Pedro Sánchez pide en Oviedo el voto de los «indignados»

Luis Ordóñez
Luis Ordóñez REDACCIÓN

ASTURIAS

J.L.Cereijido

El candidato socialista se compromete a recuperar la inversión en sanidad y pinta una campaña en la que PP y Podemos «comparten un mismo adversario» en el PSOE

15 jun 2016 . Actualizado a las 14:17 h.

Pedro Sánchez debería haber abierto la campaña del PSOE en Asturias pero cambios de agenda le llevaron a fijar su etapa en el Principado el día siguiente del debate a cuatro celebrado junto a los candidatos a presidente del PP, Podemos y Ciudadanos. Las referencias a ese debate fueron varias, desde la primera enhorabuena del alcalde de Oviedo, Wenceslao López, quien hizo de anfitrión en el mitin de la Corredoria y que en su intervención dos constantes que se repetirían a lo largo de los turnos de cada uno de los oradores del PSOE: llamadas constantes a la movilización de sus militantes y críticas muy duras al papel jugado por Podemos en la negociación fallida para tratar de formar un ejecutivo la pasada legislatura.

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez comenzó preguntando a los asistentes si querrían cuatro años más de Rajoy y reclamando un «más alto» para que se escuchara el no generalizado. Sánchez dijo que podría haberse derogado ya la reforma laboral del PP pero no se logró, a su juicio, por la negativa de Pablo Iglesias. «Rajoy e Iglesias son de dos polos ideológicos, casi extremos, pero comparten un mismo adversario y por eso votaron no a un gobierno presidido por un socialista». Una idea sobre la que volvió al final para indicar que los líderes de PP y Podemos «comparten una misma forma de ver la democracia, como un contrato de adhesión y así se llega al bloqueo y el inmovilismo». En este sentido pidió a los votantes «indignados» que en diciembre eligieron a Podemos antes que al PSOE que «no tropiecen dos veces con la misma piedra».

A la hora de explicar sus propuestas, Sánchez citó el HUCA como ejemplo de las políticas sociales de su partido antes de comprometerse (con una firma ante la cámara) a recuperar la inversión en el sistema sanitario, la extensión de la cobertura universal o la derogación del copago farmacéutico. También reiteró que, si llega a la presidencia del gobierno, se someterá a una moción de confianza a mitad de la legislatura. Sánchez recordó la amenaza de sanción de Bruselas por el incumplimiento del objetivo de déficit marcado el año pasado y afirmó que en el caso de ganar las elecciones crearán un nuevo impuesto «un recargo de solidaridad» dirigido a las rentas más altas para garantizar la financiación de la Seguridad Social y las pensiones.

En su balance de la negociación fallida que ha abocado a una nueva convocatoria electoral, Sánchez cargó contra un Pablo Iglesias que «para no votarme ha dicho de todo, primero reclamando el derecho de autodeterminación, luego queriendo entrar en el gobierno para hacerse cargo de la Policía y los espías, y luego proponiendo que el presidente fuera un independiente». De Rajoy dijo que era el presidente de un partido «imputado y con la sede embargada por un juez».

No pasarán

Pese todo, la intervención más aplaudida y que más emocionó a los asistentes fue la del presidente asturiano, Javier Fernández, quien hizo una encendida reivindicación de la historia de su partido «nacido en el corazón mismo del movimiento obrero» y cuya trayectoria era, dijo, «paralela a la historia de España». Fernández dijo que Rajoy siempre supo que el PSOE no pactaría con él por ser el PP un partido «reaccionario y corrupto» y por eso «esperó sentado a que Podemos boicoteara el otro pacto que sí era posible». El presidente asturiano volvió sobre la idea de que los morados sólo aceptarían negociar con el PSOE si están «en condiciones de total hegemonía, como hizo con los pitufos y cenizos de IU, sólo así quiso pactos, y son palabras suyas» (de Pablo Iglesias). Buena parte del discurso de Fernández fue para cargar contra las reivindicaciones nacionalistas porque «el derecho a decidir es el derecho a dividir, a poner fronteras» y criticó a Podemos por apoyarlo ya que, según afirmó, en el caso de secesión «¿qué dría Podemos a los pensionistas si se rompe la caja única, cómo se garantiza la sanidad?». También criticó las apelaciones a la patria citando a Azaña «cuando decía, yo no soy patriota, soy español por los cuatro costados» para reivindicar a continuación que mientras la derecha «construía cuarteles, iglesias y plazas de toros, la izquierda construía escuelas, esas son nuestras armas». El presidente fue aumentado el tono de su discurso para apelar «al orgullo de los socialistas», su lucha contra el franquismo, los políticas que hicieron que «pasáramos de ser un estado cerrado y dictatorial a uno abierto y cosmopolita». El Corredoria Arena se vino abajo con los militantes en pie, el presidente se vino arriba y cerró con un «no pasarán».

También participó en el mitin la cabeza de lisita de la candidatura socialista asturiana, Adriana Lastra quien señaló las cosas que, a su juicio, ya podrían estar en marcha, como la derogación de la Lomce o de la Ley mordaza «pero Pablo Iglesias dijo no, que tendríamos que seguir votando hasta que saliera el resultado que él quería». Lastra se definió como «mujer, socialista y asturiana y eso es sinónimo de lucha» e insistió, como todos los participantes, en reclamar a sus afiliados que se movilicen de cara a las nuevas elecciones «para devolverle la dignidad a este país». 

El alcalde de Oviedo quiso reivindicar el «orgullo de ser socialista» con logros entre los que citó las becas educativas o las pensiones pero que no terminan por ser considerados del todo porque «tenemos un problema de márketing mientras otros sólo saben vender y vender, una nueva política llena de charlatanes que llevan preparándose diez años para ganar, no para gobernar, y cuyo mayor mérito es haber logrado una beca de las que creamos los socialistas». Wenceslao López cargó también contra las políticas del PP y puso el ejemplo de Oviedo como muestra de su gestión «casi 200 millones de euros de expolio, que equivalen al presupuesto de la ciudad de un año» y que han hipotecado las cuentas del ayuntamiento por los casos, citó, de Villa Magdalena, Asturcón o Cinturón Verde.