«Nos ofrecieron la presidencia del Congreso pero no estábamos dispuestos a pagar el precio»

Luis Ordóñez
Luis Ordóñez REDACCIÓN

ASTURIAS

Ignacio Prendes
Ignacio Prendes

Ignacio Prendes, nuevo vicepresidente primero de la cámara baja, insta al PSOE a facilitar con su abtención el gobierno de Rajoy para poner en marcha la legislatura

19 jul 2016 . Actualizado a las 20:58 h.

El asturiano Ignacio Prendes fue elegido vicepresidente primero de la mesa del Congreso de los Diputados gracias al acuerdo fraguado entre PP y Ciudadanos para la constitución de la cámara. También contó con el respaldo de 10 votos procedentes de grupos nacionalistas o independentistas, aunque Prendes asegura que no contaba con ese apoyo y todos los grupos periféricos niegan haberle dado el voto. El diputado naranja, que ya en la pasada y breve legislatura ocupó un puesto en la mesa como secretario, asegura que este acuerdo no abre la puerta a uno similar de cara a la investidura y ha emplazado a los socialistas a permitir con su abstención un gobierno presidido por Rajoy para poner en marcha la nueva legislatura.

-Su candidatura a la mesa ha contado con el voto de 10 diputados de grupos nacionalistas o independentistas ¿era parte del acuerdo establecido con el PP?

-En absoluto, nuestro acuerdo era exclusivamente con el PP. Nosotros intentamos que hubiera un pacto a tres también con el PSOE, lo intentamos hasta ayer mismo, pero no pudo ser. A partir de ahí, si el PP alcanzó algún acuerdo con otros partidos lo desconocemos pero tampoco nos preocupa. De lo que se trata es de que haya una representación de la cámara plural que sea un reflejo del equilibrio de fuerzas en el Congreso, no ha habido ningún acuerdo con ningún otro partido.

-En la pasada legislatura, tras las elecciones de diciembre, era casi un tabú para PP y Ciudadanos hablar con los partidos nacionalistas ¿qué ha cambiado?

-Eso es algo que tendrán que explicarlo en el PP si es que han llegado a algún acuerdo, nosotros no lo hemos hecho. Si ha ocurrido tendrán que explicarlo.

-Durante las negociaciones se llegó a especular con la posibilidad de que usted fuera el presidente del Congreso ¿se vio en el puesto?

-No, realmente no. Nosotros lo que queríamos es un acuerdo en el que estuvieran también el PP y el PSOE; es cierto que se nos ofreció pero no estábamos dispuestos a pagar el precio por esa silla, ni ese ni ningún otro. Nunca me vi como presidente más allá de las especulaciones que pudimos leer en estos días, pero no, nunca estuvo en nuestra intención pagar ese precio.

-¿Cuál es la contraprestación, entonces?

-Es lo que se ve, que hay una mayoría constitucionalista en la cámara. La única posibilidad de tener representación en la mesa era pactando con el PP a cambio de esos puestos en la mesa que garantizan que siga existiendo el mismo equilibrio que habíamos logrado la pasada legislatura, lo único que ha cambiado es la presidencia porque sigue prácticamente la misma composición y si no se pudo mantener la que hubo antes es porque PP y PSOE no tuvieron ninguna disposición al pacto entre ellos, nosotros intentamos mediar y fracasamos así que la única posibilidad era este acuerdo. Luego, evidentemente, nosotros no íbamos a apoyar a cualquier candidato del PP, les exigimos un perfil determinado y, de no ser así, igual nos hubiéramos quedado fuera. Creo que Ana Pastor cumple esos requisitos determinados.  

-Les critican precisamente por haber pactado a cambio de «sillones».

-Pues es gente que no acaba de entender que en está legislatura habrá que pactar y llegar a acuerdos, y este primer pacto entre grupos políticos distintos es un reflejo de lo que tenemos que conseguir. Si alguien quiere que los políticos seamos como anacoretas aislados en su montaña no estaríamos haciendo lo que nos han pedido los que nos votaron para lograr nuestros 32 diputados. Somos 32 diputados que son capaces de hablar y buscando nada más que tener influencia política para ser útiles y estamos demostrando que estos diputados tienen valor porque su acción se está transformando en acción política para conseguir reformas y cambios. Si no hubiéramos estado nosotros se podría haber llegado a una situación de bloqueo y no conseguir esas reformas de transparencia, de dinamismo, para estar a la altura del siglo XXI. Necesitamos influencia para lograr eso. Si hubiéramos ido a por la presidencia hubiéramos aceptado esa oferta, a lo mejor otros sí la hubieran aceptado si se la hubieran ofrecido.

-Este pacto para la mesa ¿abre la posibilidad de un acuerdo similar para la investidura?

-No, no se puede ligar a la investidura. Nuestra posición ya ha sido fijada hace dos semanas y creo que lo hicimos bien, actuando con claridad para que no se pudiera entender que este acuerdo era el precio a pagar. Lo dijimos antes, que son dos acuerdo distintos. En la investidura nosotros nos vamos a abstener y es el PSOE el que debe tomar ahora una decisión, es el que puede hablar para permitir que se ponga en marcha la legislatura porque de otro modo estaríamos en una situación de empate permanente que los ciudadanos no entenderían.

-No hay margen para cambiar de postura en las próximas semanas.

-No, no va a haber cambio de postura.

-Y en su opinión, el PSOE debe abstenerse.

-Es que Rajoy ya ha dicho que va a ir a la investidura con sus 137 diputados, que va a arrancar la legislatura, si no hay bloqueo, si no hay ese muro, podremos arrancar y nosotros ya hemos dicho que estamos abiertos al diálogo. Porque lo cierto es que con 137 diputados no hay presupuesto y tampoco hay reformas, y por eso es importante que la mesa de la cámara tenga esta representación plural. Ya no va a haber mayorías como antes y lo que hemos dicho es que, al menos, tiene que poder arrancar la legislatura. Se puede contar con nuestra posición constructiva pero el PSOE, sinceramente, tiene que dejar de marear la perdiz y por eso creo que debería abstenerse.

-En Asturias lograron repetir su escaño en los comicios de junio pero Ciudadanos perdió casi 10.000 votos ¿a qué achacan este resultado?

-El comportamiento de Ciudadanos en Asturias es muy similar al de España, lo que hemos analizado es que la apelación al voto del miedo, ese voto a la defensiva inducido por el PP y también la bajada en la participación ha influido mucho, ha sido un contexto muy negativo para un partido como el nuestro, esa constante apelación al miedo también un cierto efecto de segunda vuelta, de reiterar la idea de «o nosotros o el caos», ese discurso del PP hizo mella en nuestro electorado. Con todo, bajamos menos de un punto, apenas es significativo para hablar de una gran pérdida de apoyo electoral. Son resultados de un contexto muy difícil pero que nos sirven de base para construir en el futuro. No nos conformamos ni mucho menos pero vamos construyendo un suelo que nos permite pensar en mayorías en el futuro. A partir de ahí, hay que crecer y conseguir atraer a más votantes.