El Reino Unido exige una prueba de ADN de los difuntos que se arrojen al mar para descartar que se trate de un caso de asesinato

e. abuín REDACCIÓN / LA VOZ

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La forense principal de la isla de Wright fue la impulsora de esta medida, después de que en varias ocasiones llegasen restos a la costa y fuera necesario realizar trabajos de investigación para descartar delitos

23 oct 2023 . Actualizado a las 17:42 h.

En España no, que no se estila. De hecho, está prohibido arrojar las cenizas de los difuntos al mar, a no ser que se haga a través de de una funeraria que cuente con los permisos necesarios o si se dispone de una autorización específica de la Dirección General de la Marina Mercante (DGMM) o el órgano que corresponda en la comunidad autónoma donde se pretendan arrojar los restos. Pero en otras partes del mundo sí se permiten ese tipo de ceremonias e, incluso, arrojar el cadáver sin incinerar al mar, siempre bajo una serie de requisitos. En el Reino Unido, por ejemplo, puede hacerse si se dispone de la perceptiva licencia marítima, que debe expedir la Organización de Gestión Marina (MMO), y que autoriza a realizar un entierro en el mar en aguas inglesas o de Irlanda del norte. Para esas ceremonias ha acotado tres lugares: frente a The Needles, en la isla de Wight (la de la imagen); entre Hastings y Newhaven, y frente a Tynemouth.

Pero además de esa licencia marítima —que no se necesita en el caso de arrojar las cenizas al mar tras una cremación—, desde este mes se requiere, aparte, un permiso para extraer una muestra de ADN del difunto antes de ser enterrado en The Needles (unos islotes británicos, por cierto, semejantes a Os Aguillóns de Ortegal). Lo de disponer de material genético de los restos que se depositan en el mar no es un capricho. Se hace para evitar sobresaltos gratuitos a las autoridades policiales.

Ocurre que no es la primera vez a lo largo de varios años en que aparecen en la costa cuerpos o partes de cuerpos que llegan arrastrados desde el lugar de la isla reservado a los enterramientos en el mar y hacer pensar a las autoridades en un posible homicidio, asesinato, suicidio o cualquier otra muerte sospechosa.

En un comunicado, la MMO recuerda que no han sido una ni dos veces que la policía y los forenses se ven obligados a obtener ADN de familiares de personas más recientemente fallecidas en el tiempo para comprobar si se trata de restos procedentes de ese entierro en el mar o si realmente deben iniciar una investigación para descartar algún tipo delictivo o aclarar una desaparición.

De esta manera, disponiendo ya de material genético, solo queda cotejarlo con el del cuerpo que aparezca para descartar cualquier sospecha. Eso permitirá eliminar gastos evitables y cargar de trabajo innecesario a la policía y al forense, que son responsables de identificar los restos localizados. Así es que se tomarán tres muestras de ADN, que se almacenarán en la base de datos de personas desaparecidas con carácter indefinido, pues «los restos pueden llegar a la costa muchos años después» del entierro.

La impulsora de la introducción de este nuevo requisito ha sido la forense principal de la isla de Wight, Caroline Sumeray, liderada por la Unidad de Personas Desaparecidas del Reino Unido y contó con la colaboración de otros socios, como la policía de Hampshire y la propia isla de Wight, la Unidad de Patología Forense del Ministerio del Interior y la base de datos de Personas Desaparecidas del Ministerio del Interior. No en vano la obligación de facilitar ADN será de gran utilidad para todas esas instancias.