Los padres encaran la vuelta al «cole» más cara en años

Susana D. Machargo REDACCIÓN

ASTURIAS

La noticia del día es la mejor fórmula para conectar cada jornada lo que ocurre hoy con el ayer de los libros de texto
La noticia del día es la mejor fórmula para conectar cada jornada lo que ocurre hoy con el ayer de los libros de texto JOSÉ PARDO

Las familias denuncian que sus bancos de intercambio son inútiles porque la mayoría de los centros ha cambiado los libros de texto. La beca del Principado solo cubre el precio de tres manuales

25 ago 2016 . Actualizado a las 09:24 h.

La cuesta de septiembre llega en 2016 más empinada que nunca. La plena implantación de la Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) ha llevado a la gran mayoría de colegios e institutos a cambia los libros de texto este curso y a no mantener el material los cuatro años que recomienda la Consejería de Educación del Principado. Este descarte masivo ha dejado sin trabajo a los bancos de libros que montan en los centros las asociaciones de padres, que se han visto obligados a tirar a la basura todos los manuales, incluso los que estaban nuevos. «Va a ser el inicio de curso más caro en años», lamenta Elena González, presidenta de la Federación Miguel Virgós, la mayoritaria en la escuela pública asturiana. Los números parecen darle la razón. La beca que concede el Gobierno regional a las familias con pocos recursos asciende a 105 euros, un dinero que apenas sirve para cubrir tres. Tampoco sirve para cubrir el nuevo modelo de préstamo impulsado por la Administración en los centros públicos. 

Las familias todavía no saben el número exacto de centros que ha cambiado los libros de texto. Están en la fase de recopilación de información para elaborar el estudio que presentan cada año. Pero la tendencia que han detectado es incuestionable. Las asociaciones de padres que pasan los datos confirman a diario el masivo cambio de manuales. Eso también implica los cuadernillos de ejercicios y todo el material complementario. «Este curso nuestros bancos no sirven para nada», insiste Elena González, que aboga un cambio pedagógico, en el que sean los docentes los que generen los contenidos que se imparten en clase. Cita como ejemplo el trabajo que desarrollan los responsables de las asignaturas bilingües que han tenido que crear sus propios recursos desde cero. Ese es el camino que propone seguir.

Durante dos años, las familias consiguieron frenar a los equipos directivos. La Ley Wert entró en vigor pero los centros fueron sensibles a las reivindicaciones de los padres y mantuvieron los mismos libros. Pero la realidad ha jugado en su contra. Esperaban que el nuevo gobierno elegido en las urnas, primero en diciembre y después en junio, paralizase la reforma educativa. Pero la incapacidad para formar un Ejecutivo ha hecho que la LOMCE entre de lleno en todos los cursos. «Ahora es el material pero a final de curso serán las reválidas», lamenta la presidenta de la FAPA Miguel Virgós.

Cuánto se gastan las familias

Los libros representan el desembolso más cuantioso de la vuelta al cole. En Secundaria, por ejemplo, con manuales por encima de los 30 euros, es frecuente que un alumno tenga que comprar seis o siete publicaciones, además de cuadernillos de ejercicios. Eso supone, como mínimo, 200 euros. En una familia con más de un hijo escolarizado el gasto se multiplica, más cuando este año no podrán heredar libros entre ellos.  

Alguno de los estudios del coste del inicio de curso, basados en datos de colectivos de consumidores como OCU o Fuci, cifran ese desembolso en unos 400 euros por estudiante. En ese dinero van incluidos otros aspectos, como la ropa o el material complementario. Destinan 46 euros de media a las zapatillas de deporte o 47 a las mochilas escolares. Si se necesita uniforme, una política que están aplicando cada curso más colegios públicos en Asturias, habría que sumar entre 132 y los 204 euros más. La avalancha de gastos extra se completa con materiales de papelería o con el mandilón, entre los pequeños.

Alternativas

Los bancos de libros montados por las familias o las becas del Principado, a las que se destina más de un millón y medio de euros, es solo un parche. No creen que el intercambio de material o el préstamo sea la solución. Plantean que es necesario una reforma pedagógica en profundidad. Ese aspecto podría incluirse dentro de un pacto educativo que diese como resultado una ley consensuada por el mayor número de colectivos implicados en la enseñanza. Esta es la aspiración de Elena González y de la Confederación Española de Padres de Alumnos (Ceapa), organismo de la que fue vicepresidenta hasta hace unos meses.

«Las ayudas que dan las administraciones ayudan a las familias pero, sobre todo, sirven para alimentar a las editoriales que son las que realmente están interesadas en que se cambien los libros con la mayor frecuencia posible», argumenta González. Ya hay centros en la región que han optado por un cambio radical de modelo y han sustituido los manuales por material propio. La portavoz de las familias cita de memoria varios colegios públicos de Oviedo y de Gijón, al margen de algunos concertados.