El presidente argelino arrasa en unas elecciones opacas y descafeinadas

Ricard G. Samaranch TÚNEZ / E. LA VOZ

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Mujeres vestidas con trajes tradicionales cabiles votan en las elecciones presidenciales de este sábado en Argelia.
Mujeres vestidas con trajes tradicionales cabiles votan en las elecciones presidenciales de este sábado en Argelia. Laura Fernánez Palomo

La participación alcanza solo el 29 %, la menor desde el inicio del multipartidismo

09 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El presidente argelino, Abdelmajid Tebún, logró la reelección en las elecciones del sábado con una victoria tan abrumadora que recuerda a las celebradas en los países de la Europa comunista. De acuerdo con los resultados hechos públicos por la Junta Electoral, Tebún obtuvo el 94 % de los sufragios, frente a tan solo un 3 % para Abdelali Hassani Cherif, del islamista Movimiento de la Sociedad por la Paz (MSP), y el 2 % paraYoucef Aouchiche, del Frente de las Fuerzas Socialistas (FFS). Las elecciones presidenciales estuvieron marcadas por la apatía de la ciudadanía después de una campaña celebrada en pleno periodo de asueto estival.

Todos los analistas habían ya coincidido en señalar antes de los comicios que la única duda que planteaban era el de la participación, y la victoria a la búlgara de Tebún ha confirmado sus pronósticos. De acuerdo con la Junta Electoral, la participación fue solo del 26 %, un retroceso sensible respecto al 39 % registrado en los anteriores comicios, en el 2019. Esta cifra es la menor en unas elecciones presidenciales desde el inicio del multipartidismo en el país del Magreb a finales de los años noventa.

Enmascarar la abstención

De nada sirvió que el régimen prolongara durante una hora el cierre de las urnas para reducir la abstención. En un intento de enmascarar la baja participación, en un primer momento la Junta Electoral ofreció la cifra de un 48 %, muy sorprendente teniendo en cuenta que la participación a las 13.00 horas era de solo el 13 %. Más tarde se supo que la cifra se refería a la media de la participación de todas las provincias del país, lo que distorsiona de forma significativa la cifra real. Tradicionalmente, en Argelia la participación es bastante superior en las provincias rurales, las menos pobladas, todo lo contrario de lo que sucede en Argel o en la región de la Cabilia. Por ejemplo, en la capital la participación apenas superó el 10 %.

El presidente Tebún afrontaba estas elecciones con la voluntad de reforzar su legitimidad y la del régimen después de dejar sofocar la revuelta popular del 2019, conocida como hirak, el movimiento de protesta que pedía la plena democratización del país. En un primer momento, el hirak se gestó para evitar la enésima reelección del presidente Abdelaziz Bouteflika, que se hallaba en estado catatónico, pero una vez consiguió este propósito se marcó una meta de cambio más ambiciosa. Hoy en día, decenas de sus líderes y activistas languidecen en las cárceles argelinas.

Falta de transparencia

La credibilidad de las elecciones no se ha visto solamente socavada por la abstención, sino también por la denuncia de falta de transparencia en todo el proceso electoral hecha por la campaña del MSP. En un comunicado público, el partido islamista critica no solo la imparcialidad de la Junta Electoral durante la campaña, sino también algunas trabas e irregularidades en la atribución de las actas de los colegios electorales. Asimismo, el opositor Jil Jadid, que boicoteó los comicios, ha lamentado «el retorno de prácticas antiguas» y «las presiones ejercidas sobre algunos administradores de los colegios electorales para hinchar los resultados».