Asturias descubre el turismo a la carrera

Raúl Álvarez REDACCIÓN

ASTURIAS

Carrera de la Mujer en Gijón
Carrera de la Mujer en Gijón

Empresas y ayuntamientos ponen los ojos en el nuevo perfil de viajeros que mueven las pruebas deportivas populares. Unos 50.000 visitantes acudieron a la comunidad autónoma en el 2016 para inscribirse en alguna de ellas

14 ago 2017 . Actualizado a las 20:34 h.

Faltan estudios específicos para cuantificar el volumen del fenómeno, pero el auge de las pruebas populares de varias especialidades deportivas es ya una fuerza económica que va más allá de la moda. En Galicia, algunas empresas especializadas y diversas administraciones han mostrado interés en los últimos meses por medir y conocer el alcance de una pujante costumbre que algunos especialistas consideran una forma de vida. Lo sea o no, constituye una fuente de ingresos para todos los concejos que consiguen asociar su nombre a alguna de esas competiciones y una fuente estable y segura para los sectores del turismo y la hostelería. Ha nacido el turismo deportivo.

Dejando a un lado a los asturianos que se mueven por la comunidad autónoma para participar en esos retos o presenciarlos (el primer fin de semana de agosto, con el consolidado descenso a nado de la ría de Navia y las multitudinarias piragües del Sella, es un ejemplo perfecto de acumulación de citas con gran tirón popular), más del 2% de los turistas entrevistados por el observatorio turístico Sita el año pasado declararon haber planeado su estancia en Asturias para inscribirse en alguna cita deportiva. Aunque el porcentaje parezca escaso, aplicado sobre los casi 2,2 millones de clientes de los alojamientos colectivos en el 2016, da un grupo de casi 50.000 personas y una medida de esa naciente economía del deporte aficionado. El Sita también calcula una estancia media de tres noches y un gasto de 87 euros por persona y día, lo que permite llevar más allá de los 10 millones de euros la cantidad inyectada por ese colectivo en la economía asturiana.

Memorias de impacto

Los organizadores de las pruebas lo saben y han empezado a encargar a especialistas la elaboración de memorias de impacto para demostrar a las administraciones que merecen la pena las ayudas y las facilidades que reciben para hacer posibles sus convocatorias. Fernando Corral, que conoce a la vez el mundo del deporte y el de la empresa turística, porque ha sido presidente de la patronal asturiana de los hoteles y es director del Hotel Fruela de Oviedo, consejero y portavoz del Real Oviedo y colaborador de la organización de la Vuelta a Asturias de ciclismo, lo resume en pocas palabras: «Se consiguen cuatro euros de retorno por cada euro invertido».

A esa conclusión llegó un estudio sobre la edición del 2016 elaborado por Hostelería y Turismo de Asturias (OTEA) con el respaldo de la Cámara de Comercio de Oviedo y la Federación Asturiana de Empresarios. Según sus estimaciones, en solo tres días, la prueba regional consigue un impacto de más de 437.000 euros que se disparan hasta casi 760.000 euros si se añade el efecto de imagen que da la televisión en directo. Aún no hay un informe igual de pormenorizado sobre la Vuelta de este año, que se disputó en mayo, pero de entrada estuvo claro que el tirón del colombiano Nairo Quintana, que suscita un gran interés periodístico en América, iba a disparar la atención al otro lado del Atlántico. Entre los ciclistas, los técnicos y el cortejo de medios y anunciantes, la prueba generó la reserva de 1.800 noches de hotel.

De la misma manera, el rally Príncipe de Asturias, que tiene en Oviedo su centro organizador pero lleva sus recorridos por toda la comunidad autónoma, calcula su impacto económico en 3,1 millones de euros. La estimación, realizada con los datos correspondientes al año 2015, fue realizada por un equipo de profesores de la Facultad de Turismo de la Universidad de Oviedo. Solo entre la organización, los técnicos de las federaciones regional y nacional, los pilotos, sus equipos de mecánicos y los periodistas que siguen la prueba, la carrera mueva por Asturias a más de 1.100 personas. El estudio calcula que, una vez eliminadas las duplicaciones de espectadores que acuden a más de un tramo (la asistencia total supera las 100.000 personas), al menos 40.000 personas distintas siguieron las evoluciones de los coches a pie de curva. Una cuarta parte de ellas llegaron desde fuera del Principado y se gastaron su dinero en alojamiento, comida y transporte por Asturias.

El boom del atletismo

El atletismo, que vive un boom de las carreras populares, ya sean sobre asfalto o en trails de montaña, aún no tiene cifras tan detalladas. Pero el presidente de la Federación regional, Adelino Hidalgo, señala que en su calendario oficial hay tres o cuatro carreras al mes. Y eso es solo el vértice de una pirámide muy grande que no siempre sigue las vías oficiales. «Nosotros tenemos registradas y con papeles unas 40 pruebas al año en Asturias. Hay otras que organiza la Federación de Montaña. Y otras más que no sé ni en qué situación están», apunta Hidalgo. Un portal recién lanzado con la intención de recopilar todo lo que se mueve en ese mundillo ha recogido más de 100 carreras distintas, y en otras páginas de internet se encuentran listados con cerca de tres centenares de oportunidades para calzarse unas zapatillas y echarse a correr por las calles.

En esa maraña ven las empresas y algunos ayuntamientos oportunidades de negocio, venta de material, desarrollo del turismo y promoción para los pueblos y ciudades que acogen las pruebas. En Asturias no se ha diseñado ninguna encuesta fiable, porque llevarla a cabo exige tiempo y recursos, de manera que los especialistas recelan de las cifras. «A veces, se toman encuestas hechas en otros lugares y, a partir de ellas, se hacen estimaciones. En ocasiones, no dejan de ser bolas de cristal», señala Levi Pérez, profesor universitario especializado en economía del deporte y decano de la Facultad Jovellanos, que agrupa los estudios del campo de las ciencias sociales que la Universidad de Oviedo imparte en Gijón. Pero en Galicia, donde han empezado a funcionar empresas que se dedican a la promoción y el cronometraje de las carreras, algunos concejos ya manejan un perfil de ese nuevo turista deportivo que llega corriendo a todas partes: predominantemente masculino (aunque a menudo viaja en pareja o con un grupo de amigos), entre 35 y 44 años, con buen poder adquisitivo y dispuesto a convertir una media maratón en un fin de semana en un hotel y con comidas y cenas en restaurantes. La nueva demanda deportiva añade variedad al mercado turístico.