IU Asturias votará en referéndum si mantiene su «identidad»

Luis Ordóñez
Luis Ordóñez REDACCIÓN

ASTURIAS

El coordinador Ramón Argüelles destaca que, en todo caso, esta consulta no vinculará las futuras alianzas electores de la coalición

08 jun 2017 . Actualizado a las 21:00 h.

Finalmente IU de Asturias votará el próximo 30 de junio sobre la manera en la que se plantea el proceso de confluencia con otras fuerzas políticas y singularmente con Podemos. Lo hará en todo caso con una pregunta difusa: «¿Estáis de acuerdo en asegurar la identidad y presencia de Izquierda Unida / Izquierda Xunida en las elecciones de 2019?» a la que se podrá responder sí, no o abstención. La propuesta (que partió de un grupo de militantes) fue aprobada por abrumadora mayoría en la dirección colegiada y el coordinador general, Ramón Argüelles la consideró una cuestión con una respuesta «obvia» a la que en su caso, aseguró que su respuesta será un sí.

Sin embargo, el coordinador advirtió que esa consulta «no definirá en cambio como se irá a las próximas elecciones» autonómicas y apuntó que «con quién y de qué manera, eso tendremos que decidirlo más adelante, porque la pregunta no es esa, sino si queremos conservar la identidad de IU». En ese sentido, Argüelles insistió en que los pactos electorales serán sometidos al voto de la militancia y que «si queremos algo con Podemos o con otra gente, creo que es un poco arriesgado. Y nos vamos a ceñir a la pregunta que es si queremos conservar la identidad de IU y eso el 99% de los afiliados va a decir que sí, lógicamente».

El debate sobre la «identidad» de IU en Asturias oculta un conflicto de mucho mayor calado y que ha provocado no pocas tensiones en la relación entre la formación y Podemos tanto a nivel asturiano como federal. La apuesta por la confluencia con los morados es clara y explícita por parte del coordinador general, Alberto Garzón, y llegó a su cumbre en el momento de firmarse el acuerdo de coalición entre los dos grupos para concurrir de forma conjunta a las elecciones del mes de junio. Pero los resultados están lejos de ser satisfactorios para buena parte de las distintas sensibilidades que componen IU, y es algo que se agudiza aún más si cabe en el caso de Asturias.

Garzón aceptó el puesto número 5 en la lista al Congreso por Madrid de la candidatura de Unidos Podemos, y el a la hora de hacer balance, una vez arrancada la legislatura, el coordinador ha transmitido mensajes en ocasiones contradictorios. A veces cuenta como un mérito que parte del electorado no distinga si los diputados militan en uno y otro partido pero, en otras ocasiones ha lamentado que las iniciativas de la coalición se confundan con las de Podemos.

El proceso de ese acuerdo electoral resultó además especialmente conflictivo en Asturias. Cerrado en las instancias federales, la potente agrupación asturiana --que presume de contar con un grupo fuerte y estable en el parlamento autonómico, además de gobernar numerosos ayuntamientos-- se encontró que para la lista asturiana se le reservaba el número tres, uno con muy escasas posibilidades de obtener representación. Hubo intentos de negociar ese puesto (que era para el anterior coordinador asturiano Manuel González Orviz) pero resultaron infructuosos y hasta singularmente tensos, especialmente desde que Podemos Asturies no sólo no accediera a estudiarlo sino que instara a la coalición a cambiar su nombre por el de una mujer. 

Llegado el día del recuento de las urnas el balance no fue satisfactorio para ninguno de los grupos en Asturias. Unidos Podemos en junio apenas sumó los mismos votos que Podemos Asturies en solitario en el diciembre anterior. Si el respaldo entre los militantes de IU a la coalición fue mayoritario (aunque con el respaldo más bajo del Estado) el de los simpatizantes y votantes fue mucho menor. Tiempo después, a la hora de preparar el congreso de Vista Alegre, Podemos Asturies elaboró un documento haciendo balance sobre ese acuerdo que fue muy crítico con IU y que singularizaba sus quejas en la figura de su portavoz parlamentario, Gaspar Llamazares, quien ha sido una de las principales figuras de la formación en marcar distancias con las tesis de Alberto Garzón y un proceso de confluencia con Podemos que, a su juicio, es una disolución.

En las primarias en las que Ramón Argüelles se impuso como nuevo coordinador regional lo hizo con una apuesta clara por la confluencia con otras fuerzas, siempre destacando que debía de tratarse de un proceso que abarcara alianzas más amplias que con los morados, con el objetivo de formar un frente capaz de reunir un apoyo electoral mayoritario en las próximas elecciones autonómicas. Después de que Podemos Asturies reclamara, y obtuviera, en su congreso autonomía para decidir sus propias alianzas electorales a nivel territorial, también Argülles apuntó que la coalición en Asturias era autónoma a la hora de decidir su pactos. Pero tampoco ha habido acuerdo sobre la forma en la que eso debe concretarse. Argüelles que trató de integrar en su dirección a todas las candidaturas  que contendieron en las primarias asturianas apostó por un texto que reforzaba el perfil propio de la organización pero que se topó con el rechazo de la dirección federal encabezada por Garzón, y en la tesitura de un conflicto de esas características, Argüelles cedió ante la coordinadora estatal. Fue un movimiento que levantó ampollas en distintos sectores de Asturias y que aún está por resolverse.