Ganaderos y guardas, investigados por cobrar subvenciones por falsos ataques de lobo

la voz / europa press REDACCIÓN

ASTURIAS

Una manada de lobos come de una carroña.
Una manada de lobos come de una carroña.

Veinte beneficiarios y once vigilantes pudieron obtener hasta 200.000 euros por daños inexistentes, contribuyendo a crear, según la Guardia Civil, una «criminalización del lobo»

16 jul 2016 . Actualizado a las 11:07 h.

La Guardia Civil, en el marco de la «Operación Skoll» ha investigado en el Principado de Asturias a 20 personas que reclamaban subvenciones por daños producidos al ganado por supuestos ataques de lobo. Los detenidos, acusados de delitos de estafa, falsedad documental y prevaricación, podrían haber recibido de manera fraudulenta hasta 200.000 euros. Además, se investiga hasta a 11 guardas de la Comunidad Autónoma que pudieron certificar de forma fraudulenta los daños por los que se reclamaron las subvenciones.

La investigación se inició a raíz de la «Operación Loki», en la que en 2014 se investigaron cientos de expedientes tramitados por el gobierno regional de Asturias en relación a supuestos daños producidos por lobos en la cabaña ganadera de esta Comunidad. Dicha investigación determinó que, en muchos casos los daños no habían existido y que además, se había solicitado el resarcimiento de los mismos por doble vía: por una parte a través de la correspondiente indemnización al seguro, y por otra por subvenciones del Principado.

Con independencia de los resultados obtenidos en la operación citada, los agentes detectaron varias irregularidades que podrían atribuirse a la participación de personal de la Administración, lo que determinó que se llevara a cabo una vigilancia más exhaustiva de estas actividades, dando lugar a la explotación de la «Operación Skoll».

Reclamaciones irregulares

La línea principal de la investigación se centró en las reclamaciones que algunos ganaderos presentaban para obtener una subvención que cubriese los daños sufridos por sus animales, supuestamente debidos a ataques de lobos. En varias de las ocasiones, no existían ataques reales o se presentaba un animal con indicios de heridas producidas por lobos pero colocando junto a él restos de otros animales que habían fallecido tiempo atrás.

Durante la comprobación de los distintos expedientes se constataron irregularidades que resultaron decisivas para la investigación. Algunas de ellas consistían en modificaciones posteriores de la misma foto. Otros expedientes contenían fotos con el supuesto ataque a varios animales, llamando la atención de los investigadores, que uno mostraba signos de una muerte reciente, mientras que alrededor aparecían huesos secos y pieles oscurecidas por haber permanecido un tiempo a la intemperie.

Establecida ya una línea de conducta que buscaba la obtención fácil de beneficios económicos, las reclamaciones irregulares se ampliaron a otros ámbitos en los que ya no era necesario justificar los daños supuestamente ocasionados por el lobo.

Aunque es difícil determinar el alcance real que, en términos económicos puede haber alcanzado la estafa, se estima que podían haber sido percibidos ilegalmente más de 200.000 euros.

«Criminalización del lobo»

Independientemente de la influencia que pueda tener el volumen total de daños que se atribuyen a los lobos a la hora de adoptar decisiones sobre el mantenimiento de su población, la Guardia Civil ha constatado que la situación «puede haber influido en generar un ambiente de rechazo contra la presencia de esa especie, atribuyéndole la comisión de diferentes ataques contra el ganado que sin embargo no han tenido lugar». Así, se han referido a las recientes apariciones de cabezas de lobos colgadas en diferentes puntos de la geografía asturiana. «Podría ser un reflejo de esa criminalización del lobo».

Por otra parte, la Benemérita ha querido dejar claro que la investigación de la Guardia Civil no implica que las subvenciones o los sistemas de tramitación de las reclamaciones de daños comporten deficiencias legales. «Simplemente se ha constatado que, en un porcentaje reducido, las personas que han intervenido en el proceso no lo han hecho correctamente», han matizado.