Educación selecciona al 33% de los colegios para hacer una evaluación de diagnóstico muestral. Extiende por primera vez la prueba a cuarto de Secundaria
18 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Siguen siendo las reválidas -evaluaciones de diagnóstico según la terminología oficial- pero con un lavado de cara forzado por el rechazo social. La Consejería de Educación ha puesto en marcha las pruebas con la publicación en el Boletín Oficial del Principado (BOPA) de la resolución que marca cómo van a ser los exámenes. Ya había avanzado en su web de Educastur cuáles iban a ser las fechas. Incluso había realizado el sorteo de centros, ya que este curso la prueba va a ser muestral y no censal. Es decir, será solo una parte y no todos, como sí fue el año pasado. Pero ahora ya tiene luz verde. Por primera vez, se aplican en Secundaria, aunque no se utilizarán para graduarse. El título de la ESO se conseguirá con las notas. Aunque el ministerio lo vende como una concesión, lo cierto es que la LOMCE ya hablaba de un primer año de transición en el que no se iba a tener en cuenta. Así lo recuerda Emma Rodríguez, portavoz de SUATEA, que denuncia que el Principado actúa como «un alumno aventajado».
La resolución regula las reválidas de sexto de Primaria y de cuarto de Secundaria. La de segundo de Bachillerato lleva su propio cauce porque ya se ha negociado. Es la EBAU que sustituye a la PAU. Las obligatorias se celebrarán los días 23 y 24 de mayo. Tendrán que someterse a ellas, los alumnos de 76 colegios de Primaria públicos y otros 20 privados; además de los estudiantes de 27 institutos públicos y 20 privados. Son un tercio de los centros. La idea es que en tres cursos diferentes todos participen. Con este carácter muestral, tratan de diluir esa sensación generalizada de que la finalidad última era establecer ránkings. Emma Rodríguez no entiende su utilidad. Recuerda que cuando se tengan los resultados los alumnos de Primaria ya estarán en el instituto y los de Secundaria habrán seguido su camino, en Bachillerato o en FP. Así que, en realidad, no parecen tener ninguna aplicación pedagógica.
La evaluación de Primaria mide las competencias en comunicación lingüística en castellano en inglés, matemáticas y ciencia y tecnología. En Secundaria se analizará la comunicación lingüística, también en los dos idiomas; matemáticas y competencia social y cívica. Además de las preguntas para los estudiantes, las pruebas incluyen cuestionarios con preguntas que estudiarán el entorno y el carácter sociocultural que deberán contestar los alumnos, los padres, los docentes y hasta el equipo directivo.
Las pruebas se realizarán en soporte papel y con un horario pautado del que no podrán salirse. En Primaria, el primer día se enfrentarán a los exámenes de lengua castellana y de ciencia y tecnología. En total, tardarán 190 minutos. Al día siguiente, llegará el turno a inglés y matemáticas, que se completarán en 195 minutos. Las reválidas de Secundaria también se distribuirán en dos días, el primero de 190 minutos y el segundo de 195. El 23 de mayo harán lengua castellana y competencia social y cívica y el 24 de mayor terminarán con inglés y matemáticas.
Uno de los requisitos es que los tutores no se hagan cargo de sus clases. La consejería aconseja que el responsable ni siquiera les dé clase. La comisión de centro designará al profesorado encargado de la corrección y condificación de los datos. También tendrán que grabar los resultados en el programa SAUCE.
La justificación
La propia resolución explica la finalidad y los efectos de estos exámenes. Este es uno de los puntos que peor ha sentado a los sindicatos. La portavoz de SUATEA señala que ha generado sorpresa que Asturias haya dado pasos antes de que se exigiera a nivel nacional y que además parezca asumir sus preceptos. Lo que dice el documento es que la finalidad será solo comprobar el desarrollo logrado por el alumnado en las competencias y que se tendrá en cuenta el entorno. Asegura que sus resultados «tendrán carácter formativo y orientador para los centros e informativo para el conjunto de la comunidad». Se orientará «a la medición e incremento del rendimiento y eficiencia de la acción educativa, permitirá identificar los factores que contribuyen al logro del éxito escolar del alumnado, adoptar medidas de mejora de la calidad y la equidad de la educación y orientar la práctica docente».
Precisa justo en el último punto de ese apartado de los efectos que «en ningún caso... podrán ser utilizados para el establecimiento de clasificaciones de los centros docentes, ni para modificar los resultados alcanzados por el alumnado en su proceso de evaluación continua».