Ursula von der Leyen, en la encrucijada de su mandato

Pablo González
pablo gonzález ESTRASBURGO / LA VOZ

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La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen YVES HERMAN | REUTERS

El discurso sobre el estado de la Unión de la presidenta de la Comisión puede dar pistas sobre sus deseos de continuar en la próxima legislatura, mientras que se prevé que anuncie nuevas líneas estratégicas para los próximos años. «Si ella decide seguir, será una candidata que nadie podrá parar», asegura el vicepresidente Margaritis Schinas

13 sep 2023 . Actualizado a las 09:30 h.

El mandato de Ursula von der Leyen al frente de la Comisión está en el esprint de los últimos cien metros de la legislatura y en ese escenario de fin de ciclo se viven las horas previas del debate del estado de la Unión en Estrasburgo, que tendrá lugar este miércoles. En el entorno más próximo a la presidenta y en la propia Eurocámara se confirma que el discurso no va a ser solo una rendición de cuentas, constatan cargos del Parlamento Europeo como el director general de Comunicación, el español Jaume Duch. Von der Leyen ya ha tenido reuniones con los jefes de los grupos políticos de la Eurocámara, en las que avanzó unas premisas muy generales. Pero todo apunta a que su discurso trazará líneas políticas que van más allá de la actual legislatura, y esbozará estrategias sobre los grandes retos que afrontarán los Veintisiete en el nuevo período político que se abrirá a partir del 9 de junio del 2024, fecha de las próximas elecciones europeas.

La propia presidenta de la Comisión anunció hace unos días que en su discurso anunciará una serie de «acciones audaces» para ejecutar en lo que resta de mandato, aunque en ningún caso podrán ser iniciativas legislativas que comiencen desde cero, pues no hay tiempo material para las negociaciones. La Eurocámara ya ha aprobado unas 200 iniciativas legislativas y están pendientes otras 175. Muchas de ellas quedarán para la próxima legislatura, pero las que se aprueben dependen en buena medida del impulso de la Presidencia española, que deberá marcar las prioridades, pues la presidencia belga se inicia en un tiempo de descuento previo a las elecciones. No queda claro hasta qué punto afecta la situación política interna de España, con un Gobierno en funciones. Parece que los ministros ya han iniciado negociaciones, los trílogos, y tal vez la única anomalía estriba en que el presidente Pedro Sánchez aún no ha expuesto ante el Parlamento las prioridades de la Presidencia española, algo que no ha sucedido hasta ahora. También es verdad que las presidencias de turno han perdido peso después del tratado de Lisboa y tal vez su relevancia esté sobredimensionada.

Hay iniciativas relevantes que entrarán en vigor en los próximos meses, como los distintos instrumentos que se aplicarán para disuadir a terceros países de ejercer la coerción económica contra la UE en el ámbito comercial, explicó la portavoz de Agricultura y Comercio Miriam García Ferrer. Se trata de una herramienta destinada a tomar medidas contra países que restringen los acuerdos de libre comercio, pese a beneficiarse de ellos en el ámbito económico de la Unión. Pero solo sobrevivirán en esta legislatura aquellos asuntos que se presenten hasta mediados de febrero.

En la agenda del discurso estará sin duda la guerra de Ucrania y, posiblemente, referencias a la ampliación a los países del Este, un asunto estratégico para la Unión, pero no exento de complicaciones. La ampliación a los Balcanes occidentales, Moldavia, Georgia y Ucrania tiene a su favor relevantes razones geopolíticas, como evitar que la influencia de Rusia sea cada vez mayor en estos territorios. La Comisión Europea publicará en un mes una evaluación de los progresos realizados por los países candidatos y los 27 jefes de Estado y de Gobierno debatirán el tema en su cumbre informal de Granada el 6 de octubre. Está por ver si se fija el 2030 como horizonte para nuevas ampliaciones.

Ursula von der Leyen afronta un discurso sobre el estado de la Unión en plena encrucijada política y con un buen expediente a sus espaldas. La buena gestión de la crisis del covid en un asunto, el sanitario, donde la UE carece de competencias, ha generado una mayor comprensión en la ciudadanía europea de lo que significa la Unión y de las relevantes repercusiones que tiene en sus vidas. Tal vez por ello más ciudadanos europeos -hasta un 71 %- muestran su propensión a ejercer el voto en las elecciones de junio. La postura unitaria y firme en la guerra de Ucrania, además, ha servido para cumplir uno de los grandes objetivos del mandato: lograr que la UE tenga un papel central en la política internacional, algo en lo que ha tenido mucho que ver el alto representante para la política exterior, Josep Borrell. A estos logros habría que añadir e Pacto Verde Europeo, con el que la UE se posiciona en la vanguardia de la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, queda por ver el papel de los países con gobiernos euroescépticos y su capacidad para entorpecer nuevos avances en el futuro. 

«Hemos tratado con crisis sin precedentes, algo que no esperábamos cuando empezamos», asegura el vicepresidente Margaritis Schinas, comisario responsable para la promoción del estilo de vida europeo. En su opinión, la presidenta recordará estos logros en su último discurso. Schinas cree que hay varias lecciones que se pueden extraer de este período y es que «Europa aguantó, demostró que es mucho más resiliente de lo que muchos esperaban», asumiendo responsabilidades políticas que antes quizás eran impensables. Entre ellas destacó la mutualización de la deuda que supone el Plan de Recuperación, la compra centralizada de vacunas o la de armas para Ucrania. «Las políticas antropocéntricas de la UE han demostrado que Europa es para la gente», frente al mensaje populista de que Europa es solo la burocracia de Bruselas. «Hemos aprovechado cada centímetro de las competencias que nos dan los tratados para la compra centralizada de vacunas», aseguró, aunque descartó que exista una política de sanidad común.

 Todo esto puede animar a Von der Leyen a intentar revalidar el cargo, aunque en el Partido Popular Europeo tendrá enfrente la dura competencia de su compatriota Manfred Weber. En cualquier caso, será una decisión que tomará su partido en el congreso de marzo en Bucarest, por lo que tal vez sea demasiado prematuro un anuncio en este sentido. «Si ella decide seguir, será una candidata que nadie podrá parar», asegura Margaritis Schinas, que ve posible un acuerdo sobre emigración a nivel europeo antes de que se celebren las elecciones. Manfred Weber era más propenso que Von der Leyen a pactar con los partidos a la derecha del Partido Popular, pero parece que  últimamente está optando por mensajes más centristas.