El conservador Stubb mantiene una ligera ventaja en las presidenciales finesas de este domingo

La Voz REDACCIÓN

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LEHTIKUVA | REUTERS

La campaña electoral de ambos candidatos ha estado marcada por el amplio consenso en cuestiones de política exterior y seguridad, aunque la homosexualidad de Haavisto, el otro candidato, también ha estado en el foco del debate público

10 feb 2024 . Actualizado a las 17:41 h.

El candidato del partido conservador Kokoomus, Alexander Stubb, acude a la segunda y decisiva vuelta de las elecciones presidenciales finlandesas del domingo con una ligera ventaja sobre su rival, el ecologista Pekka Haavisto, quien no pierde la esperanza de dar la sorpresa.

Los dos sondeos más recientes otorgan a Stubb entre el 53 y el 54 % de los votos, frente al 47-46 % de Haavisto, aunque la ventaja del aspirante conservador se ha reducido notablemente respecto a los 14 puntos que atesoraba hace apenas diez días.

Según los analistas, una alta participación podría beneficiar a Haavisto, a quien apoyan mayoritariamente algunos de los sectores menos activos a la hora de acudir a las urnas, como los jóvenes y el electorado de izquierda.

En cambio, Stubb cuenta con el respaldo de los votantes conservadores —los que menos suelen abstenerse— y gran parte del electorado centrista, de ultraderecha y de las personas de más edad.

Consenso y corrección política

La campaña electoral de ambos candidatos ha estado marcada en todo momento por el amplio consenso en las cuestiones relacionadas con la política exterior y de seguridad, la principal competencia del presidente, y una exquisita —y muy finlandesa— corrección política.

Durante los debates televisados ambos aspirantes se han esforzado en dejar claras sus propias posturas y demostrar su conocimiento de la situación geopolítica global, pero sin atacar al rival ni disimular las numerosas similitudes de sus puntos de vista.

Este consenso general incluye cuestiones clave para el país nórdico, como la pertenencia de Finlandia a la OTAN, la solidaridad con Ucrania, la firmeza contra Rusia o el cierre de la frontera oriental para evitar una oleada de refugiados instigada desde Moscú.

Stubb, consciente de su ventaja en los sondeos, ha mantenido en todo momento una actitud muy conservadora en los debates televisados, dejando claro con sus intervenciones que su prioridad, más que ganar votos, era no perderlos.

En cambio, Haavisto ha intentado recortar distancias deslizando críticas veladas a su rival acerca de su supuesta ingenuidad hacia Rusia en el pasado, por ejemplo cuando, estando en el Gobierno, Stubb autorizó la construcción de una central nuclear participada por la empresa estatal rusa Rosatom.

Además, Haavisto se ha esforzado en resaltar sus diferencias con Stubb mostrando su oposición a que Finlandia acoja bases permanentes de la OTAN y albergue armamento nuclear —algo prohibido por la actual legislación—, dos medidas a las que Stubb es favorable.

La homofobia se cuela en el debate

La homosexualidad de Haavisto, casado con el peluquero ecuatoriano Antonio Flores, ha adquirido un protagonismo desproporcionado en el debate público durante el final de la campaña, especialmente en las redes sociales, con voces a favor y en contra.

Según explicó a Efe el candidato verde, el talante de los finlandeses ha cambiado a mejor desde que hace doce años se presentó a sus primeras elecciones presidenciales, e incluso cuenta en esta campaña con el apoyo y la financiación de sacerdotes, exobispos y personas «muy religiosas».

«Básicamente creo que Finlandia está preparada para tener un presidente gay. Puede ser una desventaja, pero también puede ser una cuestión positiva para los electores que quieren votar a un candidato liberal. Es muy difícil de decir», afirmó en una entrevista.

Sin embargo, un tercio de los finlandeses admite que la orientación sexual de Haavisto es un motivo para no votarle, según un estudio de la Universidad de Helsinki, una cifra que se eleva hasta el 40 % de quienes piensan votar a Stubb en un sondeo del diario «Helsingin Sanomat».

Charly Salonius-Pastenak, investigador del Instituto Finlandés de Asuntos Internacionales (FIIA), aseguró a EFE que la homosexualidad de Haavisto probablemente tendrá un impacto en el resultado final, pero no cree que será tan grande como para hacerle perder las elecciones.

«Algunos finlandeses no votarán a Haavisto porque tiene una pareja masculina, por ser gay, pero esos votantes de todos modos pueden tener muchas otras razones para inclinarse por Stubb», afirmó.

El vencedor de los comicios del domingo sustituirá a partir del 1 de marzo al presidente saliente, el conservador Sauli Niinistö, quien ha agotado dos períodos consecutivos de seis años, el máximo permitido por la ley.