Otros cuatro concejos del Occidente, vigilados por la plaga de la patata

José Francisco Alonso Quelle
José Alonso RIBADEO

ASTURIAS

Patata afectada por la polilla guatemalteca
Patata afectada por la polilla guatemalteca

Tapia, El Franco, Coaña y Villayón se unen a los otros siete municipios bajo vigilancia del Principado. Todos los que cultiven el tubérculo o pretendan hacerlo deberán comunicarlo

13 feb 2017 . Actualizado a las 08:40 h.

A los siete concellos en donde ya se había declarado la presencia de la polilla guatemalteca (Tecia solanivora) que destruye las cosechas de patatas en el Occidente asturiano y en los que el Principado ya había prohibido sacar el tubérculo cultivado (San Tirso, Vegadeo, Castropol, Taramundi, Navia, Valdés y Cudillero), se suman cuatro más, limítrofes con los anteriores, sobre los que la administración asturiana establece una especial vigilancia, con una normativa específica. Son los de Tapia, El Franco, Coaña y Villayón.

 La consecuencia inmediata es que todas las personas que hayan plantado patata este año o que pretendan hacerlo en los 11 municipios, tanto para autoconsumo como para producción profesional, deberán declararlo por escrito en la Consejería de Desarrollo Rural y Recursos Naturales, cubriendo un formulario con sus datos personales, la superficie cultivada y dónde se encuentra, los kilos sembrados y la variedad de semilla.

Este paso no se ha dado de momento en Galicia, donde la Xunta, al igual que el Principado, se limita a recomendar que no se plante patata este año a la espera de conocer el decreto para combatir la plaga que prepara el Ministerio de Agricultura, que previsiblemente prohibirá el cultivo un mínimo de dos años. Cabe preguntarse en todo caso si esta medida de obligar a los productores a registrar por escrito sus cultivos será efectiva y se llevará a cabo. A priori parece de difícil ejecución dada la cantidad de plantaciones para autoconsumo por gente de avanzada edad en zonas rurales y aisladas.

Lo que no oculta el Principado en sus medidas contra la plaga es la gravedad de ésta, al apuntar que los daños que producen estas polillas «pueden llegar a ser muy severos», tanto en el campo como en los almacenes.