejora de la capacidad adquisitiva de las familias y la contracción del consumo.

Pero en el marco de esta foto fija positiva, el último informe de situación financiera del Banco de España detecta algunas sombras, como un acceso al crédito bancario más restrictivo por el efecto del aumento de los costes de financiación, que puede complicar los planes de muchas familias. De hecho, los resultados de la encuesta de préstamos bancarios que realiza el Banco Central Europeo (BCE) de manera trimestral revelan que, en el segundo trimestre del 2023, tanto los criterios de concesión como las condiciones generales aplicadas a los nuevos préstamos se habrían seguido endureciendo de forma generalizada, por quinto trimestre consecutivo. Esta evolución respondería al aumento de los riesgos percibidos por las entidades financieras, a «una menor tolerancia a los mismos, y al incremento de los costes de financiación para las entidades y a una menor disponibilidad de fondos».

En el caso de los hogares, el endurecimiento fue menos pronunciado que en el trimestre precedente para los préstamos para adquisición de vivienda, pero fue más acusado para los créditos al consumo.

Reajuste de las finanzas

Con este telón de fondo, el inicio del nuevo curso puede ser un momento idóneo para pararse a pensar y reajustar las finanzas personales. Estos son algunas de las claves a tener en cuenta, según los expertos:

Punto de partida. Es importante elaborar un balance de la situación económica personal. Recopilar los activos (ingresos recurrentes, ahorro y propiedades) y los pasivos (gastos fijos y pendientes, deudas). Los expertos recomiendan considerar las cifras de un período significativo, alrededor de un año.

2 Objetivos claros. La pregunta a la que se debe responder es: qué objetivos se quieren conseguir, lo cual es siempre personal. La dispersión es contraria a la planificación, por lo que resulta básico establecer metas concretas, y estructuradas, también temporalmente: a corto, medio y largo plazo.

Realismo. Para evitar frustraciones, las metas financieras deber ser realistas y alcanzables. Es decir, hay que revisar si se cuenta con los recursos o la capacidad de ahorro necesaria para lograr los propósitos. En esta fase se puede decidir si la solución pasa, por ejemplo, por reducir consumos fijos o poner a raya los gastos variables. También se puede pensar en opciones para aumentar los ingresos: mejorar la posición laboral para recibir una mayor remuneración, realizar alguna actividad extra, poner en alquiler una propiedad…

Anticipar el ahorro. Reservar a principios de mes la cantidad fija que se ha decidido ahorrar y adaptar el gasto al dinero restante suele dar mejores resultados prácticos a la hora de acumular un colchón que dejar la acción para el final.

Adelgazar la deuda. El endeudamiento es muchas veces inevitable, pero hay que mantenerlo en unos niveles ajustados, que no supongan un lastre y dificulten la capacidad de decisión financiera. Es fundamental eliminar el exceso de deuda y eso se puede hacer con distintas estrategias: bola de nieve (eliminar primero la deuda que suponga un cargo mensual más pequeño); tsunami (quitarse antes que nada las que producen más tensión); o los tipos de interés más altos primero (cancelar las contratadas a tipos superiores).

Control continuo. Periódicamente se debe revisar el plan financiero inicial, detectar desviaciones y hacer los ajustes pertinentes. Los gastos imprevistos hay que atenderlos. Pero es un error desviar fondos de objetivos alejados en el tiempo para cumplir otros de menor plazo y eso hay que evitarlo.