De cómo un «Selfie» lanza a un ovetense a la alfombra roja

Susana D. Machargo REDACCIÓN

ASTURIAS

El ovetense Santiago Alverú entra de cabeza en el cine con el papel protagonista en la película «Selfie».El ovetense Santiago Alverú entra de cabeza en el cine con el papel protagonista en la película «Selfie»
El ovetense Santiago Alverú entra de cabeza en el cine con el papel protagonista en la película «Selfie»

Santiago Alverú, licenciado en Comunicación Audiovisual y sin experiencia en cine, protagoniza una comedia muy bien acogida por la crítica que aborda la corrupción con un formato de docurreality

27 mar 2017 . Actualizado a las 16:09 h.

No va a salir ningún profesor ovetense a escena que cuente que ya en sus clases de Primaria se veía que tenía madera de actor. Al menos, él no lo espera. Sin embargo, sí podrían contar que era un niño inquieto que le gustaba estar en todo. Aún hoy, casi dos décadas después, ese espíritu agitado le ha llevado por un camino que no esperaba. Entre sus referentes, cita a muchos iconos norteamericanos del monólogo y la comedia, como Jerry Seinfeld o incluso Sacha Baron Cohen. De los españoles, ha sido telonero del gallego Miguel Lago y disfruta sin medida con Berto Romero. El joven ovetense Santiago Alverú ha debutado en el cine con un papel protagonista en la película Selfie, dirigida por Víctor García León, que se ha presentado con gran éxito en el Festival de Málaga. En esta ciudad, Alverú ha pisado por primera vez una alfombra roja y se ha estrellado contra una ronda de entrevistas en los medios. De esta experiencia, saca dos conclusiones a bote pronto. La primera que no es muy sano hablar de uno mismo durante seis horas seguidas. La segunda, que aunque el cine no estaba en sus planes, si alguien vuelve a ofrecerle un proyecto interesante no lo dejará pasar. 

Santiago Alverú es licenciado en Comunicación Audiovisual y en la actualidad está cursando un máster en Madrid. Al margen de sus estudios, en los últimos años ha actuado como telonero de monólogos, dirige los premios Yago, que son unos galardones en los que se reconoce a «los grandes olvidados» de los Goya; mantiene activas sus redes sociales; escribe e, incluso, cuelga algunos vídeos en Youtube interpretando sus propios textos. Toda esta compleja actividad es la que le ha llevado, sin pretenderlo, a colocarse bajo los focos. Este material llegó a la directora de cásting de Selfie, Florencia Inés González, que se lo propuso a Víctor García León. Ambos andaban buscando una cara nueva. No querían que el personaje de Bosco estuviera interpretado por un profesional. Preferían la frescura de alguien que empieza en la profesión. Así, de la conjunción de estos dos itinerarios, nace esta alianza que ha llevado al ovetense a traspasar la pantalla del cine.

Le película es una comedia grabada como una especie de falso documental, algo que a Alverú le encanta porque le recuerda a su admirado Sacha Baron Cohen y su Borat. Así la define Alverú que también la vincula a docurealities como los de las Kardashian. «Su vida puede ser una locura pero de repente se paran y se centran en ver cómo se lavan los dientes, algo que no parece tener ningún interés», ironiza el asturiano. El protagonista, ese Bosco, es hijo de un político del PP, en la España actual, rodeado de casos de corrupción y con la eclosión de Podemos, al que le toca seguir adelante. A Bosco -«un niño pijo, un personaje extraño, inepto e ingenio», según lo describe el ovetense- se le ha comparado con Willy Bárcenas, el hijo músico del extesorero del PP.

«No se da ningún nombre. Nos fijamos en un caso real. Puede tener cierto parecido con Willy Bárcenas pero también con muchos otros. Lo cierto es que tienen una vida que se desmorona, tal y como la conocían, y deben seguir adelante», explica el protagonista. Alverú cree que lo que caracteriza ese personaje no es tanto su pose y su acento pijo, «que ya se ha abordado de muchas maneras en otras películas», sino cómo reacciona, la forma en la que sigue adelante. Esa es la innovación de Selfie, según el asturiano. No quiere hacer ningún spoiler pero reconoce que el espectador podrá afrontar muchos estados de ánimo a lo largo del metraje. Es, claramente, una comedia. Por lo que espera que despierte muchas carcajadas. Pero la película es mucho más compleja. «De repente empiezas a cogerle cariño a ese personaje, que es despreciable. Pasas de la negrura a acompañarle y puede que hasta sufras con él», explica.

El personaje lo ha fabricado de principio a fin Víctor García León, con un guión sólido. Pero ha habido lugar para la improvisación. Esta combinación ha ayudado a que Santiago Alverú, el novato del equipo, se sintiera más cómodo. ¿Cómo afronta el primer día de rodaje un actor inexperto y sin formación específica? «Lo primero que piensas es que si estás ahí es porque te han elegido, así que algo habrán visto en ti», argumenta. Después se puso en manos de su mentor, García León, de todo el equipo técnico y, sobre todo, de sus compañeros de reparto, por los que se sintió muy arropado. Comparte protagonismo con profesionales que le han servido de referente, desde Macarena Sanz a Pepe Ocio y Javier Carramiñana, que encarna a su antagonista, el joven de izquierdas y comprometido.

Tras el trabajo ahora toca disfrutar. En Málaga firmó sus primeros autógrafos y le pidieron las primeras fotos. «La verdad es que lo pasé muy bien. Era la primera vez que estaba en la ciudad y mi primer estreno», reconoce. Estuvo arropado por sus padres y por un grupo de amigos que hicieron el viaje encantados de verlo debutar. La ciudad, de acuerdo con su buen estado de ánimo, le pareció «cálida y acogedora». El tema de las entrevistas lo ve con más claro oscuros. «Es raro hablar de uno mismo. A última hora, un periodista me preguntó que qué tal estaba y le respondí que más tonto que por la mañana. Me preguntó por qué. Es normal. ¿Cómo no iba a estar más tonto después de pasarme seis horas hablando de mí mismo!», comenta con humor.

Tendrá que acostumbrarse. A la vuelta de la esquina está el estreno de la película en salas y toda la promoción (le gustaría hacer algo en Oviedo, pero eso ya no depende de él). No quiere aventurar nada más allá. Sigue con sus clases y con todas esas múltiples actividades. «No sé si volveré a hacer otra película. No me lo he planteado. Pero si esto sirve como carta de presentación para que me lleguen más proyectos que me apetezcan, por supuesto que diré que sí», afirma. «Supone conocer otras gente y otro mundo. Eso no puede ser malo. Lo que no haré será una búsqueda activa», reflexiona Alverú, en plena montaña rusa.