Podemos califica a Cascos de ministro de las «chapuzas faraónicas»

Efe REDACCIÓN

ASTURIAS

El diputado de Podemos por Asturias Segundo González
El diputado de Podemos por Asturias Segundo González Sergio Barrenechea | Efe

Segundo González ha pedido explicaciones al Partido Popular ante el «abandono» del metrotrén de Gijón

25 dic 2016 . Actualizado a las 19:00 h.

El diputado nacional de Podemos Segundo González se ha referido a Francisco Álvarez-Cascos como el ministro de las «chapuzas faraónicas», en referencia a la situación creada con el túnel del proyecto de metrotrén de Gijón, que según denunció Xixón Sí Puede se encuentra inundado y sin mantenimiento.

Para el parlamentario asturiano en el Congreso el túnel del metrotrén, que es parte del «legado» de Álvarez-Cascos como ministro de Fomento, se terminó de construir en 2008, y añade que por sus 3,9 kilómetros de longitud estaba previsto que circulasen trenes de cercanías. La obra, que era parte del Plan de Vías de la ciudad, supuso para el Estado una inversión de 137 millones de euros, un 29 por ciento por encima del precio de adjudicación, abunda González, que lamenta que 8 años después de finalizar la obra «aún no se han instalado las vías y trenes que darían sentido al túnel».

El diputado podemita ha registrado en el Congreso varias preguntas dirigidas al Ministerio de Fomento para conocer los planes que tiene el Gobierno del Partido Popular respecto a esa infraestructura. Así, quiere saber «cuál es la explicación del Ministerio ante el abandono del metrotrén», el desglose detallado de los gastos de mantenimiento imputados a dicha infraestructura en los últimos tres años» y si Fomento tiene previsto convocar a la sociedad de integración de Gijón al Norte para definir la ejecución del Plan de Vías.

El mantenimiento del túnel desde su finalización suponía un coste anual de unos 100.000 euros, al menos hasta que en 2014 ADIF se hizo cargo del mismo, concluye el político asturiano, que subraya que «paralelamente», en noviembre de 2014 el Ministerio adjudicó por 17.986 euros la puesta en marcha de un sistema para evitar intrusismo en las instalaciones.