Los guardas del «paraíso natural» se sienten «desprotegidos»

Pilar Campo REDACCIÓN

ASTURIAS

Agentes del Medio Natural del Principado.Agentes del Medio Natural del Principado
Agentes del Medio Natural del Principado

Los agentes del Medio Natural reclaman medios de autodefensa frente a los ataques, una ley propia y reivindican su figura como policía medioambiental

26 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Tienen la cualificación y capacitación profesional para custodiar los recursos naturales y proteger el medio ambiente, vigilan los montes para neutralizar el furtivismo y realizan una labor preventiva para evitar que los incendios forestales destruyan el paraíso natural de la Asturias de los eslóganes turísticos. Los agentes del Medio Natural del Principado siguen supliendo la falta de medios y la ausencia de un modelo organizativo acorde con las necesidades actuales, con el esfuerzo personal y grandes dosis de vocación. El colectivo, que echa en falta un respaldo explícito a su trabajo por parte de los responsables de la Administración regional, ha sido víctima de agresiones, radicalizadas en los últimos meses, ante las que se encuentran totalmente «desprotegidos e indefensos». La Asociación de Guardas del Medio Natural del Principado de Asturias (AGUMNPA), que inició su andadura en la comunidad autónoma hace cinco años, reivindica su papel policial como agentes de la autoridad, en una función que tienen regulada por ley, y pide un mayor compromiso político para conseguir mejoras en las condiciones laborales que permitan desterrar «la impunidad» que propicia la dispersión y atomización del territorio natural en el que desempeñan su actividad diaria.

El colectivo de agentes del Medio Natural está integrado por 246 personas, de las que 150 están adscritas a Recursos Naturales y 96 a Montes. Los primeros asumen las áreas destinadas a  la inspección en materia de caza, pesca fluvial, espacios y especies protegidas, mientras que los segundos se dedican, mayoritariamente a las actuaciones en materia de aprovechamientos forestales y  prevención de incendios forestales.

Falta de interés político para reordenar la Guardería

Manuel Fernández (presidente), Bruno Santurio (vocal) y Miguel Garrido (secretario) forman parte de la primera directiva de la asociación que surgió de la necesidad de recoger la inquietud de un grupo de compañeros, «fruto de la frustración de ver que las funciones que tenemos asignadas y son muy específicas, no sólo no se cumplían, sino que cada vez se iban dispersando más».

Uno de sus principales retos es conseguir que su dependencia orgánica se limite a un único organismo y no a varios, como ocurre ahora. «Dependemos de cuatro direcciones generales y tres consejerías: Justicia e Interior, Desarrollo Rural y Presidencia. Nosotros queremos que la Guardería se integre en un único servicio que elabore las competencias que ya tiene asumida por ley», sugieren. La propuesta de reordenación de la Guardería traería beneficios económicos ya que, según explican, «sería una mejor gestión de medios para una mejor eficacia en los recursos», si bien reconocen que «la falta de interés político» es el mayor obstáculo para que se lleve adelante.

La labor policial y de custodia

Los directivos de Agumnpa se decantan por que este servicio dependa de la Consejería de Presidencia, al disponer de las competencias en Justicia e Interior. «Es la más afín a la labor de Policía Medioambiental, que es la esencia de este colectivo y nuestra función pública», advierten. No obstante, se muestran muy críticos con la falta de empatía de los responsables políticos. «La ley dice que nuestra función es la de Policía y custodia de los recursos naturales. Eso es la teoría; pero, en la práctica, los políticos de turno nos usan como comodín para cualquier otra función antes que para la de vigilancia».

Uno de sus quebraderos de cabeza es la obligatoriedad de compatibilizar las tareas de vigilancia y control con las labores administrativas. «El único marco legal que tenemos es el de los funcionarios como cualquier administrativo: jornadas en horario de 9 a 14 horas a diario y dos tardes a la semana es de obligado cumplimiento. Pero esos horarios no se están cumpliendo porque en Medio Ambiente se hacen cacerías de 14 a 15 horas diarias, en algunos casos de cacería de corzo es de tres días, eso con carácter ordinario. Y una cacería de jabalíes, que es ahora la temporada, comienza a las 7 de la mañana y puede terminar a las  8 de la tarde. Eso se sale del marco horario legal, y nosotros estamos cumpliendo horarios ilegales, incumpliendo normativa europea. En el monte pueden surgir problemas a cualquier hora del día y muchas veces cuando vas es por iniciativa propia», comentan.

Las agresiones a los guardas

La directiva de la Asociación de Guardas del Medio Natural hace hincapié en los riesgos que se están corriendo en la región por esas disfunciones que resaltan y que ellos perciben a diario en su trabajo. «Asturias está sin vigilancia ambiental, no hay ni un solo operativo organizado para prevención de incendios, furtivismo…», ratifican.

Miguel Garrido pone como ejemplo que, en los 12 años que lleva trabajando, sólo ha hecho un servicio nocturno. Ante esta coyuntura, se pregunta: «¿cómo se previene el furtivismo si no se realizan servicios nocturnos?», una interpelación a la que los políticos no le han dado una respuesta. En el caso de los incendios forestales, recuerda que la mayoría de las veces, los pirómanos actúan al oscurecer o en plena noche; una franja horaria en la que se carece de efectivos destinados a neutralizar su acción.

En los últimos meses da la impresión de que se han intensificado las acciones vandálicas y las agresiones infligidas al colectivo, pero los miembros de Agumnpa puntualizan que no se trata de una oleada de sucesivos incidentes, sino que se han empezado a visualizar a través de las denuncias públicas que la asociación ha empezado a realizar y que han trascendido a la opinión pública. «Las agresiones y amenazas que sufrimos no son algo nuevo. El problema es que hay una falta de reconocimiento claro de qué papel hacemos. Los agentes del Medio Natural trabajamos solos, de forma individual. Si no tenemos un respaldo o un apoyo claro de la administración, el ciudadano no percibe nuestro carácter de autoridad. Nosotros somos policías medioambientales. Y casa mal que tú hayas estado unos días antes con un vecino calibrando los daños del jabalí y varios días después sorprendas a esa misma persona quemando el monte o en labores de furtivismo. Esa situación no le pasa a los agentes de la Guardia Civil ni por asomo», aseguran.

Los momentos más críticos son las tardes y los días festivos. Los agentes del Medio Natural admiten que entre el colectivo hay «intranquilidad e inseguridad personal» ante las amenazas y agresiones porque cuando están realizando su trabajo en el monte lo hacen en solitario y no tienen detrás una infraestructura que les permita tener a alguna persona pendiente de su situación geográfica. «Esa dispersión, esa atomización, esa incomunicación es complicada, porque no tenemos a nadie en la emisora 24 horas que sepa dónde estamos geolocalizados. Estamos solos en el monte», aseveran.

Priorizar la vigilancia frente a la labor administrativa

Priorizar las tareas de vigilancia y control sobre las administrativas así como la unificación de personal y medios son algunas de sus metas principales; unos retos que podrían alcanzarse a través de la elaboración de una ley propia que reorganice funciones y regule horarios y distribución territorial. El Partido Popular presentó una proposición de ley, que, a juicio de los agentes, es «mejorable», pero marca «el primer paso». La directiva lamenta que parta sin apoyo del Grupo Parlamentario Socialista, ni del Ejecutivo regional.  

La integración en algún protocolo de actuación o intervención del 112 donde puedan desarrollar sus funciones y contar con la figura de un coordinador que les tuviera geolocalizados y con el que pudieran comunicar cualquier incidencia sería vital para el colectivo. Unas peticiones a las que suman la posibilidad de que los agentes del Medio Natural pudieran realizar su trabajo en parejas. «Las agresiones se producen porque no se nos reconoce la figura de autoridad y trabajamos solos. Si estuviéramos con un compañero a lo mejor un 80% de esas circunstancias no se darían, especialmente porque se registran en zonas donde es casi imposible que te encuentren por la orografía».

Otro punto negro es la falta de  medios de autodefensa y autoprotección. «En el medio natural es el único sitio donde la gente va armada de forma legal, como son los cazadores. Y nosotros, que somos los encargados de esa vigilancia, sólo tenemos el uniforme. Queremos medidas de autoprotección y autodefensa, como guantes anticorte, por ejemplo. Si vamos a hacer un servicio, necesitamos ir protegidos».

Entre las actuaciones en las que su conocimiento del medio natural sería eficaz figura el apoyo en los operativos de búsqueda de personas desaparecidas. Y, paradójicamente, jamás cuentan con ellos. «Queremos participar, coordinados por el 112, en los operativos de búsqueda de personas desaparecidas porque somos el colectivo que mejor conocemos el medio y el territorio. Es el sentido del servicio público que cumplimos es para lo que estamos preparados», plantean en su lista de propuestas.