Estos son los «Villanos del clima» asturianos, según Greenpeace

J. C. G. GIJÓN

ASTURIAS

Dos de los muñecos promocionales de la campaña «Villanos del clima» de Greenpeace, en el helipuerto del «Esperanza»
Dos de los muñecos promocionales de la campaña «Villanos del clima» de Greenpeace, en el helipuerto del «Esperanza»

La oenegé incluye varios nombres de políticos y empresarios asturianos o con empresas radicadas en Asturias en su nueva campaña para señalar a los responsables del cambio climático

08 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

A bordo del Esperanza, el mayor y más veterano de los buques de Greenpeace, además de los 32 miembros habituales de la tripulación, viajan estos días varios pasajeros inusuales. Son de cartón, y si fueran las personas que representan, seguramente no habrían elegido enrolarse en el navío ni tampoco serían recibidos en él con sonrisas. Uno de ellos representa una fiera imagen del presidente norteamericano Donald Trump aporreando el globo terráqueo. El otro, igualmente amenazador, es una visión apocalíptica de Mariano Rajoy destrozando dispositivos de generación de energías renovables. Ambas efigies, junto otras dos de Dart Vader y el Joker, forman parte de una nueva campaña llamada «Villanos del clima», que señala y en algunos caso caricaturiza en clave de cómic a aquellos dirigentes, empresarios o figuras mundiales que, según Greenpeace, más han contribuido al cambio climático o a no atajar sus consecuencias. Hay otros españoles, además del presidente Rajoy. Y los hay también asturianos.

Así lo han recordado hoy, a bordo de un Esperanza atracado desde el miércoles en los muelles del puerto gijonés de El Musel, dos de las activistas de la organización. Tatiana Nuño, experta en cambio climático, y Sara Pizzinato, especializada en soluciones a este mismo fenómeno, han recordado antes que nada que Asturias tiene según Greenpeace una importante aportación comparativa al efecto invernadero y a otras actividades contaminantes a través, sobre todo, de la factoría gijonesa de ArcelorMittal, de las centrales térmicas de Aboño y de Soto de Ribera -ambas propiedad de EDP, y entre las que mayor cantidad de CO2 vierten a la atmósfera en España- y han criticado además que, además, esta última empresa no haya dado a conocer su plan para cerrar las minas de carbón, «imprescindible para una planificación ordenada», según las integrantes de Greenpeace.

Sus respectivos responsables están, para la ong conservacionista, en la nómina de quienes han nombrado «Villanos del clima». La publicación editada por Greenpeace como parte de esta campaña apunta hacia quien fuera presidente de ArcelorMittal, Gonzalo Urquijo, y hacia Manuel Menéndez, presidente de Hidroeléctrica del Cantábrico, empresa asturiana integrada en EDP. También señala hacia el empresario leonés Victorino Alonso, a quien nombra «El temor de la mina», con varias explotaciones carboneras en suelo asturiano, y reserva para el exministro popular gijonés Rodrigo Rato el título de «El amigo de las eléctricas» por sus iniciativas para liberalizar el sector energético en España y las medidas subsiguientes en el mismo sector. Además, a Rato le adosa además la consideración de «arquetipo de villano».

De todos ellos y de varios destacados políticos y empresarios de toda España, con una clasificación añadida por comunidades autónomas, da perfil un informe que pretende atribur responsabilidades directas de una situación a la que, según Greenpeace, «se ha llegado por las decisiones de gobernantes y empresas que han puesto en un segundo plano la necesidad de cuidar el planeta. Medidas como las de Mariano Rajoy de bloquear el desarrollo de las renovables o imponer el impuesto al sol, acentúan esta situación. Lo mismo que, en su país, Donald Trump que ha anunciado la salida de Estados Unidos del Acuerdo del Clima de París y su voluntad de apoyar a los combustibles sucios y contaminantes como el carbón y el petróleo».

El barco de Greenpeace Esperanza permanecerá hasta el domingo en El Musel, donde hace escala como parte de su misión «Salvar el Clima», que pretende «poner de manifiesto cómo existen alternativas a las fuentes de energía que provocan cambio climático». Además de mantener encuentros con representantes civiles y políticos de Asturias, el buque quedará abierto a las visitas del público el sábado y el domingo en horario de 10,00 a 13,30 y de 16,00 a 20,00 horas.