Estos son los principales reclamos de la costa asturiana para los buzos

Roberto Rodríguez REDACCIÓN

ASTURIAS

Un fotógrafo toma imágenes del litoral asturiano en Cabo Peñas.Un fotógrafo toma imágenes del litoral asturiano en Cabo Peñas
Un fotógrafo toma imágenes del litoral asturiano en Cabo Peñas Turismo de Asturias

La belleza del paisaje submarino del Principado es reconocida pero los restos de barcos apenas se reducen a unas chapas

24 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El hundimiento controlado de barcos como atractivo turístico es uno de los grandes reclamos de los submarinistas del Cantábrico desde que se comenzase a realizar de formar recurrente y exitosa en el mar Mediterráneo. Uno de los principales problemas que encuentran las escuelas de buceo asturianas respecto a este asunto es que no solo no se provocan esos hundimientos controlados que demandan, sino que cuando se produce uno natural en la mayor parte de las ocasiones es reflotado y retirado de la zona. Así lo lamenta la escuela Speedywater, que trabaja en la zona de Candás, y lo refrenda Daniel Suárez, que afirma que «el de cabo Peñas se reflotó, y el Neretva no lo hicieron porque era demasiado grande, pero era la intención». El cabo Peñas suele ser el punto geográfico más exitoso para los submarinistas en la zona de Candás y apenas quedan unas chapas que rememoran el naufragio del pesquero portugués Santa Ana. Se trata de un punto «más profesional y técnico», pero de una belleza única debido a sus paredes borgoñas, comentan desde Speedywater. También en la zona de Lastres, donde trabaja el Club Aqua, se pueden observar paisajes marinos únicos como el de La Llastra, «el punto submarino más bonito del Principado», según su gerente.

Más allá de posibles hundimientos forzados, lo cierto es que la costa asturiana es pobre en pecios. Además del Neretva, tristemente de actualidad por el fallecimiento reciente de un buzo vasco, en el Cantábrico asturiano apenas se pueden encontrar restos de barcos hundidos. Uno de ellos es el Castillo de Salas, que naufragó en la misma playa de San Lorenzo, en Gijón, en 1986. Años después la proa fue reflotada y la popa desguazada, pero aún quedan restos atractivos para los buzos frente a la costa gijonesa. Sobre el lecho marino de Llanes reposa desde hace más de un siglo el Pedrosa, hundido en 1905 mientras navegaba desde Bilbao a Avilés. Hoy es otro de los pecios asturianos más atractivos para los submarinistas, y además se puede contemplar con mejor claridad, no solo porque se conserva mucho mejor que el Castillo de Salas sino porque además las aguas llaniscas están más limpias que las asturianas.

Muchos bautismos, pocos cursos

Si en algo también coinciden desde todos los puntos del submarinismo asturiano es en que el principal repunte se ha producido en los bautismos. Desde Club Aqua apuntan que «los turistas muchas veces tienen curiosidad y se apuntan a los bautismos, pero rara vez hacen los cursos». En Formar van más allá e incluso afirman que «tenemos más solicitudes de inmersiones de gente semiprofesional que cursos de aficionados». En cuanto a los precios, también hay unanimidad en que este repunte no ha permitido incrementarlos, ya que se estaba saliendo de una situación muy complicada tras la crisis y el objetivo es «estabilizar y fidelizar a los clientes».