Consejo de experto: explorar los límites del autogobierno para la reforma electoral

El politólogo Pablo Simón instó a los grupos del parlamento asturiano a «explorar los límites del autogobierno» a la hora de avanzar en la reforma de la ley electoral asturiana que ha de debatirse en esta legislatura. Tras un acuerdo inicial de PSOE, IU y Ciudadanos, el borrador de la reforma recibió algunos correctivos por parte del Ministerio del Interior y de los servicios jurídicos de la cámara asturiana, en particular respecto a iniciativas como el voto anticipado o la sustitución temporal de los diputados por bajas como la de maternidad. Para que salga adelante, esta reforma necesita el respaldo de tres quintas partes de la cámara lo que hace a Podemos imprescindible para su aprobación. Tanto PP como Foro se han mostrado desde el principio a apoyar la reforma y, si bien los morados han sido muy críticos con el desarrollo de las negociaciones, en las últimas semanas han sido los socialistas los que han rebajado las expectativas de que el texto salga adelante tal y como fue presentado acogiéndose a los reparos planteados por los letrados.

En este sentido, Simón destacó que la reforma es «muy ponderada» y que más allá de los necesarios acuerdos políticos entre los grupos, destacó que los diputados de Asturias noi pueden estar «sólo a la expectativa de lo que diga el legislador estatal». El polítologo --que participó en Oviedo en un desayuno informativo organizado por Ciudadanos-- fue muy crítico con el informe emitido el año pasado por Interior y que, a su juicio, «se extralimitó, fue un informe no solicitado y eso es llamativo, además se hace anteriormente incluso a la presentación de la ley». Para Simón la reforma asturiana es «ambiciosa» y puede servir de referencia a otras comunidades autónomas y advirtió contra el «riesgo de usar los problemas técnicos para justificar un bloqueo político».

A grandes rasgos, entre las iniciativas que incluye esta reforma, Simón destacó el hecho de que se planteen listas abiertas, de manera que los ciudadanos marquen con una cruz (de forma opcional) sus preferencias entre los candidatos de un mismo partido. «Esto quita poder a las cúpulas de los partidos y permite a los diputados hacer más cosas para relacionarse con sus votantes», señaló el politólogo quien destacó además que la ventaja de la propuesta asturiana es que se mantiene una única papeleta y «nos daría más información» sobre las preferencias de los ciudadanos por los distintos candidatos «porque hay encuestas a nivel nacional pero no las hay a nivel regional ni local».

También se incluye un modelo para ampliar la proporcionalidad de los votos manteniendo las tres circunscripciones del sistema actual en Asturias. Así, de los 45 diputados en el parlamento autonómico, 35 se elegirían como se hace ahora y los otros 10 con los retos de votos. «En las alas los partidos pequeños perdían toda la representación, todos los restos de esos grupos irían a una bolsa común y se irían sacando por orden en porcentaje de apoyos». El polítologo destacó que respecto a aspectos como el voto electrónico apostaría por hacer «experiencias piloto» antes de extenderlas al conjunto del territorio y destacó que existen precedentes para articular los problemas de la sustitución de diputados mediante el voto telemático desde casa.

«La fragmentación partidista en los parlamentos, que en Asturias tampoco es nueva, no es algo que vaya a desaparecer, los partidos que eran grandes ahora serán medianos y esta reforma permite dar voz a todos», señaló. 

Respecto a las negociaciones entre los partidos --el próximo día 27 de marzo volverá a reunirse la ponencia en la Junta General-- el portavoz de Ciudadanos, Nicanor García destacó que lo prioritario es que «haya voluntad de acuerdo» e insistió en que la reforma «aumenta la participación y acerca a los políticos a la ciudadanía».

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