Asturias instalará videovigilancia y controles itinerantes contra la contaminacion

Luis Ordóñez
Luis Ordóñez REDACCIÓN

ASTURIAS

ELOY ALONSO

Responsables de Infraestructuras y 16 concejos del área central se reúnen para coordinar protocolos de control de la calidad del aire

24 ene 2017 . Actualizado a las 20:36 h.

En la actualidad, en Asturias, sólo Gijón y Avilés, cuentan con planes específicos de control de la calidad del aire. Este martes, la Federación Asturiana de Concejos (FACC) acogió un encuentro entre los responsables de la Consejería de Infraestructuras, de la administración central y 16 ayuntamientos para plantear las bases de un protocolo común de actuación contra episodios en los que se disparen los picos de alerta por contaminación ambiental. Todos los representantes municipales resaltaron la importancia de concretar un método de coordinación entre las distintas competencias de las administraciones, y la consejera Belén Fernández destacó que «hay que huir de eufemismos y esto a veces requiere adoptar medidas que no son cómodas en defensa del interés general».

¿Cuáles? Es algo que tendrán que concretar los ayuntamientos y el Principado a medio plazo. La consejera señaló que el Ejecutivo asturiano elevará al parlamento de forma inmediata una propuesta de inversión de 670.000 euros destinada este objetivo «para conocer mejor, con estudios sobre las partículas más contaminantes», qué medidas informativas y actuación poder llevar a cabo en situaciones en las que puedan producirse esos picos. Belén Fernández señaló que entre ellas estará la instalación de panles informativos dirigidos a los ciudadanos para que puedan conocer esos niveles en todo momento, además de unidades móviles de vigilancia y «vídeovigilancia para controlar a la industria». En todo caso, en la exposición que se mostró en el encuentro en la sede la FACC se habló de «reducción del impacto del transporte» especialmente en los núcleos urbanos y, de cara a la actividad industrial «ejecutar determinadas medidas más exhaustivas».

Según los datos de la Consejería de Infraestructuras, las partículas son el elemento que despierta mayor preocupación en Asturias (en otros elementos, como el dióxido de carbano se está por debajo de los límites fijados por la Organización Mundial de la Salud) y tienen su origen principalmente en la industria y el transporte. Las estadísticas de Infraestructuras revelan que la contaminación ha descendido de forma global y constante desde el año 2014, pero hay dos focos especialmente resistentes a todas las medidas que se han ido adoptando en los últimos años: el área del Matadero en Avilés y Lugones en Oviedo. La directora general de Prevención y Control Ambiental, Elena Marañón, señaló que en el Matadero de Avilés «tenemos un problema local, un microsistema muy influido por las emisiones, aunque no hay viviendas próximas». Apuntó que tanto Avilés como Gijón, por la cercanía de la industria presentan más episodios a lo largo del año que en el resto del área central aunque en Lugones, en Oviedo, se superaron los límites en 11 ocasiones a lo largo de 2016.

Los planes de actuación en el control de calidad del aire se activaron en dos ocasiones en 2015 en Avilés, y en el periodio entre el 19 y 29 de diciembre de 2016. En Gijón no se activó en ningún momento el año pasado pero sí en diciembre de 2015. Para los planes que se han tratado este martes en la sede de la FACC se han señalado cuatro zonas en el área central de la comunidad: la aglomeración urbana de Oviedo, que junto a la capital, incluye Noreña, Siero, Ribera de Arriba, Llanera y Morcín; Gijón, Avilés (junto a Gozón, Corvera, Castrillón y Carreño) y las cuencas mineras (sumando Mieres, Langreo, San Martín del Rey Aurelio y Lena).

La alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón, insistió en que lo más importante en este encuentro era buscar la coordinación entre las administraciones «con protocolos de actuaciones para que cada uno sepamos qué tenemos que hacer» y no descartó que se pudieran llevar a cabo restricciones de tráfico en el futuro pero siempre «según informes técnicos» y no «ocurrencias». Moriyón recordó además que ya se habían producido estas restricciones el pasado mes de noviembre en Jove y La Calzada.

Por su parte, el alcalde de Oviedo, Wenceslao López, señaló que aunque la capital no padece los mismos problemas que Gijón o Avilés, se sigue con preocupación lo que pudiera pasar en Trubia, un valle que concentra dos industrias, y apuntó que se habían celebrado reuniones con las empresas para controlar la emisión de benceno. En todo caso, señaló López «la contaminación no es local, es global, no se pueden poner barreras al aire».