Comisarías a medio gas en Asturias

Pilar Campo OVIEDO

ASTURIAS

El sindicato CEP denuncia que existen plazas vacantes, faltan chalecos antibalas y hay vehículos policiales obsoletos

06 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Vehículos policiales obsoletos, plantillas a medio gas por los desplazamientos de personal para cubrir las necesidades del servicio, plazas de funcionarios vacantes y escasa dotación de medios materiales, entre otros, de chalecos antibalas para todos los integrantes de las unidades son algunas de las principales deficiencias que la Confederación Española de Policía (CEP) ha detectado en las siete comisarías del Cuerpo Nacional de Policía en Asturias. Su secretario general en el Principado, Miguel Ángel Campos Lantarón, insta a la Dirección General de la Policía a reconsiderar los criterios por los que se rige a la hora de asignar los equipamientos, ya que el hecho de que la región presente unos índices muy bajos de delincuencia, en comparación con otras comunidades autónomas, está jugando en contra de la operatividad de los policías asturianos.

La ampliación de las plantillas es una de las principales prioridades para CEP, que prefiere no entrar en una guerra de cifras con la Jefatura Superior de Policía de Asturias, aunque incide en que las previsiones oficiales no coinciden con la realidad que se vive en las comisarías en el día a día. «En CEP tenemos bien claro que el nuevo catálogo de puestos de trabajo, aprobado hace dos meses, y la situación real no tienen nada que ver. El catálogo tiene reconocidos 1.769 puestos, de los cuales 164 son de segunda actividad con destino; situación que va a desaparecer porque ahora se está en activo hasta la edad de jubilación a los 65 años, mientras que sólo hay 1.605 funcionarios operativos», explica el secretario general.

El recorte en plantilla

La plantilla ha ido disminuyendo progresivamente. En el año 2012 había 121 funcionarios desarrollando funciones de segunda actividad con destino de apoyo a la actividad policial. Cuatro años después, sólo hay ocho funcionarios en esta situación laboral. «La pregunta clave es la siguiente: ¿cuántos funcionarios en activo han pasado a desarrollar las funciones que antes realizaban estos 121 policías? La respuesta es que esos funcionarios los han tenido que quitar de algún sitio», contesta. El secretario general pone como ejemplo la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana de Oviedo, donde una persona que había en segunda actividad con destino de la escala ejecutiva fue sustituida cuando se jubiló por un subinspector que estaba en activo. «En Seguridad, en Teletipos y en otros muchos servicios se ha quitado gente de puestos operativos para cubrir vacantes y no ha habido personal para cubrir sus plazas», denuncia.

Miguel Ángel Campos centra el mayor déficit de personal en los servicios de Atención al Ciudadano y las Oficinas de Denuncias. Otro caso especial se registra en el Aeropuerto de Santiago del Monte, que está bajo mínimos en plantilla. El aeropuerto asturiano, donde hay más de 35 vuelos semanales fuera del Espacio Schengen, entre aterrizaje y despegue, es otra de sus preocupaciones, porque sólo cuenta con cinco funcionarios policiales los 365 días del año.

El secretario general de CEP en Asturias propone la realización de un nuevo catálogo ajustado a la realidad inherente a cada plantilla, que reconociera la ampliación de la plantilla y las funciones en relación al puesto desempeñado por cada funcionario. «La reposición es muy difícil de hacer. Los 153 funcionarios que han jurado el cargo, el pasado mes de junio, corresponden a la convocatoria 2012-2013. La primera convocatoria en la que podrá venir personal con cierto volumen a Asturias va a ser la que se va a examinar en 2017, con lo cual aquí no llegarán hasta 2019-2020», señala. A la plantilla asturiana se incorporarán 15 funcionarios de la escala básica y subinspección, pero el sindicato  recela incluso de que se presenten todos a la plaza. «La Dirección General de la Policía debería realizar más convocatorias seguidas. A los cuatro o cinco exámenes que se realizan durante el año, le sucede los dos años de formación en la Escuela de Policía de Ávila y aprobar, lo que implica que desde que empieza hasta que se incorpora a un destino transcurren tres años. Por lo menos deberían cubrir las jubilaciones», sugiere.

Refuerzo policial en las costas

En el catálogo de la Jefatura Superior de Policía constan 672 puestos de trabajo en Oviedo, pero CEP calcula que hay 580, porque hay gente adscrita a la Unidad de Intervención; en Gijón figuran 457 puestos y no hay cubiertos más de 380; en Avilés hay 155 puestos y se cubrieron 125; en Luarca, de los 48 del catálogo hay 34 y tres no se han presentado porque están cubriendo servicios en Galicia; en Mieres, de los 78 puestos asignados, hay 64 cubiertos; en Pola de Siero de los 93 del catálogo sólo se cubrieron 84 y en Langreo de los 102, sólo se cubrieron 64.

Los funcionarios no tienen el don de la ubicuidad y los servicios que se refuerzan por un lado, se dejan al descubierto en otro. Es lo que vaticina que va a pasar con las actividades lúdicas de este verano. «A la Semana Negra de Gijón, al Descenso del Sella, en Arriondas y Ribadesella, y a San Timoteo (Luarca), donde las poblaciones en las fiestas se duplican, se enviará a funcionarios de otras comisarías, tanto agentes como jefes de comisaría y jefes de grupo, para cubrir los tres turnos de mañana, tarde y noche y sus plazas se quedarán vacías. A todo ello se añade los descansos por  vacaciones», comenta.

Miguel Ángel Campos reclama que las compensaciones por el sacrificio que deben realizar los funcionarios sean económicas y no, como ocurre ahora, con días de descanso. «Esto es un círculo vicioso. Al darles días de descanso en jornadas que en teoría debían trabajar, el trabajo repercute en el resto de los compañeros. Si se pagaran los servicios, habría la mitad de los problemas debidos a la falta de personal. Habría que analizar cuáles son los servicios necesarios y no los de Protocolo, porque hay servicios que sólo se hacen de cara a la galería».

La CEP considera que el esfuerzo por dotar de equipamiento material a las comisarías es insuficiente, especialmente en el reparto de chalecos antibalas, que no han llegado a todos los integrantes del Cuerpo. «En Mieres y Gijón ha habido reyertas recientemente y es importante que todos los funcionarios que intervienen en actuaciones tengan chalecos antibalas», propone.

Algunas comisarías tienen vehículos policiales saturados de kilómetros y años de antigüedad. La renovación del parque automovilístico, compuesto por 293 vehículos, es otra de sus reivindicaciones. «Algunos vehículos te pueden dejar tirado en plena persecución de los delincuentes. En la Unidad de Intervención Policial hay furgonetas y vehículos obsoletos y también hay coches camuflados y furgonetas con distintivo policial que deberían ser renovados», denuncia el representante sindical.