Una mayor carga genética neandertal duplica el riesgo de sufrir covid grave

valentina saini VENECIA / E. LA VOZ

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La policía urbana del municipio italiano de Seriati realiza controles anti-covid en uno de los momentos más duros de la pandemia
La policía urbana del municipio italiano de Seriati realiza controles anti-covid en uno de los momentos más duros de la pandemia iStock

El estudio del ADN a la población de un pueblo italiano revela la relación

18 sep 2023 . Actualizado a las 10:10 h.

Con más de 190.000 víctimas hasta la fecha, Italia ha sido uno de los países más afectados por la pandemia que estalló hace tres años, y el norte del país transalpino ha pagado un precio especialmente alto. Por ejemplo, en los valles de la acomodada provincia de Bérgamo, a unos cincuenta kilómetros de Milán, murieron más de 16.000 personas solo en el 2020. Nembro, un pueblo de poco más de 11.000 habitantes, registró un aumento del 850 % de fallecimientos en marzo de ese año. Por este motivo, un equipo de científicos del Instituto Mario Negri, prestigioso centro de investigación biomédica de Milán, eligió la población de la provincia de Bérgamo para desarrollar el proyecto Origin, un estudio sobre la relación entre los factores genéticos y la gravedad de la enfermedad de covid-19.

En el estudio, publicado en la revista iScience, participaron casi 10.000 personas, que rellenaron un cuestionario sobre sus antecedentes clínicos y familiares relacionados con la infección por coronavirus. Los resultados muestran que una determinada región del genoma humano está marcadamente asociada al riesgo de contraer covid-19 y enfermar gravemente.

 El director del Instituto Mario Negri, Giuseppe Remuzzi, afirma: «Lo sensacional es que tres de los seis genes que se asocian a este riesgo llegaron a la población moderna de los neandertales, en concreto del genoma Vindija, que data de hace 50.000 años y se descubrió en Croacia. Quizá este genoma protegía a los neandertales de las infecciones, pero ahora provoca un exceso de respuesta inmunitaria que no solo no nos protege, sino que nos expone a una enfermedad más grave. Puede que haya un millón de víctimas del cromosoma neandertal en el mundo y que sean precisamente las que, en ausencia de otras causas, mueran por predisposición genética».

Más vulnerables

Los portadores de un determinado haplotipo (o sea, un conjunto de variaciones de genes), explicó Remuzzi, «tenían más del doble de riesgo de desarrollar covid grave (neumonía), casi el triple de riesgo de necesitar cuidados intensivos y un riesgo aún mayor de necesitar ventilación mecánica que los sujetos sin ese haplotipo».

La noticia de que tener un haplotipo neandertal hace a una persona más vulnerable al covid-19 ha dado la vuelta al mundo. No solo los medios italianos, sino también periódicos internacionales como el Wall Street Journal se han hecho eco de ella, aunque los científicos del Instituto Mario Negri no son los primeros en señalar la herencia genómica neandertal como un importante factor de riesgo genético.

 En septiembre del 2020, la revista Nature publicó un artículo firmado por el genetista Hugo Zeberg y Svante Pääbo, biólogo y genetista ganador del Premio Nobel por sus descubrimientos sobre los genomas de homínidos extintos, que señalaba que el principal factor de riesgo genético para la infección por SARS-Cov-2 grave se hereda de los neandertales.

 Además, en gran medida gracias al trabajo de Pääbo, es sabido que los neandertales, homínidos desaparecidos hace unos 30-40.000 años, se mezclaron con nuestros antepasados Homo sapiens a lo largo de los milenios de coexistencia en Eurasia. Esto significa que los genes neandertales no solo están presentes en los valles del norte de Italia: alrededor del 1-4% del genoma de la población euroasiática procede de estos «primos» homínidos ya extinguidos. Un segmento genómico neandertal concreto, presente en cerca del 50 % de los habitantes del sur de Asia (especialmente en Bangladesh) y en el 16 % de los europeos, es el principal factor de riesgo de infección grave y hospitalización, como puede leerse en el artículo de Zeberg y Pääbo.