La naturaleza asturiana en una casona del siglo XVIII

Roberto Rodríguez REDACCIÓN

ASTURIAS

La Casona del Viajante ofrece tranquilidad y relajación a tan solo media hora de los centros turísticos del Principado

30 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

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Casonas

En el oriente del Principado, a mitad de camino entre Oviedo y Ribadesella, una pequeña casa de indianos ofrece un hospedaje mágico en un lugar único. Se trata de la Casona del Viajante, un hotel del siglo XVIII que consta de nueve habitaciones totalmente equipadas. Su gerente, Francisco Prous, cuenta que «es solo hotel solo para adultos. Todas las habitaciones que tenemos son dobles, con camas de matrimonios».

Sobre la historia del lugar, Prous afirma que «era de un chiquito que se marchó a Cuba y le compramos la casa a los hijos». Sin embargo, pese a su antigüedad, la Casona del Viajante está totalmente reformada, pero «respetando todo. Los suelos, los frisos, las escaleras y toda la estructura se mantiene. Nos costó mucho hacer el tejado nuevo con toda la viguería antigua». Prous cuenta con cierta nostalgia «el esfuerzo terrible que nos costó la restauración. Nos empeñamos en conservarlo todo y lo conseguimos. El suelo del comedor tiene 26.000 piezas y hubo que limpiarlas una a una y volver a reconstruirla con los dibujos originales».

Además de las nueve habitaciones, el hotel tiene dos salas comunes, bar y un amplio jardín. En cuanto a las actividades, Prous cuenta que «este mes tenemos una exposición de escultura en el jardín que va a estar hasta octubre y en el interior tenemos una exposición del pintor vallisoletano Pablo Ransa, es muy interesante». El ambiente de la casona es tranquilo y relajado, tal y como nos cuenta Prous «el jardín es el lugar favorito de los clientes. Pueden tomarse una cerveza o leer tranquilamente. Las exposiciones además son un complemento cultural». También desde la Casona del Viajante se pueden organizar otras aventuras, como el descenso del Sella o alquilar un campo de golf colindante.

En los alrededores, la Casona del Viajante ofrece una ubicación inmejorable. Prous nos cuenta que los clientes «van a Gijón, a Oviedo, a Ribadesella... está todo a media hora. Además en nuestra zona tenemos rutas de senderismo en Piloña. Tenemos muchos clientes que se van encantados con estas rutas». En resumen, la Casona del Viajante ofrece la paz y tranquilidad de la naturaleza asturiana con el encanto particular de un hotel del siglo XVIII.