Las ventas de la consola se aproximan a los seis millones de unidades en los cuatro primeros meses, compensando las fuertes caídas de las otras plataformas y haciendo que el gasto en «gaming» suba un 24 % respecto al año pasado. La pantalla de 7,2 pulgadas, la resolución 4K en el televisor y el gran salto en velocidad y espacio de almacenamiento, manteniendo su carácter portátil, auguran que se va convertir en el regalo de las próximas Navidades.
30 oct 2025 . Actualizado a las 14:03 h.Nintendo lo ha vuelto a hacer, y van... El pasado 5 de junio la compañía nipona lanzaba la nueva Switch 2 y las espectaculares cifras de venta la sitúan como una de las consolas más exitosas de todos los tiempos, y eso que acaba de empezar su andadura. Según datos de la propia Nintendo, la Switch 2 vendió más de 3,5 millones de unidades en todo el mundo apenas cuatro días después de que se pusiera a la venta, y solo en el mercado estadounidense alcanzó 1,1 millones en una semana, convirtiéndose en el mayor estreno de una máquina de videojuegos en la historia, por delante de la PlayStation 4, que ostentaba ese título hasta entonces. En Japón se despacharon 1,5 millones en el primer mes, y al igual que en otros países la mayoría de los usuarios (77,4 %) decidieron comprar el pack que incluye el juego Mario Kart World, lo que ha supuesto más ingresos para la empresa japonesa.
Un dato significativo es que las ventas de Nintendo Switch 2 compensaron las fuertes caídas interanuales de las otras plataformas, PlayStation 5, Xbox Series y la propia Switch original, hasta el punto de que la recién llegada es la responsable de que en el mercado estadounidense el gasto en hardware de videojuegos haya subido un 24 % con respecto al año anterior, hasta los 3.200 millones a fecha de agosto pasado. De alguna manera, Nintendo vuelve a salvar al mundo del gaming como ya lo hiciera en 1983 con el lanzamiento de la mítica NES (Nintendo Entertaiment System), que supuso un revulsivo para una industria que parecía haber colapsado por la proliferación de consolas y juegos de baja calidad.
Actualmente la Nintendo Switch 2 está cerca de los 6 millones de unidades vendidas y con la campaña de Navidad a la vista tiene a tiro algunas de las consolas clásicas en el ránking de más vendidas de la historia, concretamente la Sega Saturn (1994) y la Dreamcast (1998). Pero con el recorrido que le queda por delante es seguro que en unos años podrá coronarse en el podio junto a la PlayStation 2 (año 2000) y la Switch original (2017). Esta última sigue a la venta y la familia completa (incluyendo los modelos estándar, Lite y OLED) lleva 153,10 millones de unidades acumuladas, por lo que está a punto de superar a la portátil Nintendo DS, que ocupa el segundo puesto.
Después de la primera toma de contacto que tuvimos antes de su lanzamiento oficial, en RED hemos podido probar a fondo la Switch 2, que supone un salto sustancial en hardware, experiencia de usuario y catálogo de juegos, manteniendo el espíritu híbrido que convirtió la primera generación en un éxito. Desde un punto de vista técnico, el cambio más apreciable a primera vista es su pantalla 7,9 pulgadas, con resolución nativa Full HD (1080p) en uso portátil y soporte hasta 4K cuando la consola descansa en su dock, además de una tasa de refresco que puede alcanzar los 120 Hz. Con 256 GB de almacenamiento interno en la edición estándar, nuevas funciones de interacción como GameChat y GameShare, audio mejorado y una revisión completa de los Joy-Con, ahora llamados Joy-Con 2 y que estrenan una fijación magnética más sólida y nuevas capacidades (pueden emular el cursor de un ratón en algunos juegos), queda claro que no es un simple restyling y Nintendo ha puesto toda la carne en el asador: ha escuchado a los usuarios y mejorado algunas de las características clave en un dispositivo de este tipo, como la visualización y los mandos de control.
La comparación con la Switch original es inevitable. La primera generación tenía una pantalla de 6,2 pulgadas con resolución 720p en modo portátil y solo 32 GB de almacenamiento en el modelo básico (la versión OLED subió esta cifra a 64 GB); su rendimiento estaba pensado más para la versatilidad que para la potencia bruta. La Switch 2 mantiene la filosofía híbrida (portátil y doméstica) pero refuerza claramente la vertiente de hardware: más resolución y frecuencia en pantalla, mayor memoria de base y un dock que entrega salida 4K. Hace que los juegos se vean mucho mejor sin renunciar a la portabilidad, y es que a pesar del aumento de tamaño desde el primer momento sentimos que es manejable y ligera.
Las sensaciones con juegos adaptados para esta segunda versión de la Switch, como los Zelda Breath of the Wild y Tears of Kingdom son óptimas: la pantalla 1080p y el reescalado fino de texturas hacen que estos títulos remasterizados luzcan notablemente mejor que en la consola original; en modo sobremesa la salida 4K ofrece también una imagen más clara y estable, y en general hay un salto más que perceptible en nitidez y respuesta. No obstante, la duración de la batería en sesiones intensas es un punto a vigilar cuando estamos desenchufados, y el HDR necesita ajustes en algunos juegos.
El rediseño de los mandos ha sido uno de los cambios más celebrados: los Joy-Con 2 se sienten más firmes, la fijación magnética mejora la ergonomía en modo portátil y la respuesta háptica ha sido ajustada para ofrecer sensaciones más precisas. Lo de funcionar como cursor (lo probamos en Drag x Drive y es muy divertido y singular) o la inclusión de micrófonos integrados y opciones de chat dentro del propio sistema enriquecen la experiencia social, facilitando partidas en línea con comunicación y la posibilidad de compartir pantallas entre jugadores.
La retrocompatibilidad, cuestión sensible para millones de usuarios, fue resuelta por Nintendo con pragmatismo: la mayoría del catálogo de la Switch original se puede jugar en la nueva máquina. Pero el calendario de lanzamientos ha sido diseñado para aprovechar la nueva base técnica de Switch 2, que se estrenó con un Mario Kart World pensado para mostrar las capacidades online y el rendimiento en pantallas mayores. El nuevo Donkey Kong Bananza, el port de Super Mario Galaxy + Super Mario Galaxy 2, el esperadísimo Leyendas Pokémon: Z-A o los también mejorados Kirby y la tierra olvidada + El mundo astral y Super Mario Party Jamboree demuestran que Nintendo no se olvida de sus fieles. En septiembre salieron el primer juego de mundo abierto de Star Wars (Star Wars Outlaws Gold Edition), aventuras de ciencia ficción como Daemon X Machina: Titanic Scion, y un título deportivo de referencia, NBA 2K26. Y ya se anuncian más novedades, como Kirby Air Riders.
Si analizamos el Mario Kart World del pack de lanzamiento, que propone un giro de tuerca a la icónica saga de coches añadiendo un modo mundo abierto de carreras, técnicas off-road y una estructura que conecta los circuitos en un único mundo interactivo, nuestra experiencia sobre Nintendo Switch 2 se traduce en un salto notable en fluidez y fidelidad gráfica: los trazados se extienden más allá de la típica pista cerrada, permitiendo una sensación de continuidad del entorno. En multijugador, tanto local como online, el rendimiento se mantiene firme.
En Donkey Kong Bananza, la desarrolladora ha adoptado una tecnología para permitir que el jugador destruya buena parte del terreno, generando rutas alternativas y entornos más libres. El resultado es espectacular y los impactos, animaciones de escombros y cambios de relieve fluyen de forma orgánica y dan una sensación de «jugar dentro», no «frente a». La pantalla más grande y de mayor resolución ayuda a apreciar detalles que en el modelo anterior quedarían ocultos. En definitiva, que el salto técnico de la Switch 2 es real y se traduce en más libertad, mejores gráficos y una sensación de fluidez y respuesta reforzadas. Quien busque explorar lo máximo de la nueva máquina encontrará aquí la base de lo que puede ser una gran evolución; quien prefiera experiencias ya conocidas quizá perciba menos diferencia.
En cuanto a la subida de precio (469 euros la consola sola o 509 con el Mario Kart World), en este apartado hay que valorar tanto la mejora de especificaciones como el contexto del mercado global: inflación de componentes, costes logísticos y arancelarios. Han pasado ocho años desde el lanzamiento de la Switch 1 (320 euros) y su sucesora reduce notablemente el compromiso entre potencia y portabilidad que exigía aquella. Ofrece mejores gráficos sin sacrificar la autonomía ni la comodidad de uso, y para familias y jugadores que valoran la flexibilidad (cambiar del sofá a la calle y seguir la partida sin problemas) la Switch 2 refuerza el argumento de compra. Para quienes buscan lo máximo en fidelidad visual también supone un paso importante, a la espera de una futura versión OLED. En este sentido, algunos pueden tener la tentación de optar por la versión OLED de la Switch 1, que tiene actualmente un precio muy atractivo de 349 euros, pero, a nuestro juicio, todas las mejoras y novedades justifican sobradamente que, de hacer la inversión, compensa optar por la última generación.
El verdadero examen de la Switch 2 será a medio plazo: si Nintendo logra que el flujo de juegos exclusivos y optimizados mantenga el interés y si los desarrolladores externos se sienten motivados a invertir en versiones que saquen partido a la nueva arquitectura, la consola podrá coronarse como la más grande de la historia. Por ahora, y tras los primeros meses en el mercado, la impresión general es que la Gran N ha hecho los deberes técnicos sin renunciar a lo que hizo grande a su modelo híbrido: la jugabilidad por encima de la búsqueda de potencia absoluta.