Ni un solo megavatio de energía eólica desde 2012

E.G. Bandera REDACCIÓN

ASTURIAS

Parque eólico en el pico Aguión
Parque eólico en el pico Aguión

Tras la moratoria de hace cinco años, el mercado eólico continúa paralizado ante la inestabilidad y la incertidumbre del marco regulatorio. La Asociación Eólica del Principado, en todo caso, considera que la transición energética es imparable y será Europa quien marque las reglas

02 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El tirón de la energía eólica parecía imparable en Asturias hasta que entró en vigor el real decreto 413/2014, que regula la actividad de producción de energía eléctrica a partir de fuentes de energía renovables, cogeneración y residuos. Un real decreto que culminaba la reforma energética iniciada en el año 2013 en España, tras la moratoria de 2012. Desde entonces, como recuerdan desde la Asociación Eólica del Principado de Asturias (AEPA), «continúa la parálisis en la que se encuentra sumido el mercado desde la moratoria de 2012, pues el sistema retributivo que establece es muy exigente e inestable». 

De hecho, desde entonces también el Boletín Oficial del Principado de Asturias (BOPA) ha dejado constancia de al menos una decena de renuncias por parte de los promotores de parques de energía eólica en territorio asturiano. «El motivo de que los promotores estén renunciando a sus licencias es debido a la incertidumbre que la regulación vigente introduce sobre la retribución obtenida por cada instalación», explica el director de la Fundación Asturiana de la Energía (FAEN), Juan Carlos Aguilera. 

Debe tenerse en cuenta, en este sentido, que la generación eólica se retribuye a los propietarios de los parques con el precio del mercado más una prima de generación establecida por la Administración, que es la misma para todo el territorio nacional. «Algunos parques, en función de las reglas de funcionamiento del parque, pueden recibir alguna retribución especial también regulada, pero no es frecuente», indica Aguilera, que añade que, en cuanto al mercado, los informes ratifican que la producción eólica abarata el coste de la energía.

Fecha de ejecución límite y alta inversión

Sin embargo, la entrada en vigor del real decreto de 2014 supuso una actualización a la baja de los parámetros retributivos destinados a las instalaciones generadoras y una nueva forma de optar a estas retribuciones para las nuevas plantas basado en un sistema de subastas. «Desde su entrada en vigor solo se celebró una subasta para la asignación de régimen retributivo específico en 2015 para 500 megavatios eólicos», recuerda Aguilera, que explica que en la adjudicación de la subasta no se incluía ninguno de Asturias, «de ahí que los promotores de parques de la región estén renunciando a sus autorizaciones, ya que tienen fecha de ejecución límite y en algunos casos exigen la presentación de avales o depósitos que representan un gasto financiero».

Desde la AEPA, que aglutina a trece empresas promotoras, matizan también que ese «inestable» procedimiento retributivo se sustenta en «un complejo sistema basado en una rentabilidad razonable fijada por el Gobierno que puede ser revisada cada seis años, mientras que el parámetro de los precios lo es cada tres años». Una situación que se suma, además, a unas condiciones de un «mercado bajo, sin incentivos y que se ha demostrado insuficiente. Y buena prueba de ello es que desde el año 2012 no se ha construido un solo megavatio», aseguran desde la asociación. La última instalación, efectivamente, data de 2013 y son fueron los tres aerogeneradores que entraron en funcionamiento en el parque eólico Investigación Villanueva, en Villanueva de Oscos.

Evaluación de la nueva subasta 

«Lo que ha llevado a los promotores a renunciar a algunos proyectos que tenían adjudicados es la incertidumbre que genera este marco regulatorio», insisten en la AEPA, explicando que para llevarlos a cabo «tendrían que hacer frente a unas inversiones muy altas para lo cual tendrían que contar con un marco regulatorio estable y predecible». En la actualidad, para poder cumplir los objetivos vinculantes que se establecen en la directiva 2009/28/CE (relativa al fomento del uso de energía procedente de fuentes renovables), el Gobierno ha sacado una subasta de incentivos a la inversión que obligan a que el 20% del consumo total de energía provenga de fuentes renovables a finales del año 2020. 

Para ello, según indican desde  la AEPA, «convoca una subasta para la asignación de un régimen retributivo específico para introducir 2.000 megavatios que puede ampliar a 3.000 de nueva potencia de generación renovable, que el sector estaba esperando pero que ha sido recibida con ambivalencia pues el sistema diseñado es muy complejo y no se sabe cual será el resultado». No en vano, indican que las empresas están aún evaluando las reglas de la subasta por lo que el resultado es «impredecible».

Inminente aprobación de la directiva europea de renovables

En todo caso, en la AEPA consideran que la transición energética es imparable y que la directiva europea de renovables que debería aprobarse a lo largo de este año marcará las reglas del juego que «habrá que cumplir más tarde o más temprano». Las posibilidades de crecimiento del sector son varias y más si se tiene en cuenta el elemento positivo que supone la fabricación de componentes para la eólica off shore, destinada a la exportación de momento, en el sector industrial asturiano. «La industria asturiana está preparada para la eólica marina y se están haciendo cosas», remarca el portavoz en Asturias de Ecologistas en Acción, Paco Ramos, «hay empresas asturianas haciendo las bases y los soportes para aerogeneradores flotantes que se están instalando en el Mar del Norte, en países como Noruega y Dinamarca, y tiene muchas posibilidades de avance»-

En la costa asturiana, sin embargo, no existe ninguna plataforma eólica flotante. «Es difícil porque tenemos poca plataforma litoral, enseguida las profundidades son muy grandes pero en el mapa eólico marino de Asturias gay un par de zonas donde sí que podrían ser viables al no ser espacios protegidos, tener capacidad de viento y una profundidad adecuada. Pero son solo un par de territorios», indica Ramos.