Los socialistas asturianos dan por hecho que habrá dos candidaturas en pugna por la FSA

Luis Ordóñez
Luis Ordóñez REDACCIÓN

ASTURIAS

Los sanchistas creen que no es el momento de hablar de Asturias pero que el cambio irá «en cascada» mientras que los derrotados en las primarias miden sus fuerzas para septiembre

30 may 2017 . Actualizado a las 17:52 h.

Después de unas primarias socialistas, que se saldaron una victoria clara (tanto a nivel estatal como en Asturias) de la candidatura de Pedro Sánchez, que se desarrollaron en una extremada división del partido, llegó la elección de los delegados asturianos que irán al Congreso Federal de junio, un proceso para el que el acuerdo fue casi inmediato a la hora de repartir las cuotas de forma proporcional a los resultados de esas primarias. Pero entre medias se produjo el anuncio de Javier Fernández de que no optará de nuevo a ser secretario general de la Federación Socialista Asturiana, y los dos acontecimientos anteriores (las primarias en sí, y la recogida de avales anterior; junto al respaldo a la lista de delegados asturianos, que recibió un apoyo del 69% de los votos), han servido a los distintos sectores en liza dentro del socialismo asturiano para medir sus fuerzas y estiman que está lo suficientemente igualado para pugnar por la dirección de la FSA cuando llegue el congreso autonómico de septiembre. 

No hay nombres ni candidatos todavía en ninguna de las distintas familias que se enfrentaron en las primarias federales y que son ya para todos una batalla terminada. Pero quedan aún por dirimirse distintas cuestiones --y varias no menores, en especial las que tocan al modelo de organización del partido-- que se han discutido con firmeza de cara al congreso, además de los preparativos para la elección de la directiva de la FSA que llegará después de 17 años de mandato de Javier Fernández. Los sanchistas, que acaban de lograr una victoria relevante creen que es el momento de ir paso a paso «cerrando etapas» y que no será hasta cuando se hayan cerrado todos los procesos pendientes, después del verano, cuando «toque hablar de Asturias». Para entonces será el momento de intentar buscar si es posible una candidatura de unidad, una que «nos gustaría alcanzarla pero la unidad es la suma de todos, y al final dos no se pelean si uno no quiere; nosotros no queremos pelearnos con nadie y menos con compañeros. Y también al contrario, dos no llegan a un acuerdo si uno no quiere, nosotros vamos a poner todo lo que esté en nuestra mano». Pero a la vez advierten de que con la elección de un nuevo secretario general no se acaba nada sino que «es empezar todo, empezar un inicio de cambio en el partido que tiene ir en cascada desde las comisiones autonómicas a las comisiones locales, con un objetivo que es fortalecer al partido para volver a ser referente de los españoles, que no se nos olvide que es eso». 

Ya no hay susanismo ni lo habrá, y tampoco podrá haber un javierismo sin Javier pero el sector derrotado en las primarias del 21 de mayo siente que el tamaño del revés no es tan grande como para dejarse avasallar sin plantar batalla, que el porcentaje de apoyos cosechado entre los vencidos supone un colchón suficiente sobre el que reconstruir un proyecto que, en esta ocasión, será el alternativo. Todo el mundo echa cuentas y mira también con lupa los resultados agrupación por agrupación. En el cómputo global, la victoria de Sánchez se alzó con 900 votos por encima de los de sus adversarios en el conjunto de Asturias con un papel determinante en las cuencas mineras, donde el SOMA mantiene su predicamento, y también en pequeñas agrupaciones locales donde los derrotados creen que no hicieron los esfuerzos suficientes por imponerse pero que estiman, porque aseguran que no se vota lo mismo en uno u otro proceso, que podrían ser recuperables a la hora de definir la pugna por la federación asturiana.

La noche del 21 de mayo, los sanchistas se impusieron en Asturias con un 53% de los votos, frente al 39% de los cosechados por la plataforma de apoyo a la presidenta andaluza, y el 7% recabado por la candidatura de Patxi López. Unos y otros valoran cómo podrían variar esos apoyos a lo largo de los próximos meses en función de las distintas alianzas que pudieran fraguarse en los distintos procesos sucesivos. Podría ser una diferencia del 60% para el sector mayoritario frente a un 40% de la minoría o moverse a una diferencia entre el 70% y el 30% si el «patxismo» se integra definitivamente con Sánchez. Los hay también que estiman que el sanchismo asturiano no está los suficientemente consolidado y que la unidad con la que llegó hasta las primarias podría no mantenerse el tiempo en función de lo que pase a lo largo del verano. También es cierto que la diferencia de apoyos a favor de Sánchez en la votación de las primarias en Asturias fue aún mayor de la del conjunto del Estado, donde el ahora secretario general electo venció con un 49% frente al 40% de la candidatura encabezada por la presidenta andaluza.

La nueva concordia

El día en el que anunció que no optaría de nuevo a renovar su mandato al frente de la Secretaría General de la FSA, Javier Fernández destacó que, si bien su renuncia era una decisión tomada tiempo atrás, los resultados de las primarias le habían servido para «ratificarse». También recordó que cuando asumió por primera vez esa responsabilidad también se había encontrado a un partido muy dividido, que su primera victoria en un congreso autonómico fue por una mayoría «muy exigua» pero que en elecciones sucesivas los apoyos se tornaron casi unánimes porque había logrado conciliar a los que antes estaban enfrentados, Fueron muchos los avisos a los navegantes, primero que tras las primarias «tiene que ser otro el que consiga la concordia», una que, con los precedentes anteriores, cree posible pero que habrá que trabajarla. También recalcó que «yo pido perdón por equivocarme pero por perder no» después de que la diputada Adriana Lastra reclamara que los barones que se habían opuesto a Sánchez pidieran disculpas a la militancia. Fernández añadió que durante los cinco mandatos consecutivos en los que estuvo al frente de la FSA unas veces ha ganado y que entonces, «a los que perdieron no les dije entonces que pidieran perdón sino que se integrasen».