Arabia Saudí o cómo los petrodólares pueden blanquear una brutal autocracia

Ricard G. Samaranch TÚNEZ / E. LA VOZ

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Mohamed bin Salman, durante una visita al Elíseo en junio del 2023.
Mohamed bin Salman, durante una visita al Elíseo en junio del 2023. CHRISTOPHE PETIT TESSON | EFE

El despliegue en el mundo del deporte y las inversiones en el extranjero forma parte de la estrategia nacional para transformar su economía Visión 2030

09 sep 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

El brutal asesinato y descuartizamiento del disidente saudí Jamal Khashoggi en el consulado de Estambul en octubre del 2018 representó una gran mancha en la reputación saudí y sobre todo en la de Mohamed Bin Salman, príncipe heredero y hombre fuerte del régimen. Durante los años siguientes, los principales líderes occidentales se negaron a reunirse con él, y cuando Joe Biden era aspirante a la Casa Blanca prometió castigar al régimen saudí convirtiéndolo en un «paria». A grandes problemas, grandes soluciones, debió pensar Bin Salman, que encontró parte de la solución en el fútbol, un deporte tan popular en Arabia Saudí como en el resto del mundo. Curiosamente, en Riad se inspiraron en el éxito de la estrategia de uno de sus rivales regionales, Catar, que invirtió una cantidad ingente de sus petrodólares en organizar el Mundial de fútbol del 2022.

Así fue cómo Arabia Saudí se propuso convertirse en uno de los centros mundiales del «deporte rey» para blanquear la represión de la oposición o la imposición de castigos medievales, como amputación, latigazos o decapitaciones. El proyecto empezó con la atracción en el 2019 de la Supercopa de Italia, que desde entonces se disputa en territorio saudí, a miles de kilómetros del país transalpino. Al año siguiente y dos después del asesinato de Khashoggi, fue la Federación Española de Luis Rubiales la que se añadiría a este sinsentido por más de 40 millones de euros.

Sin embargo, las cifras de locura no llegarían hasta días después del Mundial de Catar, cuando el portugués Cristiano Ronaldo firmaría por el club Al Nassr por un sueldo de cerca de 200 millones de euros al año. Otras estrellas mundiales han seguido sus pasos también a cambio de unos salarios desorbitantes: Neymar, Benzema y Mané. En total, este verano el mercado de fútbol saudí ha gastado cerca de 450 millones de euros. Una cantidad superior a los 370 millones que costó comprar el Newcastle inglés en el 2021.

Como no todo el mundo comparte la pasión por el fútbol, los saudíes han invertido para convertirse también en un hub para la élite de otros deportes. En el 2021, se celebró el primer Gran Premio de fórmula 1 en Arabia Saudí, y en enero se supo que el PIF, el fondo soberano saudí, ofreció unos 20.000 millones de euros para hacerse con el control de Formula One Group, organizadores de la competición. Sin embargo, la oferta fue rechazada por sus propietarios, Liberty Media. Lo que sí han logrado es amarrar al Rally Dakar, y se abren paso en el mundo del tenis con nuevos torneos.

Ahora bien, el movimiento del reino del Golfo que causó más ruido fue el intento de crear una liga alternativa a la PGA Tour de golf, la liga de élite estadounidense. En el 2022, los organizadores llegaron a prohibir a 17 jugadores participar en torneos de la PGA por haberlo hecho en la liga saudí, percibida como una especie de OPA hostil. El pasado 6 de junio, ambas ligas decidieron fusionarse en lo que se interpretó como una gran victoria de Riad.

El despliegue saudí en el mundo del deporte forma parte de la llamada Visión 2030, un ambicioso plan que tiene como objetivo transformar profundamente la economía del reino de la dinastía de los Al Saud para poner fin a su dependencia del petróleo.

Turismo y activos

Además de desarrollar la economía del conocimiento, un pilar central del proyecto es promover el turismo con el objetivo de que pase de representar un 10 % del PIB, frente al 3 % actual. Y el turismo deportivo debe contribuir a ello de forma decisiva. El otro pilar es la compra de activos de multinacionales occidentales por parte del fondo soberano saudí, como ha hecho la pasada semana con Telefónica.