La orla de Asturias 2016

Susana D. Machargo REDACCIÓN

ASTURIAS

J.L.Cereijido

«Son muy buenos en lo suyo y, en consecuencia, son buenos para todos, porque el pluralismo es enriquecedor», ha señalado el presidente de los galardonados

07 sep 2016 . Actualizado a las 22:12 h.

Dice el presidente del Principado, Javier Fernández, que es difícil cada verano armar el dedo para señalar a las personas o colectivos que merecen las medallas de oro y de plata de Asturias, que es, en realidad, un acto de injusticia que se perpetra de forma premeditada cada año, porque se ven obligados a elegir unos pocos cuando hay muchos que reúnen méritos suficientes. Aún así, el Consejero de Gobierno cumple con su función cada mes de agosto, con tiempo suficiente para preparar la festividad de Covadonga. Fruto de esa escrupulosa labor, nace la orla de 2016, en la que hay lugar para el campo, el cooperativismo, la atención social, el apoyo a la diversidad, la pintura, el Camino de Santiago, el empleo femenino y el periodismo y la comunicación. En esa fotografía, las caras las ponen José Manuel Vaquero, Alejandro Mieres, Laureano Víctor García, presidente de la asociación de Caminos de Santiago del Norte; Miguel Molins, en representación de la Fundación Sabadell; las presidenta y vicepresidenta de El Orrio, Francisca García e Isabel Castaño; la presidenta de la cooperativa Campoastur, Maria Cruz Fernández; y el presidente de Aspace, Rafael Pedregal. «Son muy buenos en lo suyo y, en consecuencia, son buenos para todos, porque las diferencias y el pluralismo son enriquecedores si coinciden en el bien común», ha resumido el presidente.   

La ceremonia de entrega tuvo lugar en un Auditorio de Oviedo lleno a rebosar y contó con la presencia de las autoridades políticas, eclesiásticas y militares de la región, además de una nutrida representación del empresariado, la Universidad de Oviedo y organizaciones sociales. Sobre el escenario, un quinteto de cuerda y percusión de la Orquesta Sinfónica del Principado, puso la nota musical, con breves piezas versionadas, entre ellas la Danza Prima. La presentación corrió a cargo de dos rostros de la RTPA, Sonia Fidalgo y Pedro Laguna. 

La puesta en escena

Javier Fernández entregó uno a uno el diploma acreditativo del galardón y la medalla que, curiosamente, es obra de uno de los premiados, el artista plástico Alejandro Mieres. Por eso, el presidente del Principado ironizó y reconoció que quizá el premio del nonagenario Mieres debería haber llegado mucho antes. El 8 de septiembre es el Día de Asturias desde que así lo decidiera el Gobierno de Rafael Fernández en 1980 y los galardones se concretaron seis años después. 

La primera intervención, la de José Manuel Vaquero, fue en nombre propio y de sus seis compañeros de promoción. Vaquero hizo un repaso a la Asturias actual y a la de hace ya unas décadas, cuando él entró en la escena política asturiana. Habló de valores, de periodismo, de economía, del Principado que se está construyendo, de la región informada y concienciada que se convierte en más justa. El hijo de Pili y Pelayo, los de Bueño, -tal y como se presentó- tiene como su mayor mérito «haber sabido rodearse de profesionales mejores» que él mismo. El hijo del ferroviario que viajaba en tren gratis cuando estudiaba en Oviedo citó a maestros como Pérez de las Clotas y aludió al «disruptivo fenómeno digital». 

Unos vídeos glosaron a todos los premiados. También lo hizo el presidente. La cooperativa el Orrio combina gran cantidad de elementos que dibujan la sociedad que busca el Principado, es una empresa fundada por mujeres, que genera empleo femenino, en la zona rural y que presta atención social allí donde no llegan las administraciones. Francisca García e Isabel Castaño, en nombre de sus otras ocho socias, y de su plantilla total de 21 trabajadoras, representaron el éxito de un nuevo modelo. María Cruz Fernández puso rostro a otra cooperativa, Campoastur, surgida en 2012 de la fusión de otras más pequeñas. La Asturias de la tecnología y de la innovación subió al escenario con Miguel Molins, director de la Fundación Banco Sabadell, que impulsa, codo con codo, con la Universidad de Oviedo, la formación y la investigación.

Mieres, asturiano de adopción y larga tradición fue catedrático de instituto hasta su jubilación. Él mismo se define como un «trabajador, muchos puntos suspensivos, del arte». El presidente ha citado su obra «estudiada y reconocida por la crítica especializada, que está presente en varios de los museos más importantes de España». De hecho, estos días una muestra de su creación puede visitarse en el Barjola de Gijón. También dentro del ámbito cultural e, incluso patrimonial, se clasifica la medalla de Laureano Víctor García, que ha trabajado de forma altruista, como todos los voluntarios de las asociaciones del Camino de Santiago, para cuidar el patrimonio, promover su potencial turístico y la atención a los peregrinos. «En este caso, la compostela no se otorga por haber finalizado una vez la ruta, sino por décadas de recorrido. Esa compostela es la medalla de plata del Principado», ha explicado Javier Fernández. Por último, Aspace. Su presidente, Rafael Pedregal, encarna más de cinco décadas de ayuda a las personas con parálisis cerebral, en favor de la integración, el empleo, el apoyo a las familias y la educación. «Es, más que un reconocimiento, un deber: la calidad moral de nuestra sociedad exige que Aspace reciba la medalla de plata», ha argumentado el jefe del Ejecutivo asturiano.