CCOO pide que la Universidad fije el 20 de febrero como homenaje al rector García-Alas

Europa Press REDACCIÓN

ASTURIAS

Ignacio Loy y Jorge Uría
Ignacio Loy y Jorge Uría EP

El sindicato ha solicitado además que se retire el reconocimieto honorífico a Franco y simbología de la dictadura que aún permanece en el Edificio Histórico

16 feb 2017 . Actualizado a las 14:05 h.

La sección sindical de Comisiones Obreras en la Universidad de Oviedo ha demandado que la Universidad instaure el 20 de febrero como fecha de homenaje al rector Leopoldo Leopoldo García-Alas García-Argüelles, fusilado ese mismo día de 1937 por el bando franquista. También demanda que se retiren o modifiquen una serie de símbolos franquistas del Edificio histórico, así como el nombramiento de Francisco Franco como rector honorífico.

Así lo han explicado en rueda de prensa el responsable de CCOO en la Universidad, Ignacio Loy, y el profesor de historia contemporánea Jorge Uría, director de un grupo de investigación sobre memoria histórica.

El sindicato ha organizado para este lunes, 20 de febrero, cuando se cumplen 80 años del fusilamiento, un coloquio sobre la figura del rector Alas, en el que tomarán parte, entre otros, además Uría y Loy, los exrectores Juan Vázquez y Alberto Marcos Vallaure, y el actual rector, Santiago García Granda. En la misma línea, el sindicato pide que esta jornada de homenaje al rector ejecutado se instaure a partir de ahora cada año.

Aprovechando la efeméride el sindicato reclama que la Junta de Gobierno de la Universidad apruebe la retirada del nombramiento de Francisco Franco como rector honorífico, en 1939. Ha criticado Loy que la Universidad «se diera tanta prisa» en realizar este reconocimiento, justo al acabar la guerra civil, cuando los franquistas habían fusilado a Alas, y cuando la represión franquista en la Universidad se prolongó durante varios años más.

También reclama que se redefinan o modifiquen diversos vestigios y símbolos franquistas en la Universidad: el escudo nacional franquista sobre la puerta lateral del paraninfo; el monumento a los fallecidos del bando rebelde en las ruinas de la Capilla de San Sebastián; la placa en el aula magna en honor al rector Gendín por ser el alma de la reconstrucción de la Universidad (cuando fue el propio Alas quien inició las tareas, señala el sindicato); y las vidrieras del techo de la sala de la biblioteca central y del descansillo del acceso a la segundo piso del Rectorado.

Uría ha destacado la importancia simbólica del fusilamiento de Alas. En primer lugar, porque se trataba de un académico de cierto relieve. Y en segundo lugar, porque a pesar de estar muy vinculado al movimiento reformista republicano, y a figuras como Melquiades Álvarez o Álvaro de Albornoz, llevaba desde 1933 apartado de la política.

Su ejecución tuvo un carácter, según el profesor, «simbólico», dentro de la estrategia represiva del franquismo, a fin de dejar claro que no se toleraba «el más mínimo asomo de no simpatizar con el movimiento».