57 burros se salvan de ser sacrificados

Valentina Saini VENECIA

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Donantes de Italia y Suiza evitaron que fueran comprados por carniceros

11 mar 2024 . Actualizado a las 19:18 h.

La solidaridad y el cariño de miles de personas en Italia y en el extranjero han salvado a 57 burros de ser sacrificados. Su historia ha tenido en vilo al país transalpino desde mediados de febrero, cuando los medios dieron la noticia de que los animales serían subastados, hasta el martes pasado, cuando la asociación protectora de animales Horse Angels consiguió ganar la subasta y evitar que fueran comprados por carniceros. Pero el más aliviado de todos es su dueño, Daniele Campagnoli, que los adora y los visita cuatro veces al día porque incluso en los momentos más difíciles le devuelven la sonrisa.

«Estaba destrozado ante la idea de que pudieran ser sacrificados», cuenta a La Voz desde el pueblo de San Possidonio, en la región de Emilia-Romaña (norte). «Es una noticia tan buena que aún no la he asimilado del todo. Ni en mis mejores sueños habría imaginado que se organizaría una recaudación de fondos y que habría tanta solidaridad». A través del teléfono se nota que Campagnoli sonríe, y a veces se oye algún rebuzno porque está con los asnos mientras habla. Cada animal tiene un nombre: está Luigi, que con 30 años es el más viejo, y luego está Colla (pegamento en italiano), que se llama así porque «se queda pegada a mí desde que llego hasta que me voy», dice Campagnoli.

La presidenta de Horse Angels, Roberta Ravello, cuenta que «fue una carrera contra reloj». Los 57 burros salieron a subasta con un precio base de más de 14.000 euros debido a un procedimiento de quiebra: el devastador terremoto que asoló Emilia-Romaña en 2012 dañó al negocio de Campagnoli, y el empresario no consiguió recuperarse. «En cuanto nos enteramos de la subasta, a mediados de febrero, publicamos la noticia en las redes y muchos nos animaron a lanzar una recaudación de fondos», explica Ravello. «Pero estábamos preocupados. No conocíamos al dueño de los burros y no sabíamos dónde podríamos tenerlos si los comprábamos. Trasladarlos habría supuesto un coste muy elevado».

Los 56.000 euros

En cuanto Campagnoli se enteró de que en las redes se hablaba de una recaudación de fondos para sus asnos, contactó con la asociación. Las voluntarias de Horse Angels, que también tiene su sede en Emilia-Romaña, fueron a verle y comprobaron que los asnos estaban en muy buenas condiciones. Campagnoli les explicó que podían quedarse si los compraban porque el terreno donde están no se puede subastar. Incluso fue a verlos la televisión, y la noticia de los 57 burros empezó a recorrer Italia.

El 19 de febrero Horse Angels lanzó la recaudación y el resultado fue extraordinario. A los pocos días ya habían recibido 20.000 euros, suficientes para cubrir el precio base de la subasta, y al cabo de una semana había casi 800 donaciones de toda Italia e incluso de Suiza por un total de 31.000 euros. El 5 de marzo, Ravello pudo participar en la subasta habiendo recibido más de 56.000 euros. «Ya había cinco pujas cuando me conecté a la subasta. Duró siete horas: tuvimos que luchar para quedarnos con los burros», recuerda con orgullo.

Impuestos incluidos, Horse Angels pagó unos 40.000 euros por los asnos. Campagnoli podrá seguir visitándolos todos los días, y colaborará con Horse Angels para crear una granja escuela donde niños y adultos puedan estar con ellos y hacer terapia con animales. Por eso la recaudación de fondos sigue, dice Ravello: «Tendremos que adecuar el sitio para recibir a las personas».

Una historia cuyo final feliz es un proyecto. Mientras habla, Campagnoli no deja de sonreír. «Me hace muchísima ilusión —dice—. Dejar algo tan positivo, que mis burros puedan regalar a otras personas todo lo que siempre me regalan a mí, es un sueño».