El ensayo del pacto de Estado fallido de Feijoo dificulta aún más su investidura

Pablo Medina MADRID / LA VOZ

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Alberto Núñez Feijoo en la rueda de prensa posterior a su reunión con Sánchez.
Alberto Núñez Feijoo en la rueda de prensa posterior a su reunión con Sánchez. MARISCAL | EFE

El presidente del PP ha recibido la negativa socialista de alcanzar seis grandes pactos para la «regeneración del país» y está abocado a negociar con PNV y Junts, aunque la negativa de ambos a pactar con él ya es explícita

30 ago 2023 . Actualizado a las 22:49 h.

Había pocas opciones de que un pacto entre PP y PSOE tras la reunión de sus líderes saliera con un acuerdo de investidura. Alberto Núñez Feijoo, líder de los populares, ensayó una estrategia basada en los pactos de Estado para que «la lista más votada sea la que gobierne» y, «en aras de la centralidad», le pidió al presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, que aceptara seis pactos de Estado para una legislatura que caducaría en dos años para acabar con las pretensiones de los partidos minoritarios y volver a la tradición de mayorías bipartidistas desde hace 45 años. Una propuesta que fracasó por las posturas tan alejadas entre ambos partidos.

El líder de los populares quiso presentarle un perfil fuerte a Pedro Sánchez. Acudió a la reunión con su rival «en calidad de candidato y de ganador de las elecciones» y con la intención de ser «determinante» en la gobernabilidad del país. Porque, tal como expresó, «casi 16 millones de españoles escogieron la papeleta del PP o del PSOE» en las pasadas elecciones, dando a entender que la opción favorita del electorado es el centro y que es «incomprensible» que Sánchez busque el apoyo de los independentistas. «Ahora parece que hay que dejar a un lado la Justicia. Hay que parar la deriva que perjudica a España», dijo en referencia a las negociaciones de los socialistas con Carles Puigdemont.

Para Feijoo, es una «irresponsabilidad» que la gobernabilidad del país recaiga en las minorías, ya que es «discriminatorio» que la poca representatividad de estos partidos, en pos de facilitar un Gobierno de coalición entre PSOE y Sumar, se traduzca en la ganancia de unas cuotas de poder y unos «privilegios» que no respetan «la igualdad entre los españoles». Una igualdad donde encajó su discurso y las propuestas que le presentó a Sánchez en cuestion de Estado, de economía y familias, entre otros. Los privilegios los concretó en el referendo independentista reclamado por Junts y ERC y en la liberación de presos de ETA como exige EH Bildu, algo perjudicial para el Estado. La gobernabilidad, pues, tendría que recaer en el centro, a juicio del popular.

Aunque Feijoo llamó al «compromiso histórico» que es un gran pacto de los dos grandes partidos de centro, sin precedentes en el país, lamentó que Sánchez no quisiera esta «investidura» entre grandes partidos «constitucionales». Pero no quiso renunciar a los diálogos con el PSOE ni con ningún otro partido. De hecho, no renunció al encuentro en el espacio del centro, aunque sea en «grandes cuestiones de Estado» para acabar con las dinámicas de «conmigo o contra mí». «Hay una opción de bienestar e igualdad, y está en manos del Partido Socialista. Yo nunca llegaré al Gobierno sin defender la igualdad de los españoles», refirió.

Ambos líderes certificaron además la muerte del centro político. Porque a pesar de que Feijoo miró al centro sin respuesta, Sánchez prefiere como aliados a sus socios de la pasada legislatura, y ello no deja más remedio a Feijoo que mirar a Vox.

Investidura cuesta arriba

A pesar de que la reunión era una oportunidad para acercarse al PSOE, «aunque podría haber durado más», según Feijoo, la investidura del candidato popular se complica aún más. La oferta programática «temporal» no se quedará en la mesa socialista, sino que será la carta que el líder de los populares jugará con el resto de formaciones, incluído Junts y PNV, para conseguir ser investido. 

Sin embargo, el «no» de Sánchez dinamita la opción favorita de Feijoo para ser investido, puesto que su mirada centrista le condenaba a entenderse con el PSOE. Más especialmente cuando las relaciones con Vox se han enfriado hasta el punto de que no se sabe si cambiarán de nuevo su disciplina de voto en la investidura. Ni tampoco si exigirán cuotas de poder en un futurible Ejecutivo de las derechas.

Sin embargo, la insistencia de Feijoo tiene muchas papeletas para ser la llamada a la puerta de una casa vacía. Porque tanto PNV como Junts ya expresaron de forma pública el rechazo a pactar con Feijoo por su cercanía a Vox. Y esa lectura cristalizó en la configuración de la Mesa del Congreso, donde nacionalistas e independentistas votaron a Francina Armengol, la candidata del PSOE, dando a entender que, de apoyar a un candidato en el futuro, provendría de la bancada socialista.

Además, los líderes regionales socialistas e independentistas le cerraron la puerta. Eso sí, destacó que hablará con el lendakari Iñigo Urkullu esta tarde, aunque previsiblemente no prosperará nada de dicha conversación, puesto que Feijoo desea «escuchar» y no recibir apoyos. La horquilla de 172 escaños es complicada de ensanchar. Pese a los acuerdos con Vox, UPN y Coalición Canaria, el resto de formaciones apuntan a Sánchez, que se ha prestado a dar más concesiones a las fuerzas parlamentarias que rechazan tanto un Ejecutivo del PP como la presencia de Vox en el mismo.

Contenido del pacto

El documento presentado por Núñez Feijoo a Sánchez prevé un Ejecutivo compuesto por 15 ministros para una validez de dos años con posibilidad de agotarla en cuatro si así lo desearan los firmantes. También dio por sentado el «sí» a la renovación del CGPJ propuesto por el líder socialista, ya que la «regeneración democrática» forma parte también de dicho documento. Eso sí, sin aclarar si pondrá condiciones.