La muerte de Nagorno Karabaj: el 1 de enero, la república dejará de existir

Andrés Rey REDACCIÓN / LA VOZ

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Armenios habitantes de Nagorno Karabaj abandonan el territorio en un camión.
Armenios habitantes de Nagorno Karabaj abandonan el territorio en un camión. IRAKLI GEDENIDZE | REUTERS

Más de tres decenios de tensión y dos guerras marcan su breve existencia

28 sep 2023 . Actualizado a las 23:21 h.

A Nagorno Karabaj le quedan tres meses de vida. Por lo menos, como estado independiente. El presidente de la región separatista, Samvel Shahramanián, firmó el jueves un decreto que disipó cualquier duda: «Todos los órganos estatales deben disolverse antes del 1 de enero del 2024. La república de Nagorno Karabaj (Artsaj) dejará de existir».

La decisión llega por la «grave situación política y de seguridad» que se vive en la zona desde la ofensiva que lanzó Azerbaiyán hace diez días. «Nuestra prioridad es garantizar la integridad física y los intereses vitales de la población de Artsaj», subrayó Shahramanián. Al mismo tiempo, el mandatario recordó su acuerdo con los azerbaiyanos para el paso «libre, voluntario y sin restricciones» de los habitantes del Karabaj hacia Armenia.

La primera chispa

Empezó el martes de la semana pasada. El ejército azerí descargó toneladas de misiles y drones contra Stepanakert, la capital separatista, pero eso solo era la punta del iceberg. Para encontrar el origen, la primera chispa, hay que viajar a 1921, cuando el Karabaj —una región que siempre había pertenecido a la Armenia soviética— fue anexionado a Azerbaiyán.

Durante 77 años la tensión creció, surgieron movimientos nacionalistas, huelgas que pedían volver a depender de Armenia. En 1988 estalló una guerra de seis años que segó la vida de 30.000 personas, y concluyó con un alto el fuego de cristal. Azerbaiyán había perdido un quinto de su territorio. Las brasas nunca se apagaron.

En el 2020 estalló la segunda guerra del Karabaj, los azeríes lanzaron una nueva ofensiva con la que recuperaron un tercio de la república en 44 días. Solo se detuvieron por la mediación de Rusia, que desplegó 2.000 soldados en la región como contingente de paz. La semana pasada Azerbaiyán atacaba por tercera vez y, esta vez sin el apoyo de Armenia, los karabajíes se enfrentaban a una guerra imposible. Pero no quisieron más muertes. Se rindieron.

«Los habitantes de Stepanakert lo quemaron todo», dijo la analista Olesya Vartanián a la CNN. «Quemaron toda la documentación que pudiera relacionarles con el gobierno rebelde». Después de la detención del ex primer ministro Rubén Vardanián, reina el temor a que Azerbaiyán tome represalias e impida que algunos karabajíes se marchen.

Davit Babaián, antiguo ministro de Exteriores de la autoproclamada república, anunció que se entregará a las autoridades azeríes. «Todos saben que estoy en la “lista negra” de Azerbaiyán. Si intento escapar causaré un gran daño a mi pueblo, que ya ha sufrido mucho. No puedo permitirlo».

«A largo plazo habrá un impulso sistemático para expulsar a los armenios»

Más de la mitad de la población local (70.000 personas de 120.000) ya ha huido de Nagorno Karabaj hacia Armenia. Muchos no albergan ninguna esperanza de regresar algún día a su tierra ancestral.

«Han cambiado nuestra bandera, nuestro Gobierno se ha rendido. Eso es todo. Ningún armenio quedará aquí dentro de unas dos semanas», dijo a la CNN Nonna Poghosián, coordinadora del programa de la Universidad Americana de Armenia en Stepanakert.

«A largo plazo, creo que habrá un impulso sistemático y una ingeniería demográfica continua para expulsar a las comunidades armenias fuera de la región», comentó la investigadora Anna Ohanián. Temía por los que intenten quedarse y rechazar el nuevo Gobierno. «Quedarse ahí sin aceptar la ciudadanía azerbaiyana es un suicidio», alertaba.

«Limpieza étnica»

El primer ministro de Armenia, Nikol Pashinián, lamentó que «según los análisis, en los próximos días no quedará ningún armenio en el Karabaj».

«Se trata de una acción directa de limpieza étnica, sobre la que llevamos mucho timepo advirtiendo a la comunidad internacional», insistió. Como respuesta, la comunidad internacional ha instado al presidente azerí, Ilham Alíev, a respetar los derechos humanos y la seguridad de los armenios, pero ha evitado hablar de «limpieza étnica».