Asturias trata de frenar la nueva selectividad

S.D.M. REDACCIÓN

ASTURIAS

Genaro Alonso
Genaro Alonso

Genaro Alonso reclama al Gobierno del PP una conferencia sectorial urgente para paralizar las reválidas de Secundaria y Bachillerato. Confía en que nunca llegen a celebrarse

01 ago 2016 . Actualizado a las 18:05 h.

«Las reválidas son el elemento más contestado y perverso de la LOMCE. Sigo confiando, quizá inocentemente, en que no se llegarán a aplicar». En estos términos se ha expresado el consejero de Educación del Principado, Genaro Alonso, sobre el decreto que regula las pruebas de Secundaria y Bachillerato que salió publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE) el sábado. Asturias mantiene su rechazo frontal a estos exámenes, obligatorios para conseguir ambos títulos y para acceder a la Universidad. Lo hace de palabra y también de forma activa. El Gobierno asturiano ha reclamado al ministerio con la convocatoria de una conferencia sectorial urgente para frenar su aplicación. No lo hace en solitario. El resto de comunidades gobernadas por el PSOE dará el mismo paso. Ese frente autonómico ha trabajado hasta ahora con escasos resultados a la hora de revocar la última reforma educativa del PP pero no parece rendirse.

Genaro Alonso ya había avisado por adelantado de que no quería ninguna reválida, ni la de Primaria que ya ha aplicado, ni las de Secundaria y Bachillerato que ahora entran en vigor. La de Bachillerato, además, será la que sustituya a la selectividad. Tendrá, por tanto, un valor doble. Será necesaria para conseguir el título acreditativo de haber cursado este ciclo -a partir del próximo curso- y también abrirá la puerta a la Universidad. Desde el primer momento, ha reclamado al Ministerio de Educación la apertura de conversaciones, un diálogo real con las comunidades para llegar a acuerdos que satisfagan a todas las partes. Esa negociación nunca se ha producido.

Sí que ha negociado el Gobierno con la Conferencia de Rectores (Crue). De hecho, la reválida de Bachillerato es fruto de esas conversaciones. La reforma educativa de Wert eliminaba la controvertida selectividad, introducía una reválida en Bachillerato y permitía a cada Facultad de cada Universidad realizar pruebas específicas o entrevistas para elegir alumnos. Este método encendió a los rectores que, a través de la Crue denunciaron que se rompía la homogeneidad del sistema público. Mediante un grupo de trabajo integrado por vicerrectores de Estudiantes, liderado por el asturiano Luis Rodríguez, alcanzaron un principio de acuerdo con el ministerio, en el que el sistema era casi idéntico al que estuvo en vigor hasta este mes de julio. Mantenía una prueba común y los criterios eran iguales para todos. Sin embargo, las comunidades anti-Lomce, entre ellas Asturias, dijeron no. Alonso ofreció entonces sus argumentos. Criticó ese nuevo acceso porque hará que las comunidades asuman la tarea de realizar la prueba de acceso que hasta ahora hacían las universidades. Señaló que supondrá una ingente cantidad de trabajo porque, además de los jóvenes que quieran continuar con sus estudios superiores, también la harán aquellos que quieren el título de Bachillerato. Ese acuerdo, con matices, es el que salió el sábado publicado en el BOE.

«Pensábamos que un Gobierno en funciones no iba a dar ese paso», ha reconocido ahora el consejero asturiano que enviará una carta al ministro Íñigo Méndez de Vigo. “Ni queremos las reválidas, ni benefician a nadie, ni nos hacen falta”, ha subrayado.

Algunas regiones como Cataluña ya han anunciado que acudir