¿La salida asturiana al laberinto español?

Luis Ordóñez
Luis Ordóñez REDACCIÓN

ASTURIAS

PACO RODRÍGUEZ

Dirigentes políticos apuestan por trasladar al ámbito nacional el modelo asturiano de investidura en el que sólo se permite a los grupos votar a favor o abstenerse

18 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

A la salida del Comité Ejecutivo Nacional del PP, después de que Mariano Rajoy diera largas respecto a su respuesta a las 6 condiciones de Ciudadanos para apoyarle en la investidura y se resistiera a fijar una fecha para el debate en el Congreso a la espera de reunirse con el líder socialista Pedro Sánchez, la presidenta del PP asturiano, Mercedes Fernández, deslizó que sería interesante trasladar el modelo asturiano de votación en la investidura al sistema nacional. En el Principado, a la hora de elegir al jefe del Ejecutivo autonómico, los grupos pueden votar a favor o abstenerse, pero no votar en contra. De este modo, si no hay mayoría absoluta en primera convocatoria, se puede formar gobierno por mayoría simple en la segunda.

La presidenta de los populares asturianos afirmó que la normativa asturiana constituye «una buena política antibloqueo de gente caprichosa» y añadió que «o uno se presenta o se abstiene, no es una mala receta». No se trata del primer político asturiano que realiza una valoración similar después de la repetición de los comicios generales del pasado 26 de junio. El presidente de la Junta General del Principado, Pedro Sanjurjo, señaló también en una entrevista en La Voz de Asturias el pasado mes de julio que «quienes en su momento idearon esta fórmula en Asturias precisamente se colocaron en la situación de evitar el bloqueo en la formación del gobierno porque los parlamentos tienen una función básica que es legislar pero también garantizar la formación de mayorías para constituir gobiernos». El socialista destacó entonces que «el resultado en Asturias ha sido útil y por qué no, teniendo en cuenta el escenario de fragmentación política que hace muy difícil concitar mayorías absolutas, podría ser útil para el conjunto de España».

El sistema asturiano es único en el modelo autonómico español, no se da en ninguna otra comunidad. Si bien es cierto que facilita la formación del Ejecutivo no es una fórmula mágica para la eliminación de bloqueos parlamentarios. Desde la restauración de la democracia, la práctica totalidad de los gobiernos asturianos se han elegido sin complicaciones, la fragmentación de los grupos de la Junta es más reciente. En el anterior mandato de Javier Fernández, los socialistas sumaron una mayoría suficiente gracias a un pacto de investidura con IU y UPyD (que se rompió a mitad de legislatura por desacuerdos sobre la reforma electoral) y ante unos grupos de derecha desunidos. En legislatura actual, el PSOE pensó en pasar sin más, por mayoría simple en la votación de la segunda vuelta, pero se encontró con que la presidenta del PP presentó su candidatura y a ella se unieron los escaños de Foro. Se produjo un empate de escaños que se resolvió después de un acuerdo de investidura entre PSOE e IU pero, incluso entonces, Podemos valoró dividir sus votos para intentar forzar un nuevo empate que hubiera abocado a una repetición de elecciones. Los morados finalmente se abstuvieron y arrancó la legislatura. 

Una anomalía

Pero no todos le ven ventajas al sistema asturiano frente a la posibilidad de votar «no» en la investidura. Para el profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Oviedo, Miguel Ángel Presno Linera, el modelo asturiano es «una anomalía, la excepción a la regla» en el funcionamiento de la mayoría de los parlamentos y no sería una buena idea trasladarla al ámbito general.

«Lo razonable es que los diputados puedan elegir sí, no o abstención, creo que no sería bueno cercenar así la libertad de los parlamentarios», señaló Presno Linera quien destacó en todo caso que la fórmula para superar un bloqueo es «se pongan para llegar a acuerdos, que el presidente busque la manera de que tenga el respaldo adecuado con pactos o formando una coalición».

El pasado 16 de agosto, la profesora Yolanda Gómez publicó una tribuna en el diario El País en la que defendía también modificar el modelo de investidura en el Congreso para que en una segunda votación resulte elegido el candidato con mayor número de votos positivos y en el que realizaba una encendida defensa de la abstención como respaldo neutral. Sin embargo, Presno Linera consideró que esta es una postura «minoritaria» entre los expertos en Derecho Constitucional y recalcó la necesidad de que los grupos lleguen a acuerdos para formar gobierno.