El «código ictus» salva vidas

La Voz REDACCIÓN

ASTURIAS

Más de 2.500 asturianos sufren al año un accidente cerebrovascular y casi un millar fallece. Las unidades de atención rápida atienden a los pacientes apenas cuatro horas después de los síntomas

29 oct 2016 . Actualizado a las 14:00 h.

Los médicos asturianos diagnostican al año unos 2.500 ictus al año, de los que alrededor de 900 concluyen con la muerte del paciente. Es la primera causa de fallecimientos entre la población general, además de las importantes que secuelas que dejan entre los que los sufren. Con el objetivo de acelerar ese diagnóstico para conseguir una mejor evolución del paciente, el Servicio de Salud del Principado (Sespa) activó en el 2010 el denominado código ictus, que es un dispositivo de intervención urgente. Esta estrategia persigue que el enfermo pueda recibir tratamiento antes de cuatro horas y media desde el inicio de los síntomas. Solo el año pasado, se activó en 417 ocasiones, 300 más que en el primer año de implantación, un lustro antes. En este periodo también ha aumentado la cifra de pacientes tratados en la fase aguda, mediante técnicas de revascularización, como las trombectomías mecánicas, que es una extracción de los trombos alojados en las arterias cerebrales. 

La Consejería de Sanidad y el Servicio de Salud del Principado de Asturias (Sespa) ha hecho públicos estos datos con motivo de la celebración del Día Mundial del Ictus. La Administración destaca la importancia de una jornada «destinada a concienciar a la población sobre la importancia que tiene la prevención como factor clave para evitar esta enfermedad que se estima que afectará a uno de cada seis españoles a lo largo de su vida». Un ictus es, en concreto, una alteración brusca de la circulación sanguínea cerebral que se origina por la formación de un coágulo que cierra el paso de la sangre o por la rotura de un vaso, que da lugar a una hemorragia o derrame cerebral. En Asturias, como en el resto de España, los ingresos hospitalarios motivados por enfermedades cerebrovasculares han aumentado como consecuencia del envejecimiento de la población.

 En el conjunto del país, afecta cada año a unas 130.000 personas, de las cuales 80.000 fallecen o quedan con alguna discapacidad. Más de 300.000 españoles presentan alguna limitación en su capacidad funcional, tras haber sufrido un ictus. Y, desde el punto de vista económico, el ictus supone entre el 7% y el 10% del gasto sanitario. Actualmente, este trastorno es más común a edades más avanzadas. El 75% de los ictus se producen en personas de más de 65 años, aunque también se produce en población más joven. En Asturias, se calcula que hay unos 2.500 ictus al año que originan alrededor de 900 muertes anuales. Es la principal causa de fallecimiento en el conjunto de la población (7,4% en 2011), la más importante entre las mujeres (9,1%) y la tercera entre los varones (5,8%), además de las importantes secuelas que suele dejar en quienes la padecen.

 Recursos

El Principado cuenta con dos unidades de ictus con una capacidad de 12 camas monitorizadas, atendidas por una enfermera y una auxiliar de enfermería en cada turno, seis en el Hospital Universitario de Cabueñes, en Gijón y otras seis en el HUCA. Ambos recursos atienden a una población de poco más de un millón de habitantes, lo que constituye, según el Sespa, «una de las mejores ratios del país». Durante el 2015 la unidad de Cabueñes asistió a 531 pacientes y la del HUCA a 571 personas, unas cifras que se mantienen estables en los últimos años. En ambos centros se ha creado, en este 2016, una Escuela de Ictus dirigida a pacientes, familiares y personas cuidadora, en la que se les ofrece una serie de pautas para afrontar la enfermedad.

Recomendaciones

La administración también concede importancia a la prevención. Además de una buena y rápida atención clínica, recuerda que existe consenso médicos sobre la importancia de incidir sobre los factores de riesgo modificables par evitar el accidente cerebrovascular. Esos factores son, entre otros, el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol, consumo de drogas, la hipertensión arterial, tener niveles de colesterol elevados en sangre, la diabetes, la obesidad, la vida sedentaria, las dietas ricas en sal y en grasas. La prevención primaria del ictus se basa en corregir todos estos factores de riesgo.