Un médico que trasplantó un pulmón a su inquilino lo lleva a vivir a su casa por miedo a un okupa en Vigo

e. v. pita VIGO / LA VOZ

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En el centro de la imagen, el edificio en el que se produjo la okupación.
En el centro de la imagen, el edificio en el que se produjo la okupación. XOAN CARLOS GIL

Denuncia que el otro hombre ha convertido la vivienda en un narcopiso y provocó un cortocircuito que dejó sin corriente a la máquina de oxígeno del trasplantado

05 jun 2024 . Actualizado a las 01:43 h.

El cirujano torácico Emilio Peña, que trabaja en el Chuac de A Coruña y en hospitales privados de esa ciudad y de Vigo, ha dado cobijo en su casa de Vigo a un inquilino venezolano de 67 años al que él mismo le trasplantó un pulmón hace dos años. Teme por la vida de su paciente, que debe usar una máquina de oxígeno, porque un okupa se ha adueñado del piso donde el enfermo vive de alquiler. La vivienda, situada en el número 36 de la céntrica calle Venezuela de Vigo, pertenece al médico y, hace unos meses, se coló un subarrendado que, supuestamente, trafica con papelinas y causa molestias al inquilino con la enfermedad respiratoria. El casero y su antiguo paciente acusan al intruso de provocar un cortocircuito el domingo que dejó sin corriente a la máquina de oxígeno del trasplantado.

El médico ha decido dejar dormir en su casa de Vigo a su antiguo paciente y lo acompañará a recoger sus enseres y medicinas al piso que controla ahora el okupa. «La convivencia se volvió insostenible, se puso de okupa y a vender drogas. Es un narcopiso y ahora temo por mi seguridad ya que el único que queda habitando allí soy yo», explica el inquilino L.F., que ha tenido que irse de su hogar por temor.

Todo empezó hace un par de años cuando el doctor Peña se hizo amigo del paciente en el hospital coruñés y le alquiló su piso en Vigo. El trasplantado propuso realquilar tres habitaciones para compartir gastos. Sin embargo, uno de los subarrendados (sin contrato) se adueñó de la vivienda y, según denuncian, lo ha convertido en un narcopiso donde suben toxicómanos «a comprar drogas o consumirlas allí». Hace poco, supuestamente, recibió una paliza para cobrar unas deudas. En una intervención, los agentes arrancaron la puerta y el inquilino tapó el hueco con otra.

«Allí mi paciente no se puede quedar. Es un riesgo para su integridad física. Este señor necesita oxígeno, el domingo provocaron un cortocircuito en el piso, si a este señor le pasa algo, quizás sea ya demasiado tarde, está muy delicado de salud y con dificultad para respirar si hace esfuerzos. Tarde o temprano yo recuperaré mi propiedad, el problema es este señor», afirma el doctor Peña.

El sábado fue a pedir al okupa que se marchase y el intruso respondió llamando a la policía  para avisar de un abuso.