El presidente iraní pide declarar «grupo terrorista» a Israel y armar a la población

Andrés Rey REDACCIÓN / LA VOZ

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Rishi Sunak, el primer ministro británico, la calificó de «irrespetuosa». Suella Braverman, responsable del Interior, tachó a la policía de izquierdista por autorizarla. Pero la marcha a favor de palestina sucedió, y 300.000 participantes se lanzaron a las calles de Londres. Como era de esperar, los ultras (en la imagen) intentaron boicotearla. Al menos 92 de ellos fueron detenidos.
Rishi Sunak, el primer ministro británico, la calificó de «irrespetuosa». Suella Braverman, responsable del Interior, tachó a la policía de izquierdista por autorizarla. Pero la marcha a favor de palestina sucedió, y 300.000 participantes se lanzaron a las calles de Londres. Como era de esperar, los ultras (en la imagen) intentaron boicotearla. Al menos 92 de ellos fueron detenidos. DPA vía Europa Press | EUROPAPRESS

Decenas de líderes musulmanes se reúnen en Riad para tratar la siuación en la Franja de Gaza, buscar soluciones y exigir un alto el fuego inmediato

13 nov 2023 . Actualizado a las 21:02 h.

Los principales líderes del mundo musulmán confluyeron ayer en Riad. El emir de Catar, el presidente de Irán, el turco, el egipcio, el sirio, el rey jordano... Incluso el presidente de la Autoridad Palestina. Todos ellos fueron aterrizando, desde el viernes, en la capital saudí para participar en una cumbre de emergencia ante la situación en la Franja de Gaza.

El iraní Ibrahim Raisí habló sin rodeos: «El Ejército del régimen sionista debería ser declarado organización terrorista», dijo, y sugirió dar armas a los civiles palestinos si la guerra no se detiene. Era la primera vez en 11 años que un mandatario iraní pisaba el país, y el príncipe heredero, Mohamed bin Salman, lo recibió con los brazos abiertos.

«Los bombardeos contra hospitales de Gaza ya no impactan en Occidente», lamentó poco después Tamim bin Hamad al Thani, el emir de Catar. En su turno, reprochó la desensibilización de países «que pretenden ser defensores de los derechos humanos» —los occidentales— ante una situación que «no tiene precedentes».

Junto a Egipto, Catar lidera la mediación entre Israel y Hamás para conseguir una serie de pausas humanitarias que parecen no llegar nunca. Por lo menos, no de la forma adecuada.

El presidente egipcio, por su parte, pidió una investigación internacional sobre los actos de Israel en Gaza, y después Mahmud Abás, el titular de la Autoridad Palestina, acusó a EE.UU. de la «ausencia de una solución política» en la región.

«Los palestinos están expuestos a un genocidio sin precedentes, con el asesinato y la lesión de más de 40.000 civiles —exclamó Abás—. Y esto es solo el primer mes. ¿Qué pasará si la guerra dura meses?».

A kilómetros de distancia, Benjamin Netanyahu se sacudía cualquier posible culpa: «La responsabilidad del daño a civiles recae en Hamás, no en Israel», aseguró, y alegó que los islamistas «impiden que los gazatíes se marchen a zonas seguras y los usan como escudos humanos».

Por último, intervino el presidente turco, Recep Tayip Erdogan, para pedir que se investigue si Israel dispone de la bomba atómica. «Se comporta como el niño mimado de occidente», aseveró.