El tratamiento de la esquizofrenia llega tarde

S.D.M. REDACCIÓN

ASTURIAS

PACO RODRÍGUEZ

Una encuesta entre pacientes y familiares concluye que se producen fuertes retrasos a la hora de abordar la enfermedad. Los cuidadores sufren un importante desgaste por falta de apoyo

04 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El 1% de la población sufre una esquizofrenia. Esto se traduce en que hay alrededor de 400.000 casos en España y 10.000 en Asturias. Hasta ahí los datos objetivos de prevalencia. Pero, una vez diagnosticados, ¿cómo se sienten los pacientes y sus familiares? ¿Con qué problemas conviven? ¿Qué necesidades tienen? Uno de cada tres denuncia que el tratamiento médico, en su caso, llegó tarde. Incluso uno de cada cien indica que no está siguiendo ninguna terapia. Cuatro de cada diez están dentro de un programa de rehabilitación pero precisan que se les incluyó en un momento poco adecuado. Nueve de cada diez creen que la prioridad es estar conectado con su entorno más cercano. Los ciudadores sufren un fuerte desgaste. Todas estas conclusiones sirven a los servicios médicos para conocer en profundidad las necesidades reales y para poner el foco allí donde es necesario.

Así lo considera José Ángel Arbesú, coordinador de Salud Mental del Servicio de Salud del Principado (Sespa). Arbesú participa en la presentación del Proyecto Voz, que mide precisamente las prioridades de los diagnosticados con esquizofrenia o psicosis. Gracias a esta iniciativa se ha realizado una encuesta a gran escala en la que han participado más de 5.200 personas entre pacientes y allegados. Los resultados de esta muestra, la de mayor tamaño realizada en Europa, se dan a conocer dentro del Congreso Nacional de Atención Sanitaria al Paciente Crónico que se celebra en Oviedo.

La prevalencia de la enfermedad es elevada, así que los sistemas públicos, entre ellos el Sespa, tienen que dotarse de recursos suficientes. Los trastornos mentales graves son, de hecho, una prioridad dentro del Plan de Salud Mental 2015-2020 y la unidad de coordinación que dirige Arbesú mantiene reuniones periódicas con las asociaciones de pacientes. Pese a ese cuidado, la sensación subjetiva que tienen los enfermos y sus allegados no es demasiado positiva. El 35% percibe su salud como mala y un 10% como muy mala. Para la mitad de los asturianos encuestados su mayor preocupación es mantenerse cerca de familiares, de su pareja y de los amigos para no perder los lazos. También la mitad muestra preocupación por el futuro. En la encuesta marcaron la casilla en la que se indica que están preocupados por «saber qué va a ser de mi el día de mañana». Casi a la par está la necesidad de potenciar la autonomía, de valerse por uno mismo.

Ana Cabrera, directora de Amafe (Asociación Madrileña de Amigos y Familiares de Personas con Esquizofrenia), presente en el congreso de Oviedo, explica que las conclusiones del estudio realizado por Proyecto Voz -impulsado por la Confederación Salud Mental España, Amafe, la Sociedad Española de Psiquiatría, el Centro de Investigación Biomédica en Ted de Salud Mental y la Sociedad de Psiquiatría Biológica- demuestran la importancia de la labor que están realizando los colectivos sociales. «Trabajamos para eliminar los estigmas que existen alrededor de las enfermedades mentales. Aún así, todavía queda mucho por hacer y estos estudios son un paso importante», argumenta.